Por Agroempresario.com
El presidente Donald Trump anunció la aprobación de la esperada fusión entre la siderúrgica estadounidense US Steel y la japonesa Nippon Steel, poniendo fin a meses de incertidumbre sobre la operación que involucraba uno de los activos industriales más relevantes de Estados Unidos. Esta decisión ha generado gran impacto en el sector, con la promesa de la creación de al menos 70.000 empleos y una inversión de 14.000 millones de dólares en la economía norteamericana.
El anuncio oficial provocó un repunte inmediato del 21,61% en las acciones de US Steel, que cerraron a 52,17 dólares por acción en la Bolsa de Nueva York. En un comunicado publicado en su cuenta de Truth Social, Trump destacó: “Estoy orgulloso de anunciar que, después de mucha consideración y negociación, US Steel PERMANECERÁ en Estados Unidos y mantendrá su sede en la Gran Ciudad de Pittsburgh”.
La aprobación de Trump marca un claro cambio respecto a la postura de su predecesor Joe Biden, quien había bloqueado la operación a principios de 2025, alegando preocupaciones sobre la seguridad nacional. La propuesta inicial de fusión, presentada en diciembre de 2023, contemplaba una adquisición valorada en aproximadamente 14.900 millones de dólares.
Esta fusión entre US Steel y Nippon Steel representa un acuerdo estratégico que, según Trump, aportará una inversión significativa en los próximos 14 meses, fortaleciendo la industria siderúrgica estadounidense y generando miles de nuevos empleos.
Tanto US Steel como Nippon Steel celebraron el visto bueno de la Casa Blanca. Nippon Steel calificó la decisión como una “audaz acción de Trump” y subrayó su compromiso con la protección de los trabajadores y la seguridad nacional de Estados Unidos. Por su parte, US Steel resaltó el papel fundamental del presidente en la negociación y aseguró que la empresa “seguirá siendo estadounidense” y se beneficiará con la inversión que el grupo japonés tiene planeada para los próximos cuatro años.
No obstante, la fusión ha generado fuertes críticas por parte del sindicato United Steelworkers (USW), el principal gremio del sector. David McCall, presidente de USW, manifestó su oposición: “Autorizar la venta de US Steel será un desastre para los trabajadores siderúrgicos estadounidenses, nuestra seguridad nacional y el futuro de la industria manufacturera estadounidense”.
McCall agregó que la confianza en la industria podría verse comprometida y expresó preocupación por las prácticas comerciales de Nippon Steel, a quienes acusan de violar leyes comerciales y amenazar la capacidad metalúrgica y los empleos en Estados Unidos.
La decisión final para aprobar la fusión no estuvo exenta de debate político e institucional. El Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), encargado de evaluar el impacto de las adquisiciones extranjeras en sectores estratégicos, tuvo un rol decisivo en el proceso. Durante la administración Biden, el CFIUS no logró un consenso claro, lo que llevó a la suspensión temporal de la operación.
Sin embargo, un informe reciente del comité permitió destrabar la autorización bajo la administración Trump, que optó por aprobar la fusión tras evaluar las garantías ofrecidas por las empresas involucradas para mantener la operación y la sede en territorio estadounidense.
La fusión entre US Steel y Nippon Steel es vista como una movida clave para revitalizar la industria siderúrgica estadounidense, un sector que ha enfrentado desafíos en la última década debido a la competencia internacional y los cambios en la cadena de suministro global. La inversión proyectada y la creación de 70.000 puestos de trabajo se consideran un estímulo importante para la economía de ciudades industriales como Pittsburgh, núcleo histórico de la siderurgia en Estados Unidos.
Además, la operación fortalecerá la capacidad productiva de acero en el país, apuntalando sectores industriales relacionados y contribuyendo a la seguridad nacional, una de las preocupaciones centrales del gobierno de Trump.