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Por Agroempresario.com
La reciente lluvia en el campo ha traído tranquilidad a los productores, quienes ven un cambio en su ánimo. Sin embargo, a pesar de la mejora en las condiciones climáticas, la dinámica del mercado de insumos agrícolas sigue siendo problemática. Diego Napolitano, presidente de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba), advierte sobre un aumento en las compras de último minuto, lo que genera cuellos de botella en la logística.
Según Napolitano, aunque las lluvias han aliviado tensiones previas, el sector agrícola enfrenta nuevos desafíos financieros. "El agua nos dio algo de calma, pero el futuro financiero de los productores y distribuidores se vislumbra complicado. Muchos están financiando sus operaciones con su propio stock, lo que distorsiona los precios", explicó en una reciente entrevista.
La facturación de los distribuidores ha caído a niveles alarmantes, alcanzando apenas el 50% de lo que era en el pasado. Este escenario es resultado de una macroeconomía inestable que ha llevado a un comportamiento cauteloso en la compra de insumos. Los productores, enfrentando incertidumbre, tienden a adquirir productos solo cuando es absolutamente necesario, lo que resulta en un stock bajo en los distribuidores.
La urgencia en las compras provoca un incremento en las demandas hacia los distribuidores, quienes a menudo no tienen los productos disponibles. Este fenómeno ha llevado a situaciones como la escasez de Metribuzin, un insumo clave en el sector. Napolitano señala que la demanda concentrada en un corto período de tiempo, junto con la falta de abastecimiento oportuno, está exacerbando la crisis.
A pesar de que las lluvias han ofrecido un alivio temporal, Napolitano enfatiza que las preocupaciones en el sector siguen latentes. "La verdadera evaluación del impacto financiero se verá en mayo. Con condiciones de pago extendidas hasta entonces y precios internacionales bajos, los productores son muy cautelosos", advirtió.
El ejecutivo también menciona que algunos distribuidores han adoptado políticas de "stock cero", lo que resulta en una venta de productos a precios distorsionados. Esto genera una falta de correlación entre los precios reales y lo que debería costar un producto, complicando aún más la situación del sector.
Con los precios de los granos bajos y una inflación que oscila entre el 28% y el 30%, los productores están revaluando sus decisiones de compra, lo que genera una atmósfera de incertidumbre en el sector agropecuario. La combinación de factores económicos y climáticos está transformando la manera en que los productores interactúan con el mercado, y la Cámara de Distribuidores observa con preocupación la evolución de esta dinámica.
La alerta de Cedasaba destaca la importancia de seguir de cerca estos cambios, ya que pueden tener repercusiones significativas en la disponibilidad de insumos y, en última instancia, en la productividad del sector agrícola argentino.
