Por Agroempresario.com
El Gobierno nacional logró este jueves un avance significativo al captar US$1000 millones mediante la emisión del bono Bonte30, una operación que marca un paso importante para la normalización del acceso argentino a los mercados internacionales de deuda. La noticia fue celebrada por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei, quienes destacaron la relevancia de esta colocación en un contexto económico y financiero desafiante.
La emisión de este bono a cinco años, pagadero en pesos pero suscriptible sólo en dólares, incluyó una opción de rescate anticipado a los dos años. La demanda fue notablemente alta, con 46 ofertas por un total de $1,94 billones (equivalentes a US$1694 millones), lo que permitió al Gobierno prorratear la asignación y fijar una tasa de interés del 29,50% nominal anual. Esta tasa resultó algo superior a la esperada por analistas, pero fue valorada como positiva dadas las circunstancias.
El Bonte30 se destaca por ser un instrumento a cinco años con pago en pesos ajustados, aunque la suscripción se realiza en dólares. Este formato busca atraer a inversores internacionales interesados en renta en moneda local, pero con protección frente al riesgo cambiario. La opción de rescate a los dos años agrega flexibilidad para los tenedores, una característica valorada en mercados con alta volatilidad.
Pablo Quirno, secretario de Finanzas, valoró que la operación haya ampliado el universo de inversores interesados en bonos argentinos y que haya permitido extender el plazo promedio de la deuda en pesos, algo que no se había logrado en meses recientes. Según Quirno, la sobredemanda refleja un interés creciente a pesar de las condiciones adversas.
El ministro de Economía, Luis Caputo, expresó: “Excelente noticia. Poder refinanciar vencimientos de capital es trascendental!”, subrayando el alivio que representa para las finanzas públicas. Por su parte, Quirno destacó que esta emisión contribuye a ampliar la base de inversores y mejora la sustentabilidad de la deuda.
Desde el ámbito privado, Leonardo Chialva, titular de Delphos Investment, señaló que la tasa de interés del 29,5% refleja el grado de optimismo o pesimismo de los inversores sobre el éxito del plan económico en el mediano plazo. Inicialmente se esperaba una tasa entre 24% y 27%, pero la tasa más alta incorpora también una prima de riesgo y el efecto del dólar usado para la suscripción, que estaba aproximadamente un 1% por debajo del tipo de cambio oficial vigente.
El economista Gabriel Caamaño, director de Outlier, apuntó que la tasa pactada supera ampliamente las estimaciones previas y que implica una tasa real implícita positiva cercana al 10%, tomando en cuenta proyecciones de inflación para los próximos años. Amílcar Collante, analista de CeSur, coincidió en que esta emisión “choca con el discurso del colapso inflacionario a mediados de 2026”, aunque valoró el acceso renovado al mercado internacional.
El ingreso de US$1000 millones permitirá al Gobierno cumplir con parte de las metas pactadas con el FMI respecto a reservas internacionales, que serán verificadas en junio. Este aumento en las reservas se reflejará principalmente en la tenencia del Banco Central, que hoy tiene una cartera mayormente compuesta por deuda.
Los fondos captados podrán ser usados para afrontar vencimientos por servicios de deuda reestructurada que suman aproximadamente US$4400 millones y vencen en julio, mejorando así el perfil de vencimientos y la sustentabilidad de las obligaciones externas.
Además, esta operación podría acelerar una baja del riesgo país argentino, que actualmente ronda los 650 puntos básicos, afectado por la suba global de tasas, especialmente en EE.UU. También se abre la posibilidad de una mejora en la calificación de mercado, con el potencial paso de Argentina de “mercado fronterizo” a “emergente”, lo que podría atraer mayor inversión extranjera en el futuro.
La colocación se enmarca en la estrategia del Gobierno de realizar licitaciones de deuda en moneda local cada dos semanas para refinanciar vencimientos y mantener el equilibrio monetario. En esta oportunidad, además del Bonte30, se emitieron Letras de Capitalización (Lecap) y bonos Boncer, que captaron más de $7 billones, ayudando a ordenar la curva de tasas locales.
Según analistas de Aurum Valores, la decisión del Gobierno de captar dólares en este momento muestra pragmatismo y un reconocimiento de la realidad del mercado, especialmente tras la política previa de no intervención hasta alcanzar un piso en la banda cambiaria. Destacan que la emisión reabrió el acceso a inversores extranjeros, que hasta ahora tenían una participación mínima en la deuda en pesos.
Esta maniobra también busca aprovechar la tendencia a la baja de la inflación, registrada en mediciones privadas, y que el Gobierno espera se profundice, lo que es clave de cara a las elecciones de medio término en octubre.
A pesar de la sobredemanda y el éxito en la colocación, la tasa de interés elevada refleja las dudas que persisten sobre la capacidad del país para controlar la inflación y consolidar su plan económico. Expertos señalan que, si bien el acceso al mercado es positivo, aún falta credibilidad para que las tasas bajen significativamente.
Por otro lado, el manejo de esta colocación será observado por los mercados para evaluar la continuidad y coherencia del plan fiscal y monetario. El cumplimiento de los compromisos con el FMI y la evolución de las variables macroeconómicas serán claves para mantener la confianza.