Por Agroempresario.com
Elon Musk volvió a sacudir el tablero tecnológico con una operación que sorprendió al mundo: su empresa de inteligencia artificial xAI compró la red social X (antes Twitter) por US$ 33.000 millones. Aunque pueda parecer un movimiento circular —dado que Musk ya era dueño de ambas compañías— la fusión tiene implicancias profundas para el desarrollo de inteligencia artificial, uso de datos personales, entrenamiento de modelos y privacidad digital.
La operación formaliza una integración que se venía gestando desde hace meses. De ahora en más, X y xAI funcionarán como una sola entidad, compartiendo datos, infraestructura, talento y alcance global. Musk explicó que la unión permitirá “desbloquear un inmenso potencial al combinar la capacidad avanzada de xAI con el enorme alcance de X”.
En palabras del propio empresario: “La empresa combinada ofrecerá experiencias más inteligentes y significativas a miles de millones de personas, manteniéndose fiel a nuestra misión de buscar la verdad y avanzar en el conocimiento”.
Según analistas del sector, esta compra marca un paso más en la estrategia de Musk de convertir a X en una “aplicación para todo”. Cheney Hamilton, analista de Bloor Research, sostiene que Musk busca transformar X en una plataforma centralizada de contenido, mensajería, pagos y experiencias potenciadas por inteligencia artificial, desafiando a gigantes como Google, Meta y OpenAI.
Con la incorporación formal de xAI, X dejaría de ser solo una red social para convertirse en el centro neurálgico del ecosistema tecnológico de Musk, donde confluyen herramientas como Grok —el chatbot de xAI—, sistemas de análisis de datos, y servicios digitales de todo tipo.
Uno de los aspectos más polémicos de esta integración es la utilización de datos de usuarios para entrenar modelos de inteligencia artificial. Grok, el chatbot desarrollado por xAI, ya ha sido criticado por su amplia recolección de información.
La reciente filtración masiva de datos de X —que habría expuesto información de 200 millones de usuarios— aumentó la preocupación sobre cómo se están utilizando esos datos y qué tan protegida está la privacidad de los usuarios.
Angus Allan, gerente de producto en CreateFuture, señaló que esta fusión apunta a aprovechar el volumen masivo de interacciones en X —posts, likes, mensajes, imágenes— para alimentar los algoritmos de xAI. “A medida que los proveedores de contenido limitan el acceso a sus datos, la actividad en X se convierte en un activo propietario invaluable para entrenar a Grok”, explicó.
Antes de esta operación, Grok era una función opcional dentro de X. Los usuarios podían elegir si interactuar o no con la herramienta. Ahora, esa línea se ha borrado. Con xAI al mando de X, toda la actividad social puede ser usada para alimentar sistemas de IA, sin una división clara entre lo público, lo privado y lo experimental.
De hecho, los nuevos términos de servicio de X, actualizados en noviembre de 2024, ya habían ampliado los derechos de la empresa para usar el contenido de los usuarios con fines de entrenamiento de inteligencia artificial. El documento habilita a la plataforma a recolectar y utilizar información para “subir, descargar y reutilizar contenido para cualquier propósito”.
Camden Woollven, responsable de marketing de productos de IA en GRC International Group, advirtió que la fusión implica que xAI ahora tiene acceso directo a todos los datos que circulan en X, incluidos posteos, imágenes, videos, mensajes privados y datos de geolocalización.
“Esa información probablemente ya se está utilizando para entrenar Grok y servirá como base para nuevas herramientas de IA en el futuro”, apuntó.
El riesgo es aún mayor en el caso de las imágenes públicas, ya que pueden contener metadatos, rostros o detalles sensibles. Adrianus Warmenhoven, experto en ciberseguridad de NordVPN, explicó que sin mecanismos claros de protección, estos contenidos podrían usarse en sistemas de reconocimiento facial o incluso en aplicaciones maliciosas.
En la práctica, X ya tiene acceso a los mensajes privados de sus usuarios. Sin embargo, la integración con xAI abre la posibilidad de que esos datos también sean utilizados para alimentar modelos de IA, algo que preocupa a expertos en privacidad digital.
Hamilton explicó: “Si bien no hay confirmación de que los mensajes estén siendo usados ahora mismo, el cambio de propiedad y las políticas ambiguas abren la puerta para que lo estén en el futuro, especialmente si se actualizan los términos de manera silenciosa”.
Woollven agregó que, por ahora, no hay evidencia de que los mensajes privados estén siendo utilizados, pero sí una falta de garantías de que no lo serán. “La pregunta no es si lo hacen hoy, sino si podrían hacerlo mañana”, dijo.
Para los usuarios preocupados por el uso de sus datos en el entrenamiento de inteligencia artificial, existen algunas opciones de configuración dentro de X.
Se puede acceder a ellas desde: “Privacidad y Seguridad” > “Compartición de datos y personalización” > “Grok”, y allí desactivar la opción de entrenamiento.
No obstante, Allan advirtió que esta configuración no tiene efecto retroactivo, por lo que todo lo compartido anteriormente ya pudo haber sido utilizado por xAI.
En Europa, gracias a la normativa GDPR, los usuarios tienen derecho a rechazar el uso de sus datos con fines de entrenamiento de modelos, pero en otras regiones las protecciones son más laxas.
La gran pregunta ahora es: ¿vale la pena seguir usando X?
Si se utiliza para contenido público, los riesgos son menores. Pero si se comparten mensajes privados o datos sensibles, los expertos aconsejan buscar alternativas. “Para mensajería, lo ideal es usar plataformas con cifrado de extremo a extremo como Signal o WhatsApp”, sugirió Hamilton.
Allan fue más contundente: “Ya entrenaron modelos con tus datos y no podés revertirlo. Para quienes priorizan la privacidad, es momento de considerar abandonar X”.
Woollven concluyó: “Si decidís quedarte, hacelo con conciencia. Publicá con intención, revisá tus configuraciones y pensá dos veces qué compartís. El juego cambió, y ahora, la IA está mirando”.