Por Agroempresario.com
El control de malezas es uno de los mayores desafíos para los productores agrícolas de Argentina, y recientemente se ha sumado una nueva amenaza: la confirmación de la resistencia de Brassica rapa, conocida comúnmente como nabo o nabo silvestre, al herbicida flurocloridona. Este biotipo de nabo, proveniente del sudeste de Buenos Aires, ha sido el primer caso a nivel mundial en demostrar resistencia a este herbicida, lo que marca un hito en el estudio y manejo de malezas resistentes.
El caso fue reportado por un equipo de investigación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), conformado por los ingenieros agrónomos Víctor Juan, Lucía Ledesma y Federico Núñez Fré. El biotipo resistente fue identificado en un lote del Partido de Tandil, aunque también se encuentra en estudio un biotipo de la zona de Azul, específicamente en el paraje Arroyo Los Huesos. Este hallazgo no solo es significativo para Argentina, sino que también tiene implicancias a nivel mundial, ya que, hasta la fecha, no se había registrado resistencia a flurocloridona en ninguna parte del mundo.
Brassica rapa es una especie invasora y problemática en cultivos de la región, como trigo, cebada, maíz y girasol, entre otros. Esta maleza, que pertenece a la familia Brassicaceae, se ha extendido especialmente en el centro y sudeste de la Provincia de Buenos Aires, donde sus biotipos resistentes a herbicidas como glifosato, inhibidores de ALS y 2,4-D ya eran conocidos. Ahora, la resistencia a flurocloridona ha agregado una nueva capa de complejidad a este fenómeno.
La flurocloridona es un herbicida residual utilizado en la preemergencia de cultivos. Su acción se basa en la inhibición de la fitoeno desaturasa (PDS), una enzima clave en la biosíntesis de carotenoides, lo que provoca clorosis y la posterior muerte de las plantas. Este herbicida ha sido una herramienta fundamental para el control de malezas en cultivos como trigo, cebada, maíz, algodón, arveja, avena, entre otros. En Argentina, su uso ha sido muy popular, especialmente en lotes destinados a cereales de invierno y girasol, debido a su eficacia en el control de malezas resistentes a otros herbicidas.
Sin embargo, desde 2021/2022 comenzaron a reportarse fallas en el control de Brassica rapa, con nacimientos cada vez más frecuentes en lotes tratados con flurocloridona. Los investigadores identificaron que, a pesar de aumentar las dosis del herbicida, la eficacia del control era cada vez menor, lo que llevó a realizar ensayos para comprender mejor el comportamiento de los biotipos de esta maleza.
Los investigadores realizaron un ensayo en el invernadero de la Facultad de Agronomía de la UNICEN para evaluar la respuesta de dos biotipos locales de Brassica rapa al herbicida flurocloridona. Uno de los biotipos provenía de Tandil, donde se habían realizado aplicaciones anuales e ininterrumpidas de flurocloridona durante ocho años, y el otro de Olavarría, donde el herbicida solo se había aplicado en dos ocasiones en el mismo período.
En el ensayo, se aplicó flurocloridona en seis dosis, desde 0 hasta 2X (siendo 1X la dosis registrada de marbete, es decir, 250 g i.a./ha), en preemergencia sobre las plantas. Tras 17 y 30 días de la aplicación, se evaluó la supervivencia de las plántulas y los resultados fueron sorprendentes.
En el biotipo de Olavarría, considerado sensible, la supervivencia fue del 45% con la dosis más baja (0,125X) y descendió al 17,5% con la dosis de 0,25X. Con dosis más altas (0,5X, 1X y 2X), la mortalidad fue casi total, alcanzando un control efectivo del 98%. Sin embargo, en el biotipo de Tandil, los resultados fueron muy distintos. A dosis bajas (0,25X), sobrevivieron el 85% de las plantas, y con dosis de 0,5X y 1X, la supervivencia fue del 57,5% y 45%, respectivamente. En este biotipo resistente, la dosis más alta (2X) logró un control del 98%, pero con una dosis de 1X, aproximadamente la mitad de la población llegó a estado reproductivo y dejó descendencia viable y resistente.
El caso de Brassica rapa en Tandil no solo es significativo por la resistencia a flurocloridona, sino que también es un claro ejemplo de resistencia múltiple. Esta maleza ya presentaba resistencia a otros herbicidas de distintos mecanismos de acción, como glifosato, inhibidores de ALS y herbicidas hormonales, lo que hace aún más complejo su manejo. Este biotipo resistente de Tandil se convierte en el caso número 49 de malezas resistentes reportado en Argentina, y la resistencia a flurocloridona representa un nuevo desafío para el control de malezas en los cultivos extensivos.
Los investigadores calculan que la población de Tandil requiere seis veces más herbicida que la población de Olavarría para lograr una mortalidad del 50%. Este índice de resistencia (IR) de 6 es un indicativo claro de la necesidad urgente de revisar las estrategias de manejo de malezas en la región.
Este hallazgo subraya la necesidad de adoptar estrategias más complejas y diversificadas para el manejo de malezas resistentes en la región. La resistencia múltiple a herbicidas obliga a los productores a implementar un manejo integrado que combine diversas tácticas de control.
Algunas de las recomendaciones clave incluyen:
La confirmación de la resistencia de Brassica rapa a flurocloridona es un hito importante para el manejo de malezas en Argentina y en el mundo. Este caso, que también constituye un ejemplo de resistencia múltiple a varios herbicidas, destaca la importancia de implementar estrategias de manejo integrado y la necesidad de una constante innovación en el control de malezas.
En un contexto de resistencia creciente a herbicidas, los productores y técnicos deben estar atentos a las nuevas tecnologías y enfoques que permitan gestionar eficientemente las malezas sin comprometer la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.