Por Agroempresario.com
Desde que se implementó la reducción de retenciones a los granos, el mercado comenzó a mostrar señales de recuperación. Tras una primera semana de menor actividad a la esperada, en la segunda semana se observó un mayor dinamismo en las operaciones. En este contexto, la soja registró un incremento en su cotización de US$7 por tonelada en el mercado local, mientras que el maíz también evidenció una suba en los precios de entrega disponible.
El ministro de Economía, Luis Caputo, fue quien anunció la medida con el objetivo de mejorar la competitividad del sector agropecuario. Desde entonces, se comercializaron cerca de 2 millones de toneladas de soja y 1,7 millones de toneladas de maíz, consolidando un crecimiento en las transacciones del agro.
Lorena D’Angelo, analista de AZ Group, destacó que la semana dejó un balance positivo para todos los productos agrícolas. “La soja lideró la mejora en el mercado argentino con un incremento de US$4,50 en las posiciones futuras y también en el disponible, debido a coberturas de posiciones y la suba en el mercado internacional”, explicó. No obstante, el último día de negocios mostró cierta presión bajista en los valores debido a la mejora climática en Sudamérica, lo que favorece las perspectivas de producción.
A pesar de esta caída puntual, la soja alcanzó los US$300 por tonelada en la operatoria diaria, aunque luego cerró cerca de US$297 para la posición mayo. En el caso del maíz con entrega en abril, el valor había superado los US$200, pero finalmente cerró levemente por debajo de ese nivel.
D’Angelo consideró que este escenario ofrece mejores perspectivas para los productores. “Muchos no habían vendido gran parte de su cosecha, pero con esta suba de precios sus proyecciones mejoran y podrían comenzar a vender”, afirmó.
Adrián Seltzer, operador de la corredora Granar, señaló que en el caso del maíz, la escasez de oferta inmediata generó importantes subas de precios, aunque hacia el cierre de la semana estos comenzaron a retroceder. “Hubo problemas con la necesidad de maíz de entrega corta, ya que hay muchos barcos en carga y retrasos en la entrega por parte de los productores y acopiadores”, indicó.
Durante los primeros días de la semana, se realizaron operaciones en las que se llegó a pagar hasta 225.000 pesos por tonelada de maíz disponible, un valor superior a la paridad de exportación. No obstante, al finalizar la semana, el precio descendió a 220.000 pesos y no se descarta que la tendencia bajista continúe.
Sobre el maíz con entrega en marzo, Seltzer comentó que “hubo bastante interés y algunos compradores pagaron hasta US$205 por tonelada, un valor atractivo para los productores”.
En cuanto a la soja, el volumen de negocios se mantuvo estable, aunque no se alcanzaron cifras récord. “El mayor movimiento se dio en la soja disponible para la industria, con valores que oscilaron entre 320.000 y 323.000 pesos por tonelada”, explicó Seltzer. A su vez, destacó que “el mercado asimiló completamente el impacto de la baja de retenciones, e incluso los valores mejoraron más de lo previsto”.
Desde la corredora Grassi SA, Juan Manuel Uberti confirmó que la actividad comercial mejoró en comparación con la semana anterior. “No fue un aluvión de ventas, pero el maíz mostró más dinamismo en términos de volumen”, sostuvo. También destacó que en Entre Ríos, donde comenzaron las primeras cosechas, se aprovecharon los buenos precios, con ventas que oscilaron entre 220.000 y 225.000 pesos por tonelada.
En el plano internacional, la evolución de los precios en el mercado de Chicago también influyó en las cotizaciones locales. Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, señaló que la soja cerró la semana con saldo negativo debido al avance de la cosecha en Brasil, especialmente en Mato Grosso, donde ya se ha completado el 28,6% de la recolección.
“A medida que avanzan las cosechadoras, se obtienen datos más precisos sobre los rendimientos en campos representativos. La consultora Safras & Mercados elevó su previsión de producción a casi 175 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 14,8% anual”, explicó Irazuegui.
El maíz también mostró bajas, con una caída promedio de US$2,20 por tonelada. “El monitoreo de las siembras tardías en el centro de Brasil muestra un ritmo más fluido en la última semana. En Mato Grosso, el avance de siembra alcanza el 23,5%, aunque sigue con atraso respecto a lo habitual”, detalló el analista.
Otro factor que generó volatilidad en el mercado fue la política comercial de Estados Unidos. “Se difundió que el expresidente Donald Trump planea anunciar una serie de aranceles recíprocos en los próximos días, lo que podría afectar las exportaciones agrícolas estadounidenses y, por ende, los precios globales de los granos”, mencionó el especialista.
Por su parte, Gustavo López, de la consultora Agritrend, analizó el comportamiento de los precios en Chicago. “Cerró con bajas para la posición mayo. Esto está dando casi US$391, pero el viernes pasado estaba levemente por debajo de ese nivel, así que algo fue mejorando”, comentó. Sobre el maíz, indicó que la cotización ronda los US$197. “Bajó respecto a ayer, pero subió en comparación con el viernes pasado”, añadió.
Para López, la incertidumbre del mercado responde en gran parte a la relación comercial entre Estados Unidos y China. “El mercado de Chicago sigue presionado por la discusión sobre los aranceles del 10% que Estados Unidos quiere imponer a China. Hasta que ese tema no se resuelva, el impacto sobre las cotizaciones será una incógnita”, advirtió.
A pesar de la volatilidad global, las expectativas de producción en Sudamérica y las nuevas condiciones del mercado local están generando optimismo en el sector agropecuario argentino. La baja de retenciones no solo impulsó las ventas, sino que también generó mejores precios, permitiendo a los productores acceder a mayores ingresos por su cosecha.
Desde el gobierno, se espera que la medida continúe generando efectos positivos en la economía rural, incentivando la comercialización y mejorando la rentabilidad del agro. “Los próximos meses serán clave para definir si el impacto de la reducción de retenciones logra consolidarse en el mercado y ofrecer estabilidad a los productores”, concluyó Uberti.