Por Agroempresario.com
El café es una de las bebidas más populares en el mundo y su relación con la cafeína es fundamental para quienes buscan un extra de energía. Sin embargo, la cantidad de esta sustancia estimulante varía según el tipo de preparación, un detalle que muchos consumidores desconocen. El periodista y sommelier de café, Nicolás Artusi, reveló cómo activar mejor la cafeína y cuáles son los métodos que ofrecen mayor concentración de esta sustancia.
Según Artusi, la clave para liberar la cafeína está en el agua utilizada en la preparación. "Cuanto menos agua tiene un café, menos cafeína contiene", explicó. Esto significa que, a diferencia de lo que muchos creen, los cafés cortos y concentrados como el ristretto no tienen la mayor cantidad de cafeína.
"El ristretto es una bomba de sabor, pero no de cafeína. En realidad, el café que más energía aporta es el americano, porque tiene más agua y mayor extracción de la sustancia", señaló el experto. Este concepto desafía la creencia de que el café fuerte siempre es el más potente en términos de estimulación.
El espresso, una opción favorita de Artusi, también contiene menos cafeína de lo que podría suponerse. "Soy muy fanático del espresso. Me levanto por la mañana y me preparo uno cortito. Pero, a pesar de su intensidad, tiene menos cafeína que un café filtrado", detalló.
Artusi explicó que la cafeína empieza a hacer efecto a los 15 minutos de ser consumida y su impacto puede durar hasta cuatro horas. Por eso, recomienda evitar el café en las horas previas al descanso nocturno. "Si querés dormir bien, la última taza debería tomarse al menos cuatro horas antes de acostarse", aconsejó.
Las diferentes formas de preparación del café afectan la cantidad de cafeína en la taza:
Por otro lado, Artusi criticó el café instantáneo, comparándolo con el puré en polvo. "Es un producto ultraprocesado que pierde parte de su calidad y de la experiencia sensorial", advirtió.
La temperatura del agua es otro factor clave. "El agua no debe hervir, debe estar a un máximo de 96°C", recomendó Artusi. "La temperatura ideal para beberlo es de unos 68°C, aunque en Argentina se suele tomar más caliente, por encima de los 80°C".
También destacó la importancia de la molienda, la calidad del grano y la máquina utilizada. "Para obtener un buen café hay cuatro factores clave: materia prima, molienda, máquina y la mano del barista", enfatizó.
La profesionalización del barista ha cambiado la experiencia de consumo del café. "Antes, el café lo preparaba el dueño del bar, sin demasiadas técnicas. Hoy, el barista es clave para garantizar una extracción perfecta", sostuvo Artusi.
El café de especialidad, que se diferencia del comercial por su meticuloso proceso de selección y preparación, es una tendencia en crecimiento. "Permite disfrutar de matices de sabor y aroma que un café tradicional no puede ofrecer", agregó el experto.
En Argentina, el consumo de café sigue siendo bajo en comparación con otros países. "Desde los años 70, el promedio se mantiene en un kilo de café por persona al año", indicó Artusi. En contraste, en países como Finlandia o Noruega, el consumo supera los 15 kilos anuales por habitante.
Según Artusi, esta diferencia se debe a la fuerte presencia del mate en la cultura argentina. "En Argentina se consumen unos seis kilos de yerba mate por persona al año, lo que explica por qué el café tiene menos protagonismo en la dieta diaria", concluyó.