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A partir de principios de 2025, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha intensificado su lucha contra la brucelosis bovina en Argentina, con la implementación de una nueva estrategia de vacunación utilizando las cepas RB51 y DeltaPGM. Esta iniciativa se enmarca en un plan nacional para erradicar esta enfermedad, que afecta principalmente a la ganadería y puede tener implicaciones graves para la salud pública.
La medida, que se extiende a todo el país, excepto a Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, fue establecida mediante la Resolución Senasa 957/2024. Esta resolución permite que los establecimientos ganaderos con casos confirmados de brucelosis bovina opten por la vacunación voluntaria de sus animales, siempre que cumplan con ciertos requisitos técnicos y administrativos determinados por el organismo.
El Senasa, en colaboración con los laboratorios productores de vacunas, ha comenzado la producción de las nuevas dosis para la inoculación. Para garantizar la correcta aplicación de las vacunas, el organismo ha diseñado un instructivo detallado para los veterinarios acreditados, quienes serán los encargados de gestionar la solicitud y el registro de las vacunas en el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA).
Uno de los requisitos fundamentales para acceder a la vacunación es que los animales hayan sido previamente vacunados con la cepa 19. Esta información debe estar debidamente registrada en el SIGSA y, además, el establecimiento debe estar categorizado como "Caso" en dicho sistema. Asimismo, la serología de los animales no debe tener más de seis meses de antigüedad.
Una vez que el veterinario acredita estos requisitos, podrá solicitar la vacuna a través del SIGSA, con la debida autorización del productor o titular del establecimiento ganadero. Es importante destacar que las vacunas deberán ser utilizadas dentro de los 60 días siguientes a la solicitud.
El proceso de vacunación no solo abarca la aplicación de la vacuna, sino también un estricto control y seguimiento. Una vez aplicada la vacuna, el veterinario deberá registrar el acta correspondiente en el SIGSA, lo que permitirá llevar un control preciso de las vacunas utilizadas en cada establecimiento ganadero. Este seguimiento es crucial para asegurar que la estrategia de vacunación esté siendo efectiva en el control y la erradicación de la brucelosis.
La vacunación se centrará en vacas adultas, ya que son los animales más susceptibles a contraer la brucelosis y los que tienen un mayor impacto en la propagación de la enfermedad. Este enfoque garantizará que la estrategia de vacunación tenga un impacto directo sobre los animales más vulnerables, contribuyendo a reducir la incidencia de la brucelosis en la ganadería argentina.
Con la implementación de esta nueva estrategia de vacunación, el Senasa refuerza su compromiso con la sanidad animal y la producción ganadera en Argentina. La brucelosis bovina es una enfermedad que afecta tanto la productividad ganadera como la salud pública, ya que puede transmitirse a los humanos a través del consumo de productos contaminados.
La vacunación estratégica con las cepas RB51 y DeltaPGM busca reducir la incidencia de esta enfermedad en el país, protegiendo tanto a los animales como a la población humana. A través del trabajo conjunto entre productores, veterinarios y el Senasa, Argentina avanza hacia la erradicación de la brucelosis, lo que beneficiará a la salud pública y contribuirá a mejorar la competitividad y la calidad de los productos agroalimentarios.