La ganadería bovina posee una alta tradición en Argentina. Arraigada en valores culturales y sociales, se sustenta en condiciones agroecológicas favorables, procesos constantes de investigación e innovación tecnológica, status sanitario reconocido internacionalmente (libre de fiebre aftosa y riesgo insignificante de “vaca loca”) y el trabajo incesante de sus productores e industriales. Como resultado, es el país ganadero más importante de la región y uno de los más relevantes del mundo, proveyendo un producto emblemático de calidad reconocida a nivel internacional: la carne vacuna argentina.
Cuenta con un rodeo de 52 millones de cabezas en sostenido crecimiento y exporta 200.000 toneladas equivalentes a res con hueso, cuyo destino principal son la Unión Europea, China, Chile, Israel y Rusia. La apertura de nuevos mercados como Estados Unidos y Canadá, permitirá generar nuevos negocios propicios en toda la cadena de valor. Argentina exporta carne enfriada y congelada con hueso, carne enfriada y congelada deshuesada, carnes procesadas y menudencias bovinas.
El levamiento de las medidas internas que durante varios años limitó las exportaciones de carne ha generado un cambio de expectativas que llevará a un progresivo incremento del rodeo y a una mejora de la productividad, situando nuevamente al país en el ranking de los principales exportadores de carne vacuna.
El asado argentino reúne a las familias y amigos alrededor de la parrilla o el fogón. Los cortes son variados y puede prepararse con leña o carbón.
Se prepara el fuego suficiente y recién cuando se forman las brasas se extienden debajo de la parrilla o de la cruz del asador.
Cada corte de carne tiene diferentes tiempos de cocción, pero siempre esta se realiza de modo lento y constante, asegurándose de tener fuego suficiente para todos los cortes.