Por Agroempresario.com
En un auditorio colmado de empresarios, políticos y referentes del sistema financiero, Luis "Toto" Caputo volvió a desplegar un mensaje de optimismo en el 11° Latam Economic Forum. Bajo un estricto operativo de seguridad en el Golden Center de Parque Norte, el ministro de Economía reafirmó su visión sobre el futuro de la Argentina: un país que, si logra crecer al 8% anual, podría devolver US$550.000 millones al sector privado en concepto de impuestos.
El ministro dejó en claro que el Estado nacional ya no podrá sostener el ritmo de ajuste visto en el primer año de gestión de Javier Milei. El foco, ahora, deberá trasladarse a los gobiernos provinciales y municipales. “El verdadero protagonista de esta historia debe ser el sector privado”, enfatizó Caputo, despertando una ola de aplausos entre los asistentes.
Caputo desglosó la dinámica del gasto público en las últimas décadas para explicar el contexto actual. En los años 90, el gasto representaba 24 puntos del PBI; en 2020 había ascendido al 47%. Actualmente, el gasto se ubica en 35% del PBI, con una reducción significativa del Tesoro nacional de 28 puntos a 17.
“El Tesoro ya hizo su parte. Hoy, el desafío es que crezca la economía y que las provincias hagan su ajuste. No podemos seguir reduciendo cinco puntos por año como hicimos en 2024”, advirtió Caputo, acompañado por el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y su asesor Felipe Núñez.
En un tramo clave de su exposición, el ministro trazó un ambicioso escenario: si Argentina crece al 6% anual durante los próximos siete años, se podrá reducir impuestos en 1,5 puntos del PBI por año, lo que equivaldría a devolver US$420.000 millones al sector privado.
“Ahora, si logramos un crecimiento del 8% anual, que es absolutamente factible para una Argentina ordenada, podríamos bajar impuestos en dos puntos del PBI por año. Eso se traduciría en una devolución de US$550.000 millones”, remarcó Caputo.
El ministro insistió en que el crecimiento robusto permitirá avanzar en una reforma tributaria profunda, eliminando impuestos distorsivos como Ingresos Brutos, al que calificó como “el más perjudicial de toda la economía”.
Caputo dejó en claro que el actual Gobierno no busca perpetuarse en el poder, sino cimentar un modelo económico de largo plazo. “No venimos a hacer populismo, ni a culpar a factores externos. La Argentina consistentemente hizo las cosas mal por su propio déficit fiscal”, disparó el funcionario, apuntando contra las teorías de complot que suelen esgrimir sectores opositores.
De esta manera, el ministro reforzó el mensaje central de la administración Milei: achicar el Estado, bajar impuestos y desregular la economía para que el crecimiento lo lideren las fuerzas privadas.
“Hoy, las cosas salen bien porque se están haciendo bien”, insistió Caputo. “Tenemos que desterrar el chip del fracaso y convencernos de que podemos crecer no a tasas chinas, sino a tasas argentinas.”
Otro de los temas centrales de su discurso fue la “remonetización” de la economía. Según explicó, el Gobierno buscará movilizar los US$200.000 millones que los argentinos guardan fuera del circuito formal —los denominados "dólares colchón"— para reactivar la economía.
“La competencia de monedas llegó para quedarse. Queremos que esos dólares circulen en la economía. No es necesario imprimir más billetes; la plata está”, sostuvo Caputo, aunque evitó dar detalles concretos sobre el mecanismo que se implementará.
El anuncio de estas medidas será gradual. Primero, el vocero presidencial Manuel Adorni ofrecerá una presentación general, seguida por un despliegue técnico a cargo del equipo económico y el Banco Central.
Frente a un auditorio repleto de empresarios ávidos de certezas, Caputo hizo un llamado explícito a la inversión privada. “Es hora de que volvamos a invertir en la Argentina. Con más inversión y mejores precios, vamos a ganar mercados y a construir un país serio y competitivo”, alentó.
En sintonía, recordó que esta misma visión fue compartida días atrás en la Expo EFI, otro foro económico en el que el Gobierno buscó mostrar coherencia en su plan de estabilización y crecimiento.
“Este es el momento para confiar en la Argentina”, resumió el titular del Palacio de Hacienda, convencido de que el país se encuentra ante una oportunidad histórica si logra consolidar la disciplina fiscal y la apertura económica.
Caputo también remarcó la necesidad de que las provincias revisen sus esquemas impositivos. Señaló que tributos como Ingresos Brutos son obstáculos directos al crecimiento y que las reformas fiscales que impulsa la Casa Rosada no serán efectivas si los gobiernos locales no acompañan el esfuerzo.
“Se terminó el modelo en el que el Gobierno nacional hacía todo el ajuste mientras las provincias seguían igual. Ahora les toca a ellos”, advirtió, anticipando una dura negociación con los gobernadores en los próximos meses.
Aunque el ministro no precisó fechas, dejó entrever que las nuevas medidas de remonetización y estímulo al crédito interno se anunciarán en el muy corto plazo. El objetivo es sostener el nivel de actividad y evitar un enfriamiento de la economía, clave para cumplir las metas de crecimiento que se propone la administración Milei.
De fondo, el mensaje de Caputo fue claro: el crecimiento económico sostenido es la única vía realista para devolver riqueza al sector privado, reducir el peso del Estado y convertir a la Argentina en un actor competitivo en el mundo.