Por Agroempresario.com
En un hecho que marca un antes y un después para el estudio de los glaciares patagónicos, el reconocido glaciólogo Pedro Skvarca confirmó que el glaciar Perito Moreno, emblema del Parque Nacional Los Glaciares y uno de los más célebres del mundo, ha entrado en una fase de retroceso irreversible. La afirmación surge a partir de datos recabados durante más de tres décadas de monitoreo y análisis continuo, y fue presentada recientemente en una charla realizada en el Glaciarium, el centro de interpretación glaciológica ubicado en El Calafate.
Según reveló Skvarca, el Perito Moreno perdió en los últimos siete años una superficie de 1,92 kilómetros cuadrados de hielo, lo que equivale a unas 320 canchas de fútbol. Un dato que no deja lugar a dudas sobre la magnitud del cambio: el glaciar, que durante más de un siglo fue considerado estable, ahora atraviesa un proceso de adelgazamiento y retroceso acelerado que, de continuar las condiciones actuales, no podrá revertirse.
Históricamente, el Perito Moreno fue una excepción entre los glaciares del mundo. Mientras la mayoría retrocedía como consecuencia del calentamiento global, este se mantenía en equilibrio. Sin embargo, desde 2018 comenzó a evidenciar signos de deterioro. Las mediciones satelitales realizadas por Skvarca y su equipo, utilizando imágenes del satélite Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea, muestran una pérdida significativa tanto en el Canal de los Témpanos como en el Brazo Rico, donde el glaciar se ha replegado marcadamente.
"Si se mantienen las mismas condiciones climáticas, el retroceso es irreversible", afirmó Skvarca en diálogo con La Nación, al finalizar su ponencia ante un auditorio colmado por guías turísticos, científicos y escaladores que han sido testigos directos del proceso.
Skvarca identificó cinco factores clave que explican la transformación del glaciar: el aumento sostenido de la temperatura atmosférica, el descubrimiento de morenas frontales sumergidas en 2023, el notable retroceso del frente glaciar, el incremento en la velocidad de flujo del hielo y la disminución alarmante del espesor glaciar.
El especialista, de 81 años, detalló que en los últimos 30 años la temperatura promedio del verano aumentó 1,2 grados centígrados en la zona. "El verano 2023-2024 fue el más cálido registrado, con una máxima de +11,2°C. Los tres veranos más calurosos ocurrieron en los últimos cinco años", precisó. Este cambio en el clima ha generado un efecto en cadena: mayor derretimiento, más agua en la base del glaciar, aceleración del flujo y, por ende, un adelgazamiento generalizado de la masa de hielo.
Durante su exposición en el Glaciarium, Skvarca presentó imágenes comparativas entre 1947 y 2024, donde se visualiza cómo el glaciar ha perdido contacto con formaciones rocosas clave y cómo la línea de retroceso avanza en forma paralela y constante en ambas márgenes.
Uno de los datos más contundentes es la pérdida de espesor del glaciar. En noviembre de 2024, junto a sus asistentes Carlos Domínguez y Steffen Welsch, replicaron una medición realizada en 1996 en el perfil Buscaini, ubicado a ocho kilómetros del frente del glaciar. El resultado: una pérdida de casi 25 metros de espesor, a una tasa promedio de 0,86 metros por año.
Más impactante aún fue lo registrado a cinco kilómetros del frente: entre 2018 y 2022 el Perito Moreno perdió espesor a una tasa de 4 metros por año, mientras que entre 2022 y 2024 esa tasa se duplicó a 8 metros anuales. En total, el glaciar se adelgazó 31 metros en apenas siete años, una cifra que confirma el desequilibrio en el que se encuentra actualmente.
Un hallazgo clave de los últimos años fue el descubrimiento de morenas frontales subacuáticas en el fondo del lago. Estas formaciones geológicas indicaban hasta dónde había avanzado el glaciar durante décadas pasadas. Skvarca y su equipo determinaron que el glaciar se desacopló de esas morenas entre 2018 y 2019, lo que habría provocado un incremento en los desprendimientos tanto en el Canal de los Témpanos como en el Brazo Rico, y acelerado la pérdida de hielo.
El colapso del último dique de hielo en marzo de 2018 también dejó huella. En aquel momento, el nivel del agua en el Brazo Rico subió 14,5 metros, marcando uno de los tres registros más altos documentados. Desde entonces, el glaciar no ha vuelto a recuperar la masa perdida.
Pedro Skvarca es ingeniero geodesta-geofísico formado en la Universidad de Buenos Aires y especializado en glaciología en Cambridge, Inglaterra. Es también director científico del Glaciarium, donde continúa su trabajo de divulgación y monitoreo. “Ellos son mis piernas, ahora que ya no puedo caminar por el glaciar”, dice con humor y orgullo al referirse a sus asistentes Domínguez y Welsch, quienes hoy recaban los datos in situ y mantienen en marcha los equipos de medición.
Cada una de sus conferencias es seguida con atención en El Calafate. Su figura, respetada por toda la comunidad, representa no solo un caudal de conocimiento técnico, sino también una voz de advertencia sobre los efectos tangibles del cambio climático.
La historia reciente del Perito Moreno ilustra de manera clara cómo incluso los glaciares considerados más estables no son inmunes al calentamiento global. El retroceso irreversible de uno de los íconos naturales de la Argentina es un llamado urgente a la acción, tanto para los responsables políticos como para la sociedad en su conjunto.
Preservar lo que queda, mitigar los efectos del cambio climático y repensar nuestras acciones se vuelven tareas impostergables si se quiere proteger el patrimonio natural para las próximas generaciones.