Por Agroempresario.com
Marcos Galperin, el empresario más influyente del ecosistema digital latinoamericano y el argentino con mayor fortuna personal según Forbes, dejará su cargo como CEO de Mercado Libre a fines de 2025, luego de 26 años ininterrumpidos de liderazgo. La noticia fue confirmada por la empresa y sacudió al mundo tecnológico y financiero regional: a partir del 1° de enero de 2026, el actual jefe de comercio, Ariel Szarfsztejn, asumirá el mando operativo del unicornio argentino, mientras que Galperin se mantendrá en un rol estratégico como presidente ejecutivo del directorio.
La decisión no llegó por sorpresa. Desde hace años, Galperin había comenzado a delegar tareas operativas y a enfocarse en la estrategia general de la compañía, particularmente en el desarrollo de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial aplicada al comercio electrónico y los servicios financieros. Sin embargo, la oficialización de su salida como CEO marca el fin de una era.
Mercado Libre nació en 1999 como una idea en un aula de la Universidad de Stanford, donde Galperin cursaba un MBA. Junto a sus compañeros de estudios —Hernán Kazah, Nicolás Szekasy y Martín Lawson—, diseñaron un plan de negocios para crear una plataforma de subastas online para América Latina. Inspirados en el modelo de eBay, pero con adaptación regional, dieron vida a la primera gran startup tecnológica del Cono Sur.
Con los años, la empresa evolucionó más allá de las subastas: primero hacia el e-commerce puro y, luego, hacia un ecosistema completo que incluye logística (Mercado Envíos), fintech (Mercadopago), servicios crediticios, publicidad digital y hasta criptoactivos. Su modelo híbrido, que combina marketplace y fintech, le permitió sortear crisis, adaptarse a las demandas de la región y crecer de forma sostenida.
En 2007 se convirtió en la primera startup tecnológica latinoamericana en cotizar en el Nasdaq. En 2021, en pleno auge del comercio digital post pandemia, su valuación alcanzó los USD 100.000 millones. Actualmente, la compañía vale cerca de USD 131.000 millones y emplea a más de 50.000 personas en 18 países.
La sucesión en el liderazgo fue planificada meticulosamente. Galperin eligió personalmente a Ariel Szarfsztejn como su reemplazo, un ejecutivo que se sumó a la empresa en 2017 y que desde 2023 lidera toda el área de comercio. Con pasado en American Express y una fuerte formación en gestión, Szarfsztejn representa una continuidad operativa, con profundo conocimiento del negocio y alineación cultural con los valores fundacionales de la firma.
“El próximo capítulo de liderazgo está en manos del mejor equipo ejecutivo que jamás hemos tenido”, afirmó Galperin en una carta interna dirigida a sus empleados. “Ariel es una de las personas más talentosas y comprometidas que conocí. Confío plenamente en su capacidad para liderar la compañía hacia su próximo nivel de impacto.”
En este nuevo esquema, Galperin continuará definiendo la estrategia general, impulsando la visión de largo plazo, la evolución del producto y la aplicación de nuevas tecnologías. También mantendrá su rol como presidente del directorio, desde donde seguirá teniendo influencia en decisiones clave.
Si bien Galperin no dio motivos personales explícitos, su alejamiento de las funciones operativas parece responder a una combinación de factores: el desgaste lógico tras más de dos décadas al frente de una empresa de hipercrecimiento; el deseo de enfocarse en áreas más estratégicas e innovadoras; y, posiblemente, una voluntad de abrir espacio a nuevas generaciones de líderes dentro de la organización.
Además, en los últimos años, Galperin se instaló en Montevideo, Uruguay, desde donde dirige sus operaciones. En paralelo, comenzó a participar más activamente en debates públicos y políticos en Argentina, con posiciones claras a favor de las reformas económicas liberales y del emprendedurismo.
Es también miembro activo de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), de Endeavor y otras instituciones de promoción del sector privado. En ese marco, muchos observan su paso a un rol menos ejecutivo como una oportunidad para que Galperin amplíe su influencia en otros terrenos, desde inversiones en nuevas startups hasta mayor involucramiento en debates sobre políticas públicas.
Hablar de Mercado Libre es hablar del comercio electrónico en América Latina. La compañía no solo transformó los hábitos de compra de millones de usuarios, sino que también creó un ecosistema económico que involucra a miles de pymes, vendedores independientes, desarrolladores y profesionales de la logística y las finanzas.
Durante la pandemia, la plataforma fue vital para mantener activa la economía informal y el comercio minorista. Su brazo fintech, Mercado Pago, se convirtió en una de las principales billeteras digitales de la región, con más de 100 millones de usuarios registrados.
Mercado Libre también es pionera en el desarrollo de tecnologías logísticas adaptadas a mercados complejos, donde la infraestructura es limitada. Desde centros de distribución automatizados hasta flotas propias y alianzas con pequeños transportistas, la compañía redefinió la última milla latinoamericana.
Además, ha sido un semillero de talento. Muchos de sus ex empleados crearon sus propias startups exitosas, como Ualá o Tiendanube, replicando el know-how y la cultura de innovación de su “alma máter”.
La salida de Galperin como CEO no implica una ruptura ni un cambio de rumbo drástico, pero sí un punto de inflexión. La compañía deberá enfrentar desafíos nuevos: desde una competencia más feroz —con Amazon ganando terreno en Brasil y México, y nuevos jugadores como Shopee avanzando— hasta regulaciones más estrictas en materia de datos y servicios financieros.
También deberá seguir innovando en inteligencia artificial, automatización y personalización del usuario para sostener su liderazgo. En ese contexto, la conducción estratégica de Galperin desde el directorio será clave, así como la capacidad de Szarfsztejn para consolidar su estilo de gestión.
El mundo emprendedor sigue con atención estos movimientos. La transición marca una oportunidad para pensar el recambio generacional en las grandes empresas tecnológicas de la región y abre preguntas sobre el próximo paso en la carrera de uno de los empresarios más visionarios de América Latina.