Por Agroempresario.com
La revolución tecnológica no da tregua y la industria de la auditoría no es la excepción. Marie-Laure Delarue, socia global de Auditoría en EY, una de las firmas líderes a nivel mundial, visitó recientemente la Argentina para participar de un encuentro estratégico en Bariloche y dejó definiciones claras: “La inteligencia artificial cambió varias cuestiones de fondo en nuestra práctica”.
Con casi dos décadas en la compañía y cinco años liderando el área de Assurance, Delarue comanda un equipo de más de 120.000 profesionales en todo el mundo, consolidando el negocio más importante de EY. Durante su paso por el país, analizó el impacto de las nuevas tecnologías, la evolución del clima de negocios en Argentina, y los desafíos que enfrenta la profesión.
La visita de Delarue a la Argentina no fue casual. Bariloche fue sede de una reunión estratégica que congregó a unos 100 líderes regionales de todas las líneas de servicios de EY: Assurance, Impuestos, Consulting, Servicios Financieros, y Estrategia y Transacciones. El objetivo: revisar las metas proyectadas hacia 2030 en un mundo de rápidos cambios económicos, tecnológicos y sociales.
La ejecutiva destacó el desempeño de EY Argentina: “Me sorprendió positivamente su performance en términos de mercado, penetración, calidad y retroalimentación de clientes y equipos. Además, veo señales de mejora en el entorno económico, lo cual abre la puerta a más inversiones locales e internacionales”.
Consultada sobre la situación actual del país, Delarue se mostró optimista: “El clima de negocios mejoró realmente. Aunque aún persisten incertidumbres, la estabilización y la reducción de la inflación son señales claras y positivas. Esto facilita la proyección, la construcción sostenible y el desarrollo de negocios”.
El cambio de percepción internacional hacia la economía argentina, según Delarue, también contribuye a mejorar la confianza de inversores y empresarios, un factor crítico para un país que busca capitalizar oportunidades de crecimiento.
Respecto a las políticas macroeconómicas de Estados Unidos y su influencia en Latinoamérica, la socia de EY señaló que “la incertidumbre tiene un costo económico elevado en cualquier parte del mundo”. Tanto la pandemia como la evolución tecnológica rápida y ahora las políticas norteamericanas son factores de volatilidad que obligan a empresas y consultoras a adaptarse de forma ágil.
"Nuestros clientes, al igual que nosotros, aprenden a moverse en entornos inciertos, aunque siempre representa un desafío", puntualizó.
Uno de los puntos centrales de su análisis fue el rol de la inteligencia artificial (IA) en la transformación de la auditoría. “Pasamos de un modelo donde las personas realizaban las tareas a uno donde un agente de IA ejecuta esas tareas y las personas supervisan los resultados”, explicó.
Este nuevo paradigma exige una revisión humana de los outputs generados por la IA para garantizar seguridad y precisión. Delarue enfatizó: "La adopción de tecnología debe hacerse con cautela, asegurando que sea adecuada para su propósito y que los usuarios comprendan tanto sus beneficios como sus riesgos".
La implementación de IA en auditoría no solo mejora la eficiencia, sino que redefine los perfiles profesionales y las competencias necesarias, marcando el inicio de una nueva era en el sector.
Otro de los grandes cambios en la profesión viene de la mano de las cuestiones ESG (Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo). La normativa europea CSRD, vigente desde 2023, obliga a las grandes empresas a reportar su desempeño en estas áreas, incrementando la demanda de servicios de auditoría no financiera.
EY, a través de su equipo especializado en Cambio Climático y Sustentabilidad (CCaSS), acompaña a las empresas en este proceso. Según Delarue, “en 2024 vimos un primer gran año de aprendizaje e inversión en reportes ESG, y esto apenas comienza”.
La socia global destacó que la auditoría ahora no solo brinda confianza sobre cifras contables, sino también sobre información medioambiental, social y de gobernanza, lo que requiere nuevas habilidades y enfoques.
La misión central de la auditoría, generar confianza en los mercados de capitales, se expande a nuevas dimensiones. “Hoy se espera que auditemos no solo balances contables, sino también reportes ESG y el uso responsable de tecnologías como la IA”, subrayó Delarue.
La brecha de confianza que existe respecto a la tecnología y la sostenibilidad se traduce en una mayor demanda de validaciones independientes. Esto, a su vez, redefine el alcance de los servicios de auditoría y promete un crecimiento sostenido de la actividad en los próximos años.
Más allá de la tecnología, el gran reto para la industria de la auditoría, según Delarue, es atraer, retener y desarrollar talento. “Este sigue siendo un negocio de personas”, afirmó.
Tradicionalmente vista como una profesión burocrática, la auditoría hoy ofrece oportunidades mucho más atractivas: identificar riesgos, asesorar en crecimiento empresarial y utilizar herramientas digitales avanzadas. "Gracias a la tecnología podemos eliminar tareas rutinarias y reorientar a nuestro personal hacia actividades de mayor valor agregado", agregó.
EY está invirtiendo en programas de capacitación y en propuestas de valor para el empleado que buscan reposicionar la auditoría como una carrera desafiante, innovadora y con impacto global.
La visita de Marie-Laure Delarue a la Argentina dejó en claro que el futuro de la auditoría ya está en marcha. La combinación de inteligencia artificial, reporte ESG, y la necesidad de construir confianza en entornos cambiantes redefine los estándares del sector.
En palabras de Delarue, “la profesión de auditoría está evolucionando más rápido que nunca. El desafío es aprovechar esta transformación para crear una industria más robusta, más transparente y más atractiva para las nuevas generaciones”.
Bariloche fue testigo de una hoja de ruta ambiciosa: adaptarse, innovar y liderar en un mundo donde la confianza es el valor más preciado.