Por Agroempresario.com
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó la controversia sobre el control del Canal de Panamá al declarar que su gobierno considera "recuperar" la estratégica vía interoceánica. Estas afirmaciones se dieron en un contexto tenso, con la visita oficial del secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá para discutir la creciente presencia china en la región.
Trump reiteró su postura de que Panamá está "violando los tratados" al permitir una supuesta expansión de la influencia china en la administración del canal. En concreto, el mandatario norteamericano aludió a los Acuerdos Torrijos-Carter de 1977, que estipularon la transferencia del Canal de Panamá a manos panameñas, proceso que culminó el 31 de diciembre de 1999.
"China está gestionando el Canal, que nunca fue dado a los chinos, sino dado tontamente a los panameños", sostuvo Trump en un mensaje publicado en Truth Social. Desde la Casa Blanca se acusa a empresas vinculadas al Partido Comunista Chino de operar infraestructura clave en la zona y se advierte que esto representa una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.
Durante su encuentro con el presidente panameño, José Raúl Mulino, el secretario de Estado Marco Rubio exigió cambios en la administración del canal para limitar la influencia china. "El 'statu quo' es inaceptable y, de no haber cambios inmediatos, Estados Unidos tendrá que tomar medidas para proteger sus intereses bajo el Tratado", declaró el Departamento de Estado.
Ante las crecientes presiones de Washington, el gobierno de Panamá respondió reafirmando su soberanía sobre el Canal. Mulino calificó la reunión con Rubio como "altamente respetuosa" y rechazó cualquier sugerencia de que la administración panameña estuviera comprometiendo el control de la vía.
"No cabe duda de que el Canal de Panamá es operado por nuestro país y así seguirá siendo", afirmó Mulino. Además, descartó la posibilidad de una intervención militar estadounidense, asegurando que no existe una "amenaza real" en ese sentido.
En un esfuerzo por aliviar la preocupación de Washington, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) emitió un comunicado anunciando que trabajará en coordinación con la marina estadounidense para optimizar la prioridad en el tránsito de sus buques. Esta medida busca garantizar la cooperación estratégica con Estados Unidos sin comprometer la autonomía panameña en la administración del canal.
La escalada de tensión en torno al Canal de Panamá ocurre en un contexto más amplio de competencia entre Estados Unidos y China por la influencia en América Latina. Washington ha expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por el crecimiento de la presencia de empresas chinas en sectores estratégicos de la región.
En particular, el control de dos puertos clave en el canal por parte de compañías chinas ha generado inquietud en la administración Trump. El presidente Mulino, por su parte, instó a esperar los resultados de una auditoría en curso antes de sacar conclusiones sobre el impacto de estas operaciones en la soberanía panameña.
Mientras tanto, Estados Unidos mantiene su postura de que el Canal de Panamá es un activo estratégico de importancia global y advierte que no permanecerá inactivo ante lo que considera un avance chino en la región.
Las tensiones en torno al Canal de Panamá subrayan los desafíos que enfrenta el país centroamericano en su intento por mantener el control de una infraestructura clave para el comercio mundial sin ceder a presiones externas.
En los próximos meses, el desarrollo de las negociaciones entre Panamá y Estados Unidos, así como los resultados de la auditoría en marcha, serán determinantes para definir el futuro de la vía interoceánica. En un mundo marcado por crecientes rivalidades geopolíticas, el Canal de Panamá sigue siendo un punto neurálgico en la disputa por el dominio comercial y estratégico en el continente americano.