Por Agroempresario.com
La actividad económica de Argentina se está recuperando a un ritmo superior al esperado y las perspectivas para el segundo semestre de 2025 son más optimistas, lo que podría tener un impacto positivo en las elecciones presidenciales de octubre. Los datos más recientes han superado las proyecciones de los analistas y varias consultoras han comenzado a ajustar sus expectativas al alza, previniendo que el crecimiento podría continuar durante los próximos meses, con una recuperación que alcanzaría un ritmo de entre 5% y 5,5% para fin de año.
Uno de los factores que ha impulsado este repunte es el crecimiento intermensual de la economía, que comenzó a partir de mayo de 2024 y se consolidó a lo largo del año. Sin embargo, a pesar de este crecimiento sostenido, el impacto en los bolsillos de los ciudadanos todavía no se refleja de manera equitativa. En este sentido, el gran desafío del gobierno es lograr un dinamismo en el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que, a su vez, se traduzca en mejoras concretas en el empleo y el poder adquisitivo de los argentinos.
El informe más reciente del Indec mostró un salto económico superior a lo previsto, lo que provocó un cambio en las previsiones de las consultoras. Jerónimo Montalvo, economista de Abeceb, destacó el buen dato del EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica) y proyectó que la actividad económica terminaría el año con un crecimiento de entre 5 y 5,5%. “El dato fue muy bueno, sorprendió con un crecimiento de casi el 1% mensual. Hacia adelante, vemos un segundo trimestre que va a desacelerar debido a la inflación que subió desde marzo, pero en la segunda parte del año la actividad va a repuntar con fuerza y llegará a las elecciones con un buen nivel”, explicó Montalvo.
Por otro lado, María Castiglioni, de la consultora C&T, fue aún más optimista. "El ritmo de crecimiento de enero y febrero fue más alto de lo esperado. La economía mostró un buen arrastre estadístico y creció de manera puntual. Lo positivo es que está empezando a llegar a los sectores más rezagados, aunque algunos aún no han mejorado", afirmó Castiglioni, y añadió que espera un aumento del 5,9% para este año. Esta recuperación es crucial para la sostenibilidad de la mejora de los salarios reales y la creación de empleo.
Los sectores clave para este repunte son, según las consultoras, la energía, la minería y algunos segmentos de la industria manufacturera, como la producción de alimentos y bebidas y el equipamiento para el sector agropecuario. Desde Abeceb, anticipan que la recomposición de stocks en el sector ganadero y el comportamiento de los precios internacionales de los commodities también contribuirán a un leve crecimiento del sector agroindustrial.
No obstante, no todos los sectores se beneficiarán de la misma manera con esta recuperación. Algunos rubros como la construcción, los textiles y ciertos servicios como hoteles, restaurantes, y el empleo doméstico seguirían enfrentando dificultades. La construcción, por ejemplo, continúa golpeada por los altos costos de los insumos en dólares, lo que limita la reactivación en ese sector.
Uno de los temas que genera más incertidumbre para los economistas es la salida del cepo cambiario. Si bien algunos expertos consideran que este cambio podría ser beneficioso a largo plazo para la economía, su impacto inmediato podría ser algo complejo. En particular, se teme que la volatilidad cambiaria y un posible aumento en las tasas de interés puedan afectar negativamente el consumo en el corto plazo.
Mateo Borenstein, economista de Empiria, destacó que la salida del cepo “será muy beneficiosa para el crecimiento en el mediano y largo plazo, pero en el corto plazo, el consumo podría verse levemente afectado por las subas de tasas y la volatilidad del tipo de cambio”. Esta perspectiva resalta la necesidad de que el gobierno gestione adecuadamente la transición hacia un tipo de cambio más libre.
Por otro lado, Milagros Gismondi, de Cohen Asociados, explicó que aunque la tasa de interés podría limitar un poco el dinamismo económico, no se espera que llegue a generar una recesión. Aseguró que “es necesaria una tasa positiva para que el peso se mantenga fuerte, pero será costosa para la actividad”.
Desde Epyca, advirtieron que la salida del cepo podría tener efectos negativos a corto plazo, ya que la aceleración de la inflación podría generar una caída en los salarios reales. A pesar de ello, Castiglioni destacó que, a largo plazo, la apertura cambiaria podría incentivar la inversión y mejorar las perspectivas de crecimiento.