Por Agroempresario.com

El aceite de oliva, pilar de la dieta mediterránea, es conocido por sus múltiples beneficios para la salud, especialmente para el corazón. Sin embargo, no todos los aceites de oliva son iguales: sus propiedades dependen directamente del proceso de extracción y la calidad de las aceitunas. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de aceite de oliva y cuál es la mejor opción para aprovechar al máximo sus bondades.

Los tipos de aceite de oliva y sus diferencias clave

Aceite de oliva de orujo
El aceite de orujo de oliva resulta de mezclar aceite de orujo refinado con una pequeña porción de aceite virgen. Este tipo de aceite, obtenido tras someter los residuos de la oliva a altas temperaturas y solventes químicos, pierde gran parte de sus propiedades nutricionales. Aunque es más económico, su bajo contenido de antioxidantes y grasas saludables lo hace menos recomendable.

Aceite de oliva refinado
Conocido como aceite de oliva común, combina aceite refinado y virgen, pero el proceso químico al que se somete reduce significativamente sus beneficios. Su calidad nutricional es inferior, aunque sigue siendo una opción más saludable que otros aceites vegetales.

Aceite de oliva virgen
Este aceite se obtiene de aceitunas prensadas mecánicamente, sin procesos químicos. Conserva antioxidantes y ácidos grasos saludables, pero su acidez, inferior a 2 grados, y su calidad nutricional no igualan al virgen extra.

Aceite de oliva virgen extra
El más recomendado por su acidez menor a 0,8 grados y su proceso de extracción en frío, que conserva todos los nutrientes de las aceitunas. Rico en ácidos grasos monoinsaturados, polifenoles y vitamina E, es ideal para proteger el corazón y reducir el colesterol.

Aceite de oliva de primera presión en frío
Obtenido mediante un método tradicional sin calor, este aceite mantiene un mayor contenido de nutrientes. Sin embargo, su uso ha disminuido por razones económicas y de seguridad alimentaria, haciéndolo difícil de encontrar.

Aceite de oliva de extracción en frío
Este método utiliza centrifugadoras para extraer el aceite sin superar los 27°C, preservando los nutrientes esenciales. Es la técnica más común en la actualidad y asegura una alta calidad.

Aceite de oliva virgen extra sin filtrar
Contiene partículas de pulpa de aceituna, lo que lo hace más rico en nutrientes, pero también más susceptible a la oxidación. Requiere un almacenamiento cuidadoso y debe consumirse rápidamente.

¿Cómo elegir el mejor aceite de oliva?
Para aprovechar al máximo los beneficios del aceite de oliva, lo ideal es optar por el virgen extra obtenido mediante extracción en frío. Su calidad superior, reflejada en su baja acidez y su alto contenido de nutrientes, lo convierte en una inversión en salud.

Aunque opciones como el aceite refinado y el de orujo pueden ser más económicas, ofrecen menos beneficios para la salud. La clave está en leer las etiquetas y priorizar productos que mantengan sus propiedades naturales.