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Por Agroempresario.com
En un paraje solitario del condado de Clare, en Irlanda, una cabaña de 200 años de antigüedad se ha convertido en el epicentro de la gastronomía de alta gama. Homestead Cottage, bajo la dirección del chef escocés Robbie McCauley y su esposa francesa Sophie McCauley, ha logrado una estrella Michelin en menos de un año, gracias a su apuesta por ingredientes locales y un menú basado en la estacionalidad.
Todo comenzó cuando un empresario local ofreció a la pareja la oportunidad de transformar una antigua cabaña en un restaurante exclusivo. Ubicado cerca del pueblo de Doolin y de los icónicos acantilados de Moher, el establecimiento fue inaugurado en 2023. Lejos de las grandes ciudades, su ubicación suponía un reto logístico, pero también una oportunidad única para desarrollar una cocina con identidad propia.
El entorno rústico y la autenticidad del lugar pronto captaron la atención del público. Sin embargo, fue una crítica entusiasta en The Irish Times la que desencadenó un crecimiento explosivo en las reservas. Apenas unos meses después, Homestead Cottage obtenía una estrella Michelin, un logro sorprendente dada la corta trayectoria del restaurante.
A diferencia de los restaurantes convencionales, Homestead Cottage no cuenta con un menú fijo. En su lugar, McCauley elabora un menú degustación que varía según la disponibilidad de los ingredientes. Esta flexibilidad permite aprovechar al máximo los productos locales, destacando sabores auténticos y frescura incomparable.
Entre los ingredientes más representativos se encuentran las ostras de Flaggy Shore, el cangrejo de Moher, las vieiras de Connemara y el rape de las islas Aran. La carne, proveniente de ganadería local alimentada exclusivamente con pasto, es otro de los pilares de la propuesta culinaria del restaurante.
El establecimiento también cultiva sus propios vegetales, como ajos, habas y colirábanos. En 2024, esperan cosechar sus primeros espárragos, un cultivo que requiere años de paciencia antes de dar frutos. “La diferencia en sabor es abismal”, asegura el chef.
Uno de los proveedores clave del restaurante es Market Hall, una carnicería artesanal en Ennistymon, donde Fiona y Sean Haugh supervisan todo el proceso, desde la crianza del ganado hasta la preparación de la carne. “Robbie es de otro nivel. Nunca había probado algo como su cocina”, afirma Fiona.
A pesar del éxito y el reconocimiento, McCauley reconoce que operar un restaurante independiente en Irlanda es más desafiante que nunca. La creciente inflación en los costos de alimentos, el aumento de las tarifas energéticas y los impuestos sobre la comida y el alcohol han obligado a muchos negocios gastronómicos a cerrar sus puertas.
Además, la disminución en el consumo de alcohol impacta directamente en la rentabilidad de los restaurantes, ya que los hoteles tienen la ventaja de ofrecer alojamiento y bebidas en un solo paquete. “Si no hay apoyo, los restaurantes independientes desaparecerán y serán reemplazados por cadenas de comida”, advierte McCauley.
Otro obstáculo que menciona es la escasez de formación especializada en gastronomía. “Necesitamos más programas de capacitación y oportunidades de aprendizaje para las nuevas generaciones de chefs, sobre todo en las zonas rurales”, explica.
El chef es consciente de que mantener una estrella Michelin es un desafío constante, pero su prioridad sigue siendo la estabilidad del negocio. “Necesitamos un restaurante lleno para pagar sueldos y facturas, más que el reconocimiento de Michelin”, sostiene.
De cara al próximo año, McCauley ya está planificando su menú. “En febrero, el agua sigue fría, así que tendremos turbot de excelente calidad. En verano, espero con ansias los tomates, el cangrejo y la langosta”, comenta. Sin embargo, si hay algo que tiene claro, es que los tres ingredientes estrella del inicio de la temporada serán cordero, ajo silvestre y espárragos.
Con su enfoque en la calidad, la sostenibilidad y la innovación culinaria, Homestead Cottage no solo ha logrado una estrella Michelin, sino que también se ha posicionado como un referente de la alta cocina en Irlanda. En un entorno tan desafiante como el actual, su historia demuestra que la pasión por la gastronomía y el respeto por los ingredientes pueden convertir un pequeño restaurante en medio de la nada en un destino culinario de prestigio internacional.
