Por Agroempresario.com
La provincia de Jujuy se prepara para una elección legislativa clave el próximo 11 de mayo, en la que el radicalismo jugará a todo o nada para conservar su control en la Legislatura. El oficialismo, liderado por Carlos Sadir —heredero político de Gerardo Morales—, enfrenta un desafío crucial: arriesga 18 de las 31 bancas que posee actualmente en la Cámara Unicameral, donde se renovarán 24 de los 48 escaños.
La votación, organizada en tres cuerpos —legisladores, concejales y miembros de comisiones municipales—, encuentra a la UCR enfocada en su máxima prioridad: blindar la mayoría legislativa. Para lograrlo, el radicalismo necesita retener al menos 12 bancas, un objetivo que requerirá una elección sin fisuras y, en parte, del apoyo de sectores opositores a través del corte de boleta.
La maquinaria política construida por Morales y mantenida por Sadir, con el jefe de Gabinete Freddy Morales como operador principal, busca que algunos opositores "corten" la boleta en el primer cuerpo —el de legisladores— para reforzar la lista oficialista del Frente Jujuy Crece. A cambio, el oficialismo jujeño dejaría margen para que los opositores puedan competir libremente en las categorías municipales.
Desde dos importantes espacios opositores admitieron que existe un acuerdo tácito para beneficiar a la UCR en la disputa legislativa. La maniobra se apoya, además, en la fragmentación del peronismo local, donde el cristinismo volvió a replicar sus errores históricos, dividiendo al espacio entre dos grandes ofertas: la lista de Leila Chaher, promovida por La Cámpora, y el Frente Somos Más, liderado por la senadora Carolina Moisés.
La intervención del peronismo fue impulsada desde Buenos Aires, a través de dirigentes como Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez, ambos con escaso conocimiento territorial en Jujuy. Esta situación terminó debilitando la estrategia opositora y favoreciendo indirectamente las chances del radicalismo.
Por su parte, el ecosistema libertario tampoco ofrece una amenaza unificada. Se presentan tres listas bajo el paraguas de La Libertad Avanza: el Frente Unir Liberal, Transformación Libertaria Jujuy y la lista oficialista del espacio, encabezada por Kevin Ballesty. De las tres, solo esta última cuenta con el respaldo de la Casa Rosada, a través de los senadores Ezequiel Atauche y Manuel Quintar.
La dispersión de candidaturas libertarias incluso rozó el ridículo: inicialmente, las tres boletas iban a compartir colores, logos y hasta la imagen del presidente Javier Milei. Finalmente, las autoridades electorales intervinieron para evitar el papelón y, aunque compartirán algunos elementos gráficos, se logró diferenciar las listas mínimamente.
Entre anécdotas de último momento, se destacan los problemas en La Quiaca, donde una lista libertaria estuvo a punto de quedarse sin candidatos, y las multas millonarias impuestas a un camión ligado a un postulante opositor, situaciones que alimentaron las sospechas de maniobras políticas de presión.
Con este panorama, el oficialismo radicalista llega a las elecciones con un aparato aceitado y una oposición dividida. Sin embargo, el resultado sigue abierto. La apuesta al corte de boleta y la fragmentación de sus rivales serán determinantes para saber si la UCR logra renovar su mayoría y continuar con el dominio político de Jujuy, un bastión clave para el partido a nivel nacional.
La jornada del 11 de mayo no solo definirá el futuro político inmediato de la provincia, sino que también marcará una señal importante hacia la interna de la UCR y el posicionamiento del radicalismo de cara a las elecciones nacionales de medio término.