Por Agroempresario.com
El romero (Salvia rosmarinus), conocido por sus múltiples usos medicinales y culinarios, está siendo reevaluado por su potencial productivo en la agricultura argentina. Un equipo de investigación del INTA desarrolló un ambicioso estudio entre 2021 y 2022 para determinar cuáles son los clones más adaptables y productivos en distintas regiones del país, con el objetivo de diversificar la oferta agrícola local y sumar alternativas sustentables a los sistemas productivos.
La investigación abarcó ensayos en cinco provincias —Salta, San Luis, Córdoba, Mendoza y Río Negro—, lo que permitió cubrir cuatro ecorregiones con características ambientales diversas. Según explicó Inés Lorello, especialista del INTA La Consulta, esta red experimental fue clave para evaluar la multifuncionalidad del romero y generar información concreta para su manejo agronómico.
Uno de los resultados más relevantes fue la caracterización de ocho clones —de tipo francés, criollo y rastrero— en términos de rendimiento y calidad de aceite esencial. En San Luis y Salta, los clones criollos R1 y R6 sobresalieron por su alta producción de droga cruda, mientras que en Mendoza se destacaron los materiales franceses. Además, se observaron diferencias en la composición química del aceite esencial, especialmente en componentes como el alfa-pineno y el eucaliptol.
En base a estos resultados, en 2023 se logró inscribir el primer cultivar de romero del país en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), bajo el nombre Criollo INTA. Este material se distingue por su rusticidad y elevado rendimiento. Además, durante 2024 se presentó para su registro un nuevo clon con características ornamentales y agroecológicas, actualmente en evaluación.
Más allá del rendimiento, el romero también mostró propiedades prometedoras como bioinsumo. En San Luis, se recolectó material vegetal cuyo extracto acuoso fue analizado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR-CONICET). Los resultados indicaron que este extracto puede inducir respuestas inmunes en plantas, reduciendo síntomas virales y mostrando efectos protectores ante enfermedades bacterianas y fúngicas. Este hallazgo abre la puerta a la utilización del romero como alternativa natural a los agroquímicos tradicionales.
La plantación en San Luis se realizó en noviembre de 2022, con un marco de 0,7 metros entre líneas y 0,5 entre plantas. La cosecha —anticipada por motivos de investigación— se llevó a cabo en abril de 2024. Los rendimientos registrados fueron de 1.123 kilos por hectárea para el clon R1 y de 2.110 kilos por hectárea para el clon R6, cifras alentadoras que refuerzan el valor agronómico del romero en sistemas diversos.
Según Carolina Galli, especialista del INTA San Luis, “los resultados son prometedores y sientan las bases para una producción adaptada a distintas condiciones agroclimáticas”. El estudio consolidó una valiosa colección de clones y generó conocimiento clave que posiciona al romero como un cultivo estratégico dentro del nuevo paradigma agroecológico que impulsa el INTA.