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Por Agroempresario.com
El aceite de oliva es mucho más que un simple condimento; es un elemento fundamental en la gastronomía que realza el sabor de múltiples platillos. Aromático, sabroso y saludable, el aceite de oliva argentino ha ganado reconocimiento mundial gracias a su calidad. Sin embargo, la tradición de su producción se remonta a la llegada de inmigrantes italianos y españoles a las provincias de Cuyo, donde se establecieron las primeras plantaciones.
La cultura del aceite de oliva en Argentina ha evolucionado con el tiempo, y hoy, nuevos productores están llevando a este producto a nuevas alturas. A pesar de los desafíos enfrentados a lo largo de los años, los aceites argentinos han sido galardonados en prestigiosos concursos internacionales. "Todavía queda mucho por aprender, por eso es interesante recorrer los puntos que determinan la calidad de un aceite de oliva", se destaca en un artículo publicado en La Nación.
Por definición, el aceite de oliva es el jugo oleoso obtenido exclusivamente del fruto del olivo, la aceituna. Su producción se basa en métodos mecánicos que garantizan su pureza, sin la utilización de disolventes o procedimientos químicos. La clasificación del aceite de oliva se basa en su acidez, siendo el de mayor calidad el aceite de oliva virgen extra (AOVE), con una acidez inferior a 0.8 g cada 100 g de aceite.
Al seleccionar un aceite de oliva, es esencial prestar atención a su fecha de cosecha. Según La Nación, “lo ideal es comprar el de la última cosecha, que en nuestro país se realiza entre abril y junio.” Un aspecto importante es la variedad de aceituna utilizada; el aceite varietal proviene de una sola especie, mientras que el blend combina diferentes variedades. Cada tipo aporta sabores y aromas únicos.
Los expertos sugieren que el aceite de oliva debe ser consumido rápidamente para aprovechar al máximo sus propiedades. Factores como el tiempo, el oxígeno, la temperatura y la luz pueden afectar su calidad. Es recomendable almacenarlo en envases oscuros y en un lugar fresco, para evitar el deterioro.
Argentina cuenta con una rica variedad de aceitunas, entre ellas la Arauco, considerada el "Malbec de los aceites argentinos", y otras como la Arbequina, Coratina y Picual. Cada una de estas variedades ofrece un perfil de sabor distinto, permitiendo su uso en una amplia gama de platos. “Me gusta pensar el aceite como un ingrediente. Si necesito entregar aromas, puedo usar un aceite más delicado, pero si busco intensidad, prefiero aceites más intensos”, afirma Victoria Ferré, sommelier especializada en AOVE.
El aceite de oliva virgen extra es ampliamente reconocido por sus beneficios para la salud, siendo la grasa vegetal más beneficiosa para el ser humano. Carlos Saez, gerente general de Olivícola Laur, explica que "los polifenoles, presentes en el AOVE, tienen la capacidad de retardar el envejecimiento celular y funcionan como preventivos contra enfermedades cardiovasculares."
El aceite de oliva no solo es un aliado en la cocina, sino también un componente clave en una dieta saludable, promoviendo una alimentación equilibrada y nutritiva.
