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Por Agroempresario.com
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) eliminó este miércoles un total de 61 regulaciones a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial. La medida fue celebrada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien destacó la importancia de esta decisión, que elimina normativas vigentes desde 1992, con el objetivo de simplificar los trámites burocráticos y favorecer la producción.
“Celebramos la medida tomada por el SENASA, que está aplicando la motosierra para podar trámites y obsolescencias. Esto marca un paso más en el rumbo de libertad que estamos impulsando desde el Gobierno”, afirmó Sturzenegger en un comunicado. En este sentido, el ministro remarcó que las eliminaciones de normativas responden al objetivo del presidente Javier Milei de reducir la carga administrativa para los productores agropecuarios y promover un ambiente más ágil para la producción.
Entre las normativas derogadas, Sturzenegger hizo especial mención de la Resolución 500/23, que obligaba a los productores a inscribirse en el Registro de Integridad y Transparencia para Empresas y Entidades (RITE), una medida implementada durante la gestión de Diana Guillén al frente del SENASA. Esta resolución había generado fuerte resistencia en el sector productivo, ya que se percibía como una carga burocrática innecesaria que solo aumentaba la burocracia estatal.
El ministro, con tono irónico, expresó: “Qué se le puede haber cruzado por la mente a la directora de SENASA de ese momento para obligar a nuestros productores a hacer este trámite, escapa mi capacidad de razonamiento o de imaginación”. Estas declaraciones se suman a un cuestionamiento generalizado a la gestión anterior del organismo, que, según Sturzenegger, imponía trámites y exigencias que sólo dificultan la actividad productiva.
En paralelo a la derogación de la Resolución 500/23, se eliminaron regulaciones vinculadas a la sanidad vegetal, las certificaciones fitosanitarias y los controles administrativos relacionados con la producción agroindustrial. Estas normativas, muchas de ellas heredadas del ex Instituto Argentino de Sanidad y Calidad Vegetal (IASCV), establecen exigencias específicas para la producción de granos, frutas y hortalizas, principalmente para su exportación.
El impacto de estas derogaciones se hace sentir en diversos sectores del agro. Productores de granos y frutas, que se enfrentaban a controles fitosanitarios y de sanidad vegetal, ahora cuentan con un marco normativo más flexible que permite una mayor agilidad en la producción y comercialización. Además, las regulaciones vinculadas al control de plagas y los requisitos de certificación fitosanitaria ya no serán exigidas, lo que facilitará las exportaciones y las transacciones internacionales de productos agrícolas.
“Por suerte corren aires de libertad en nuestro país. Libertad para producir sin tantos trámites ni vejaciones ni extorsiones del Estado”, afirmó Sturzenegger, destacando la apertura del Gobierno a un nuevo enfoque que favorezca la competitividad y crecimiento del sector agroindustrial. Esta línea de desregulación se alinea con la política de reducción de regulaciones y simplificación administrativa promovida por la actual gestión.
Desde la asunción de la nueva conducción a fines de 2023, el SENASA ha sido uno de los organismos con mayor cantidad de trámites eliminados, reflejando un claro compromiso con la flexibilización de las normativas que rigen la producción agropecuaria. Fuentes oficiales indicaron que muchas de las normativas derogadas estaban obsoletas o en desuso, mientras que otras simplemente imponían cargas administrativas que los productores consideraban innecesarias.
La eliminación de estas regulaciones forma parte de una estrategia más amplia del Ejecutivo para promover un ambiente favorable a la producción, reducir costos burocráticos y facilitar el comercio internacional de productos agropecuarios. Con este tipo de medidas, el Gobierno busca mejorar la competitividad del sector agroindustrial y eliminar barreras que dificultan su crecimiento y desarrollo.
