Agroempresario.com
PANAMÁ - América Latina enfrenta un reto crucial en 2025: diversificar su matriz económica para reducir la dependencia de la exportación de materias primas y fortalecer su comercio interno. Este fue el mensaje central del Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2025, organizado por CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
En el evento, Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y exvicepresidenta de Costa Rica, advirtió sobre los riesgos de seguir dependiendo de los commodities y no aprovechar el mercado interno. "Si no cambiamos nuestra estructura productiva, estaremos perdiendo oportunidades", enfatizó Grynspan en conversación con Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF.
A lo largo de las últimas décadas, América Latina ha basado gran parte de su crecimiento en la exportación de materias primas. Sin embargo, con un comercio internacional que crece a un ritmo igual o inferior al de la economía mundial, los expertos coincidieron en que la región debe reorientar su estrategia hacia sectores de mayor valor agregado.
"Lo que más está creciendo en el comercio internacional son los bienes verdes, los servicios, el comercio digital y la energía renovable", explicó Grynspan. En este sentido, América Latina tiene una gran oportunidad en la cadena de valor de la energía limpia. "En vez de vender litio, podríamos fabricar baterías de litio", ejemplificó.
Además, la economista subrayó la importancia de la inversión en educación y capacitación laboral. "Necesitamos desarrollar habilidades más allá de la formación tradicional, para aumentar nuestra productividad y competir globalmente", afirmó.
Otro de los temas centrales del foro fue la falta de integración regional en América Latina. A diferencia de bloques como la Unión Europea o el recientemente establecido African Continental Free Trade Area (AfCFTA), la región no ha logrado consolidar un mercado común efectivo.
"La integración no puede ser solo una agenda política; el sector privado debe jugar un rol clave en la inversión y el crecimiento", dijo Grynspan. La falta de infraestructura y las barreras comerciales entre países han impedido que América Latina aproveche su propio mercado interno, lo que limita su capacidad de desarrollo.
El panel "Perspectivas económicas de América Latina y el Caribe en 2025" contó con la participación de Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe; Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile; José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, y Verónica Frisancho, gerenta de Conocimiento del CAF. La moderación estuvo a cargo de Pepa Bueno, directora del diario El País de España.
Los especialistas coincidieron en que el crecimiento regional sigue siendo bajo. En 2024, América Latina creció un 1,9%, y para 2025 se espera un aumento del 2,5%. Sin embargo, sigue rezagada frente al promedio mundial del 3,3%. "Es una región con enorme potencial, pero seguimos atrapados en problemas estructurales", comentó Salazar-Xirinachs.
El vicepresidente del Banco Mundial, Carlos Felipe Jaramillo, enfatizó que esta baja capacidad de crecimiento tiene un impacto directo en la calidad de vida. "Si no crecemos, no reduciremos la pobreza ni la desigualdad", alertó.
Un obstáculo adicional para el crecimiento de América Latina en 2025 será el alto costo del financiamiento. Aunque la Reserva Federal de EE. UU. ha comenzado a reducir las tasas de interés tras su política de endurecimiento monetario, los niveles siguen siendo elevados, lo que afecta el acceso al crédito tanto para gobiernos como para empresas.
"Con tasas de interés prohibitivas y niveles de riesgo país elevados, el financiamiento interno es más limitado", explicó Verónica Frisancho, de CAF. Esto no solo reduce la inversión productiva, sino que también encarece la deuda pública, dificultando el desarrollo de infraestructura y otras inversiones clave.
A pesar del panorama desafiante, Frisancho destacó que este escenario puede ser una oportunidad para reformular las prioridades de inversión y fomentar un cambio estructural en la economía de la región.
Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile, analizó cómo la disputa geopolítica entre EE. UU. y China podría afectar a América Latina. "China es el mayor demandante de commodities y cualquier reducción en su crecimiento afectará nuestras exportaciones", advirtió.
Por otro lado, un posible aumento del proteccionismo en EE. UU. podría generar barreras comerciales adicionales para la región. "Si Trump cumple con su promesa de subir aranceles, podríamos ver un impacto negativo en nuestras exportaciones", señaló Larraín.
Sin embargo, también identificó oportunidades en el fenómeno del nearshoring, es decir, la relocalización de empresas hacia países más cercanos a EE. UU. "Según el BID, esto podría generar USD 78.000 millones en exportaciones adicionales para América Latina, con México como principal beneficiario", destacó.
Otro de los aspectos mencionados en el foro fue la digitalización y su impacto en la productividad. "América Latina tiene una alta penetración de internet, pero lo usamos más para consumo que para producción", explicó Grynspan.
Para cambiar esta tendencia, la secretaria general de UNCTAD recomendó fomentar políticas que impulsen la adopción de herramientas digitales en pequeñas y medianas empresas. "No podemos conformarnos con ser grandes usuarios de plataformas digitales; debemos aplicarlas a nuestra estructura productiva", sostuvo.
El consenso en el Foro Económico CAF 2025 fue claro: América Latina tiene el potencial para cambiar su rumbo económico, pero necesita estrategias de valor agregado, integración regional y modernización productiva.
"El modelo de exportación de materias primas ya no es suficiente", concluyó Grynspan. "Si queremos un crecimiento sostenible, debemos transformar nuestra estructura productiva y aprovechar las nuevas oportunidades del comercio global".