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Por Agroempresario.com
El mercado global de carne vacuna enfrentará en 2025 un escenario complejo, con Brasil y Estados Unidos viendo reducciones en su producción por segundo año consecutivo. Esta disminución impactará en la disponibilidad internacional, al tiempo que la demanda se mantendrá alta, especialmente en mercados clave como China y Estados Unidos, generando presiones en los precios y nuevas oportunidades para exportadores como Argentina y Australia.
Estados Unidos atraviesa la peor crisis en su rodeo en más de medio siglo, lo que ha llevado sus inventarios al nivel más bajo desde 1951. La reconstrucción del stock viene lenta, según informes del Farm Journal, debido a la sequía, altos costos y tasas de interés elevadas. Muchos productores han dejado el negocio y muestran poco interés en reabastecerse. Esta situación empuja al país a depender más de importaciones de carne vacuna, donde Brasil se ha posicionado como un proveedor estratégico.
Brasil, sin embargo, también enfrenta una contracción. El analista Joao Otavio Figueiredo, de la consultora Datagro, anticipa que las tasas de faena caerán un 4,6% en 2025 y 7,5% en 2026, marcando un freno abrupto en la capacidad productiva del país. Esta situación pone en jaque a grandes empresas procesadoras como JBS y Tyson Foods, que importan carne brasileña para mantener su producción en Estados Unidos.
A pesar de los desafíos, Brasil ha mantenido su lugar como el tercer proveedor de carne vacuna para Estados Unidos, luego de Canadá y México. Además, se ha consolidado como una opción atractiva para trimmings, cortes sin cupo arancelario especial. Sin embargo, el mercado enfrenta tensiones adicionales: McDonald’s y otros actores han demandado a empresas como Cargill y JBS por presunta manipulación de precios, lo que podría añadir más incertidumbre al sector.
En contraste, países como Argentina se perfilan como ganadores en este escenario. El USDA prevé un aumento del 2,4% en la producción argentina, impulsado por nuevas políticas que reducen impuestos a la exportación. Las exportaciones argentinas podrían alcanzar las 860.000 toneladas, consolidando su posición como proveedor clave en mercados internacionales.
Australia también experimentará un crecimiento en su producción, con un incremento proyectado del 2%, alcanzando un récord de 2,6 millones de toneladas. Este aumento responde a la fuerte demanda de importaciones, especialmente desde Estados Unidos, que busca compensar su baja oferta interna.
A nivel global, la producción total de carne vacuna se reducirá un 1%, situándose en 60,9 millones de toneladas. Esta caída será compensada parcialmente por el crecimiento en Argentina, Australia, India y México. Las exportaciones globales se mantendrán estables en 12,9 millones de toneladas, con una mayor demanda liderada por China, que representará el 34% de las importaciones mundiales.
China sigue siendo un actor central, con inventarios de carne en cámaras frigoríficas en declive por primera vez en más de dos años. Se proyecta que las compras chinas seguirán en aumento en 2025, consolidando su rol como principal mercado importador.
En conclusión, 2025 será un año marcado por la escasez de oferta y la alta demanda, lo que generará oportunidades para los productores con capacidad de exportación. Argentina y Australia están bien posicionados para aprovechar este escenario, mientras que Brasil y Estados Unidos enfrentarán desafíos en su recuperación productiva. La volatilidad del mercado promete mantenerse, con los precios al alza y las importaciones jugando un papel clave en la estabilidad del suministro global.
