Por Agroempresario.com
Las reservas internacionales del Banco Central perforaron una nueva barrera este lunes, al descender por debajo de los 25.000 millones de dólares. Con una venta de divisas por 35 millones en el mercado cambiario, el stock bruto de reservas cayó 328 millones de dólares en una sola jornada, pasando de 25.119 millones a 24.791 millones. Esta tendencia negativa se produce en un contexto global adverso, que compromete seriamente el ingreso de dólares al país.
La combinación de factores externos como la caída del precio internacional de la soja y del petróleo, la devaluación del yuan chino y el aumento del riesgo país, configuran un panorama desafiante para la economía argentina, particularmente para las reservas del Banco Central, un pilar fundamental en la estabilidad de esta economía bimonetaria.
Argentina, como exportador tradicional de productos agrícolas y como jugador emergente en el mercado de hidrocarburos, depende fuertemente del valor de estos commodities para sostener el ingreso de dólares. Desde el anuncio de nuevas medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos, que reavivaron la guerra comercial con China, el precio de la soja cayó un 2,7% y el del petróleo un alarmante 14%.
De confirmarse esta tendencia bajista, las exportaciones argentinas sufrirán una merma significativa en su valor durante 2025. Esto se traduce directamente en menores ingresos por el complejo sojero —que representó el 24,6% de las exportaciones en 2024— y por los recursos energéticos vinculados a Vaca Muerta.
Según un informe de la consultora PPI, "la caída del precio de la soja es particularmente crítica por ser el principal complejo exportador del país, y la del crudo compromete los potenciales dólares que Vaca Muerta podría aportar".
A esta ecuación se suma un nuevo elemento: la reciente devaluación del yuan. Aunque leve en términos absolutos, este movimiento podría escalar si la guerra comercial entre China y Estados Unidos se profundiza. La devaluación encarece las exportaciones argentinas a China y abarata las importaciones chinas, impactando negativamente en el comercio bilateral.
Además, el swap de monedas entre Argentina y China representa alrededor de 18.000 millones de dólares dentro de las reservas brutas. Por lo tanto, una caída del yuan afecta también la valuación contable de estas tenencias en el balance del Banco Central.
Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica, sostiene que "la devaluación del yuan licúa la posición del activo de las reservas, y pone más presión sobre un recurso que es esencial para la economía argentina".
El riesgo país continúa en ascenso, lo que complica aún más la posibilidad de acceder a financiamiento externo. Este cierre del crédito internacional obliga a la Argentina a depender casi exclusivamente de sus reservas para afrontar vencimientos de deuda.
Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go, advierte: "Hay mayor presión sobre las reservas porque la crisis reduce fuertemente la oferta de divisas, tanto comerciales como financieras".
Según cálculos de Eco Go, las reservas netas del Banco Central son negativas en 11.722 millones de dólares, mientras que las tenencias líquidas alcanzan apenas 836 millones. A pesar del inicio de la cosecha gruesa, el panorama no mejora: el BCRA necesita dólares para cumplir con los compromisos de deuda de 2025 y enero de 2026.
Menescaldi agrega que "urge conseguir los fondos del FMI para hacer frente a los vencimientos de julio y enero. Esto probablemente implique eliminar el esquema blend y ajustar el tipo de cambio, ya que sostener el crawling del 1% se vuelve insostenible".
En este contexto, el sector agropecuario podría jugar un rol clave. Aumentar la eficiencia en la comercialización, anticipar liquidaciones y fomentar un esquema exportador más robusto son algunas de las estrategias que podrían aliviar parcialmente la presión sobre las reservas. Sin embargo, el contexto internacional y la incertidumbre financiera siguen marcando el pulso del mercado.
La caída de reservas, sumada a factores como la baja del precio de la soja, el petróleo y la devaluación del yuan, muestran que el desafío no es sólo local. Argentina necesita fortalecer su posición externa en un mundo cada vez más volátil.