Por Agroempresario.com
La familia Eurnekian, propietaria de la petrolera CGC, ha dado un giro estratégico importante en su negocio al comenzar el proceso de venta de su participación en TGN, la principal transportista de gas del país. Esta decisión llega en un contexto de reorientación hacia la producción, que es el sector en el que CGC buscará concentrar sus esfuerzos en el futuro cercano. La venta, que involucra un 23,07% de las acciones de la empresa, se realiza junto con Tecpetrol, el brazo petrolero del Grupo Techint, quien también posee una participación significativa en TGN.
El proceso de venta está siendo gestionado por Citi, que se encargará de recibir ofertas de compra por la participación de CGC en la transportista de gas. Se estima que, dada la creciente demanda de gas en Brasil, podría haber interés por parte de algún grupo brasileño, que ve en TGN una puerta de entrada para la importación de gas desde Vaca Muerta. Este tipo de movimiento resalta el dinamismo que está viviendo el sector energético en Argentina, donde la familia Eurnekian ha sido un jugador clave.
CGC, una de las compañías de mayor porte en el portafolio de la familia Eurnekian, tiene una producción diaria de 22.000 barriles de petróleo, lo que representa casi el 3% de la producción total del país, y 5 millones de metros cúbicos de gas natural por día (aproximadamente el 3,6% de la producción nacional). Este nivel de producción coloca a CGC en una posición privilegiada para hacer frente a los desafíos del mercado energético, y la venta de su participación en TGN tiene como objetivo concentrar los recursos en el aumento de su capacidad productiva.
El interés por parte de empresas internacionales en los activos energéticos argentinos no es nuevo, pero ha tomado mayor relevancia en las últimas semanas. Un ejemplo claro de esto es la venta de los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta, que fueron adquiridos por Pluspetrol por un monto de 1.700 millones de dólares. Este acuerdo ha generado una ola de interés tanto a nivel local como internacional por las áreas productivas de Vaca Muerta, y empresas como TotalEnergies y Equinor están evaluando sus activos en la región con miras a posibles ventas.
En el caso de TotalEnergies, la compañía francesa ha anunciado su intención de desinvertir en el sector petrolero argentino, lo que incluye la venta de sus operaciones en la cuenca neuquina, específicamente en los bloques Rincón la Ceniza y La Escalonada. Esta decisión de la petrolera francesa, que es la segunda mayor productora de gas en Argentina, refleja una tendencia en la que las compañías energéticas buscan ampliar sus inversiones en energías renovables, mientras reorientan su portafolio de activos petroleros. En el caso de Equinor, la noruega también está evaluando la venta de sus activos en el país, aunque todavía no ha tomado una decisión final. Equinor posee una participación importante en dos bloques en Vaca Muerta, Bajo del Toro y Bandurria Sur, y ha sido parte del desarrollo de la zona en asociación con YPF.
El proceso de reconfiguración del mercado energético también responde a cambios en el entorno político y económico de Argentina. La llegada de Javier Milei a la presidencia ha generado expectativas positivas en el sector energético, particularmente entre las empresas extranjeras, que ven en el nuevo gobierno una oportunidad para mejorar el acceso al capital y reducir las restricciones impuestas por el control cambiario. Este contexto promercado y la promesa de una menor intervención estatal han acelerado las decisiones de las compañías para poner en venta sus activos petroleros y de gas, con el objetivo de maximizar el valor de sus inversiones en un momento en que los precios parecen estar más favorables después de años de volatilidad e inflación.
El sector energético argentino ha vivido un crecimiento significativo en los últimos años, especialmente en la producción de gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta, pero para que este crecimiento sea sostenible y se acelere aún más, es necesario un mayor acceso al financiamiento. Durante años, el alto riesgo país y la falta de ahorro en el mercado local han limitado las oportunidades de crédito y han dificultado el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo, las expectativas de una disminución de las tasas de interés y la promesa de un gobierno más favorable a las inversiones extranjeras han generado un ambiente más optimista para los empresarios del sector.
A nivel global, el sector energético también atraviesa una etapa de transición. Si bien la generación de energía renovable ha sido una prioridad durante los últimos años, la creciente demanda de energía, impulsada en parte por el desarrollo de la inteligencia artificial y los centros de datos, está llevando a muchos países a reconsiderar su enfoque hacia las fuentes de energía más económicas y abundantes, como el gas y el petróleo. Este cambio en la demanda, sumado a la creciente descentralización de las inversiones en la generación de energía, ha creado un entorno propicio para la venta de activos energéticos, especialmente en regiones como América Latina.
El sector energético enfrenta desafíos importantes, pero también oportunidades únicas para aquellos que estén dispuestos a adaptarse a un mundo cada vez más interconectado y competitivo. En este contexto, la familia Eurnekian y otras grandes petroleras están tomando decisiones clave que marcarán el futuro de la industria en la región. La venta de activos y la reorientación de sus inversiones hacia nuevas áreas productivas reflejan una estrategia destinada a fortalecer su presencia en un mercado global cada vez más competitivo y en constante cambio.