Agro Turismo / Gastronomía

Pirulo Correa, el pescador que conquistó José Ignacio con su propio restaurante

El histórico pescador de la zona abrió su restaurante, convirtiéndolo en un éxito rotundo

Pirulo Correa, el pescador que conquistó José Ignacio con su propio restaurante
miércoles 05 de febrero de 2025

Por Agroempresario.com

Vicente “Pirulo” Correa, uno de los pescadores más emblemáticos de la costa este de Uruguay, es conocido no solo por su habilidad para pescar en la laguna de José Ignacio, sino también por haber transformado su vida y la de su familia con la apertura de su propio restaurante, “El Rancho de Pirulo y Cristina”. Este establecimiento ha logrado una rápida y rotunda aceptación entre los turistas y residentes de la zona, que buscan disfrutar de un pescado fresco y casero como el de toda la vida.

Con 61 años, Pirulo comenzó a pescar a los 1, con su padre y abuelo, quienes también eran pescadores. Su vida de pescador no ha sido una trayectoria fácil, pero siempre estuvo ligada a las aguas de la laguna de José Ignacio. “Cuando era chico, para llegar al faro de José Ignacio no existía el puente, y nos hacíamos a remo. Hoy en día todo esto está muy urbanizado, pero me sigue gustando vivir acá. Desde mi casa se ve toda la laguna, y desde la cocina, el mar y el faro. Hay algo especial en este lugar”, recuerda Pirulo mientras filetea una corvina rubia en su casilla de madera junto a la laguna.

El cambio que vivió la zona a lo largo de los años ha sido significativo. Antes, José Ignacio era solo un pequeño caserío de pescadores, pero con el tiempo, las tierras que rodean la laguna fueron convirtiéndose en uno de los destinos más exclusivos de Punta del Este. A pesar del desarrollo inmobiliario, la familia Correa se mantuvo fiel a sus raíces, y lo que comenzó como una modesta actividad para abastecer a los restaurantes de la zona, como La Huella, Popeye y La Susana, dio paso a un emprendimiento gastronómico propio.

Pirulo Correa

Un sueño hecho realidad

En la temporada pasada, Pirulo y su esposa Cristina decidieron dar un paso más allá y abrir su propio restaurante, un lugar donde pudieran servir el pescado que ellos mismos capturaban. Lo que comenzó como un pequeño proyecto para atender a los trabajadores locales de la zona se convirtió en un éxito rotundo. “No nos imaginábamos que iba a funcionar tan bien”, admite Pirulo entre risas. “Pensamos que iba a ser un pequeño barcito, solo para que los chicos de los restaurantes de la zona vinieran a comer algo después del trabajo. Pero rápidamente el lugar se llenó de turistas, y no solo de uruguayos, sino también de extranjeros. De repente, no nos dábamos abasto”.

Con una cocina sencilla pero con ingredientes frescos y de calidad, El Rancho de Pirulo y Cristina se destaca por su menú que cambia a diario, según la pesca del día. “Lo que servimos es lo que pescamos esa mañana. Eso es lo que la gente viene a buscar: pescado fresco y mariscos como los de toda la vida”, explica. En su menú, los comensales pueden disfrutar de platos simples pero sabrosos, como el pescado frito acompañado de papas fritas y ensalada de coleslaw. El postre, un flan casero con dulce de leche, es una de las estrellas del menú, y lo prepara el propio Pirulo.

El éxito de su restaurante radica en la calidad de los ingredientes y la atención al detalle. “En El Rancho servimos pescado fresco con el sabor de siempre. Lo cocinamos con sal, pimienta y un poco de adobo, como lo hacíamos en casa”, comenta Pirulo, mientras su ayudante de pesca limpia más corvinas en la mesa. Además, el restaurante es conocido por sus precios accesibles, donde un almuerzo completo con bebida y postre puede costar tan solo 750 pesos uruguayos (US$17). “Queríamos que fuera un lugar donde todo el mundo pudiera comer bien, sin tener que gastar una fortuna”, asegura.

Un impacto en la comunidad local

La apertura de El Rancho de Pirulo y Cristina también ha tenido un impacto positivo en la comunidad local. En temporada alta, el restaurante llega a servir hasta 250 cubiertos al día, lo que ha generado empleo para muchas personas de la zona. “Este año tuvimos que ampliar el espacio, construir un deck sobre la costa de la laguna porque la demanda fue tan grande que no nos dábamos abasto”, explica Pirulo. Aunque la demanda de turistas es alta, el restaurante sigue siendo un lugar auténtico, donde los comensales se sienten como en casa.

Los turistas locales y extranjeros también han respondido positivamente al estilo relajado del lugar. “Acá no tenemos el tipo de presión de otros restaurantes, donde tienes que irte después de dos horas. En El Rancho, si quieres quedarte tomando una cerveza por la tarde, bienvenido seas”, dice Pirulo. Además de turistas, el restaurante es muy popular entre los residentes de la zona, quienes también se han convertido en clientes habituales. “Vienen desde temprano, pero a veces nos tienen que esperar. Aunque, mientras estén cómodos, no los apuramos. A nosotros nos gusta que la gente disfrute del lugar”, afirma con una sonrisa.

Pirulo Correa

Cambio de vida: de pescador a empresario

La vida de Pirulo y su familia cambió radicalmente cuando decidieron abrir el restaurante. Desde los primeros días, la pesca y la venta de pescado en la laguna se combinó con la nueva actividad del negocio gastronómico. “Antes, el pescado que sacábamos lo vendíamos a los restaurantes y ahora lo servimos en nuestro propio lugar. Tener nuestro propio restaurante nos ha permitido tener un mayor control sobre lo que pescamos y cómo lo servimos”, explica Pirulo.

A pesar de los cambios que trajo el desarrollo de la zona, Pirulo sigue siendo el mismo pescador de siempre, aunque ahora con un toque empresarial. La pesca, que antes era una forma de vida difícil y dura, se ha transformado en un negocio próspero, que no solo abastece a los restaurantes de la zona, sino que también alimenta a cientos de personas que visitan su restaurante cada día.

Una mirada al futuro

Con la apertura de su restaurante, la familia Correa ha dado un paso hacia el futuro, pero sin perder de vista sus raíces. Pirulo y su familia continúan pescando, y siguen ofreciendo pescado fresco a los restaurantes de la zona, como La Huella y Colagreco. “A nuestros clientes más fieles los seguimos atendiendo, pero también nos da gusto ver cómo la gente viene al restaurante a probar lo que pescamos”, comenta Pirulo con orgullo.

El futuro para El Rancho de Pirulo y Cristina es prometedor. Con la expansión del espacio y la fidelidad de sus clientes, el restaurante continúa siendo uno de los lugares más buscados en la costa este de Uruguay, y cada temporada atrae a más visitantes dispuestos a disfrutar del sabor auténtico del pescado fresco de la laguna de José Ignacio.

Pirulo Correa



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