Por Agroempresario.com
El mercado chino, uno de los más codiciados para la cebada, presenta una batalla estratégica entre los grandes exportadores del grano, incluidos Australia, Canadá y Francia, con Argentina buscando consolidar su posición. Según los especialistas Mario Cattaneo y Fidel Cortese, el panorama global muestra una plaza tranquila en el hemisferio norte debido a la baja demanda de cebada cervecera, mientras la forrajera sigue los pasos de otros commodities como el maíz y el trigo.
En las últimas semanas, el precio de la cebada maltera registró un leve aumento, influido por tensiones geopolíticas como una posible guerra comercial entre Estados Unidos y China. Este último, principal comprador mundial de cebada, observa con cautela las cosechas de Argentina y Australia, cuyos resultados están bajo la lupa por las condiciones climáticas durante la trilla.
El USDA proyecta una producción mundial de cebada para 2024/25 de 142 millones de toneladas, la más baja en años, con stocks finales estimados en 17 millones de toneladas. En Argentina, la superficie sembrada con cebada alcanza 1.200.000 hectáreas, y la producción se estima entre 4,8 y 5,0 millones de toneladas, aunque las condiciones climáticas han generado variabilidad en calidad y rendimiento.
Australia, principal rival de Argentina, estima una producción de 11,4 millones de toneladas. A pesar de preocupaciones por lluvias en ciertas regiones, la calidad en otras áreas asegura cubrir necesidades locales y de exportación. En Europa, Francia concluyó la siembra de cebadas invernales con un estado mayormente favorable, pero se anticipa una posible reducción en la superficie de cebadas primaverales debido a precios bajos.
Por su parte, Canadá, con una cosecha estimada en 7,8 millones de toneladas, ha incrementado sus exportaciones a China, mientras enfrenta una disminución en la demanda estadounidense de cebada maltera. En el Mercosur, Brasil presenta una cosecha superior a la esperada, y Uruguay enfrenta variabilidad en calidad y volumen.
El panorama global de la cebada dependerá de factores climáticos, geopolíticos y decisiones estratégicas de los principales productores. Para Argentina, la clave será no solo asegurar la calidad sino también captar la atención del mercado chino en un contexto de creciente competencia internacional.