Por Agroempresario.com
La tensión comercial entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos se intensifica. Ante la posibilidad de que el gobierno estadounidense decida aumentar los aranceles a los productos europeos, los líderes del bloque advirtieron que responderán con firmeza, aunque mantienen la puerta abierta a la cooperación y el diálogo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló la necesidad de que Europa se defienda si es atacada en el comercio. "Si somos atacados, debemos hacernos respetar", declaró al llegar a una cumbre de la UE en Bruselas. En la misma línea, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, subrayó la importancia de mantener relaciones comerciales equitativas: "Necesitamos a Estados Unidos y Estados Unidos nos necesita".
Alemania, por su parte, adoptó una postura de equilibrio entre la firmeza y la cooperación. "Las relaciones comerciales entre EE.UU. y la UE benefician a ambos. Complicar esta situación con políticas arancelarias no es una solución", afirmó el canciller Olaf Scholz, dejando en claro que el bloque europeo tomaría medidas si fuera necesario.
El historial de disputas comerciales entre la UE y EE.UU. no es nuevo. Durante su primer mandato, Donald Trump implementó medidas proteccionistas que afectaron el comercio transatlántico. En 2018, Washington impuso un arancel del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio europeo, lo que desató represalias del bloque comunitario.
La UE respondió gravando productos estadounidenses por un valor de 2800 millones de euros, incluyendo motocicletas Harley-Davidson, bourbon y jugo de naranja, productos icónicos de los estados con fuerte electorado republicano. Al año siguiente, EE.UU. aumentó los aranceles a importaciones europeas por 7500 millones de dólares, afectando a Airbus y productos agroalimentarios como el vino francés, el queso y las aceitunas.
En 2020, la OMC autorizó a la UE a imponer aranceles de hasta 4000 millones de dólares sobre importaciones estadounidenses, lo que dio lugar a una nueva escalada comercial. En respuesta, la administración Trump aumentó las tasas arancelarias en productos clave como los vinos franceses y el cognac.
A la espera de posibles medidas proteccionistas por parte de EE.UU., la Comisión Europea trabaja en una estrategia de defensa comercial. El bloque ya cuenta con nuevos instrumentos para reaccionar rápidamente ante restricciones arancelarias y está reforzando su cooperación con socios comerciales como Canadá, India y China.
Un punto clave en esta estrategia es la aceleración de acuerdos comerciales, incluyendo el tratado con el Mercosur, que permitiría a la UE diversificar sus exportaciones y reducir su dependencia del mercado estadounidense.
Para el sector agropecuario, una guerra comercial con EE.UU. podría traer consecuencias significativas. Productos como el aceite de oliva, el vino, los lácteos y la carne, fundamentales en la economía europea, podrían enfrentar mayores dificultades en el mercado estadounidense. A su vez, las importaciones de insumos agrícolas desde EE.UU., como la soja y el maíz, podrían encarecerse, afectando la competitividad del agro europeo.
Empresarios y productores del sector agrícola siguen con atención las negociaciones entre Bruselas y Washington. Un endurecimiento de las relaciones comerciales podría generar distorsiones en los mercados y afectar la rentabilidad de exportadores y agricultores europeos.