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Por Agroempresario.com
En un contexto de crisis económica que afecta al sector agropecuario argentino, un análisis realizado por Néstor Roulet, reconocido productor y ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri, expone una alarmante desigualdad en el poder adquisitivo de los productores de soja frente a sus competidores internacionales.
A través de un cuadro comparativo entre Argentina, Estados Unidos, Brasil y Paraguay, se pone de manifiesto una brecha cada vez más amplia en el poder de compra de los productores de soja para acceder al gasoil, un insumo vital para la producción agrícola. En Argentina, con una tonelada de soja, los productores solo pueden adquirir 226 litros de gasoil, mientras que en Estados Unidos esta cifra asciende a 393 litros, en Brasil a 360 litros y en Paraguay a 379 litros.
El precio promedio de la tonelada de soja en Argentina es de 270 dólares, un valor significativamente inferior al de sus competidores internacionales: 366 dólares en EE. UU., 379 dólares en Brasil y 357 dólares en Paraguay. Este panorama, sumado al elevado precio local del gasoil (1,19 dólares por litro), genera una clara desventaja para los productores argentinos.
La disparidad en los precios y la carga tributaria elevan los costos de producción en Argentina, haciendo que los productores deban enfrentar una dura realidad: mientras sus pares en otros países maximizan su capacidad operativa, los agricultores argentinos luchan con menores márgenes de ganancia y una competitividad mermada. Según el análisis de Roulet, un productor estadounidense puede adquirir un 74% más de gasoil con su tonelada de soja que un argentino, y en Brasil y Paraguay la ventaja es de un 60% y un 68%, respectivamente.
Roulet también subraya que, a pesar de las dificultades que enfrentan los productores de Estados Unidos, su poder adquisitivo sigue siendo mucho mayor. "Habría que invitarlos a producir en Argentina", ironizó, destacando las complejas condiciones locales que están poniendo en jaque la sustentabilidad del sector.
Además, el análisis pone en evidencia que los productores argentinos reciben solo 270 dólares por tonelada de soja, mientras que en otros países obtienen cerca de 370 dólares, lo que agrava aún más la situación. Roulet responsabiliza a las políticas públicas, en particular a las retenciones, que según él, han “atrasado 20 años” la competitividad del sector agropecuario argentino.
En este contexto, el dirigente rural señaló que es urgente un cambio estructural en las políticas públicas para revertir la situación y darle un respiro a los productores. Según sus proyecciones para la campaña agrícola 2024/25, por cada hectárea de soja sembrada, los productores pierden cerca de 80 dólares debido a la alta carga fiscal y los costos de producción, mientras que el Estado recauda 474 dólares por hectárea. Este contraste pone en evidencia un modelo que perjudica al sector productivo y beneficia al Estado, profundizando la crisis en el agro argentino.
El llamado de Roulet es claro: para salvar la competitividad del campo argentino, se necesitan cambios profundos en las políticas públicas que permitan equilibrar la carga impositiva y fomentar el crecimiento del sector agrícola.
