La Antártida se tiñe de verde: el impacto del cambio climático en el continente helado

Por Agroempresario.com

La Antártida, tradicionalmente considerada un desierto helado, está experimentando un sorprendente aumento en su vegetación, lo que representa un fenómeno alarmante en el contexto del cambio climático. Investigadores de las universidades británicas de Exeter y Hertfordshire han revelado que, en las últimas cuatro décadas, la "Antártida verde" ha visto un crecimiento de más de diez veces en su cobertura vegetal, gracias a imágenes satelitales obtenidas del programa Landsat de la NASA y análisis multiespectrales.

Este cambio se ha hecho evidente en la Península Antártica, donde la superficie verde ha pasado de menos de un kilómetro cuadrado en 1986 a casi 12 kilómetros cuadrados en 2021. Los investigadores encontraron que el crecimiento de la vegetación se aceleró en los últimos años, aumentando de 0,31 kilómetros cuadrados anuales entre 1986 y 2016 a 0,42 kilómetros cuadrados entre 2016 y 2021. Este notable aumento se debe principalmente al calentamiento global, que ha afectado a la región a un ritmo más rápido que el resto del planeta.

Los últimos veranos han sido particularmente cálidos, alcanzando temperaturas hasta 20 grados por encima de lo normal en 2022 y 10 grados más en julio de 2024. Se prevé que la región continúe calentándose a un ritmo promedio de 0,34 grados por década hasta el año 2100, lo que podría llevar a un mayor crecimiento vegetal. A medida que el hielo se derrite, se abre espacio para la vegetación y se generan más lluvias, favoreciendo su desarrollo.

Uno de los aspectos intrigantes de este fenómeno es cómo las semillas logran llegar a la Antártida. Según Thomas Roland, uno de los autores del estudio, las semillas, esporas y fragmentos de plantas pueden transportarse fácilmente en el equipo de turistas e investigadores o mediante aves migratorias y el viento. Este fenómeno podría llevar a la colonización de especies ajenas, que competirán con la vida silvestre autóctona, amenazando la biodiversidad nativa.

A pesar de que la vegetación actual representa solo una pequeña fracción de los 522.000 kilómetros cuadrados de la Antártida, el ritmo acelerado de expansión es motivo de preocupación. El profesor Matthew Davey, de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas, advierte que el estudio se centró en los campos de musgo, pero otras especies como líquenes y algas también están contribuyendo al aumento de la vegetación.

Investigadores como Andrew Shepherd, de la Universidad de Northumbria, consideran que las condiciones actuales son ideales para que la vida se desarrolle en la región. A medida que la superficie helada disminuye, se reduce la reflexión de la radiación solar y se absorbe más calor, lo que puede acelerar aún más el crecimiento vegetal.

Este fenómeno, aunque tiene un impacto local, puede contribuir a la aceleración del cambio climático global. A medida que el hielo se derrite, no solo aumenta el nivel del mar, sino que también se transforma la ecología de la región, llevando a un futuro incierto para la vida silvestre antártica. La "Antártida verde" no solo es un síntoma del calentamiento global, sino un recordatorio de la necesidad urgente de abordar el cambio climático en todo el mundo.