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Por Agroempresario.com
La industria energética argentina está viviendo una transformación profunda, impulsada por la convergencia entre recursos naturales estratégicos como Vaca Muerta, el litio y el cobre, y las tecnologías digitales avanzadas como la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT). Esta combinación no sólo redefine la producción, sino también la gestión eficiente y sostenible de los recursos en el marco de una transición energética global que demanda mayor eficiencia y menor impacto ambiental.
Según Sergio Ferrari, director de Power Systems para Argentina, Paraguay y Uruguay en Schneider Electric, "una gestión integrada, basada en datos, agiliza la toma de decisiones y fomenta el trabajo colaborativo". Este enfoque es fundamental para transformar el enorme potencial de los recursos nacionales en valor económico y ambiental, especialmente en un contexto de alta volatilidad de los mercados energéticos y creciente demanda mundial de minerales críticos.
Argentina cuenta con yacimientos de hidrocarburos en Vaca Muerta, uno de los reservorios no convencionales más grandes del mundo, que representa una fuente energética fundamental. A esta riqueza se suman minerales clave para las tecnologías limpias: el litio, componente vital para baterías de vehículos eléctricos, y el cobre, esencial para la electrificación y redes eléctricas.
Sin embargo, el aprovechamiento de estos recursos no se limita a su extracción. La sostenibilidad, la eficiencia y la tecnología forman el triángulo que permitirá potenciar estos activos estratégicos y cumplir con objetivos de descarbonización y competitividad. "La industria nacional de hidrocarburos y de minerales críticos se encuentra en un momento de grandes oportunidades", destaca Ferrari.
El ejecutivo enfatiza que la descarbonización global depende en gran medida de la producción sostenible de metales y minerales. "Las industrias que más energía consumen tienen un rol clave en la lucha contra el cambio climático", afirma. Por eso, las empresas energéticas están adoptando cada vez más procesos con eficiencia energética, alineándose con las metas de neutralidad de carbono.
La electricidad se perfila como la fuente principal de la transición energética, al ser entre tres y cinco veces más eficiente que otras fuentes convencionales. Según una encuesta realizada por el grupo de investigación State of Play, el 87 % de los ejecutivos mineros prevé que en 20 años todas las minas serán completamente eléctricas, y el 60 % cree que las minas nuevas ya serán 100 % eléctricas desde su inicio.
“La transición energética no solo se trata de qué energía usamos, sino de cómo la usamos”, sostiene Ferrari. En este sentido, la transformación digital es el motor para incrementar la eficiencia energética, reducir costos y aumentar la sustentabilidad.
La integración de dispositivos conectados mediante IoT y la gestión de datos en tiempo real gracias a plataformas inteligentes con IA permiten optimizar los procesos productivos, prever fallas y ajustar consumos energéticos al instante. Esto es vital en industrias como la minera y de hidrocarburos, donde la operación eficiente puede significar una diferencia competitiva significativa.
Los Centros Integrados de Operaciones (CIO) son un claro ejemplo de esta transformación, ya que entregan datos en tiempo real sobre la capacidad productiva, seguimiento de indicadores clave y permiten la coordinación precisa entre equipos. La empresa minera Black Rock, por ejemplo, ha logrado incrementar su productividad en casi doble dígito y reducir simultáneamente su consumo energético al integrar digitalmente toda su cadena de valor.
Ferrari resume el desafío con una frase contundente: “Hacer más con menos no es una opción, es una necesidad”. Las tecnologías digitales permiten predecir el comportamiento de activos, optimizar costos y mejorar la seguridad y fiabilidad en las operaciones.
Además, la digitalización fomenta la circularidad, reduciendo el desperdicio de materiales, y mejora la resiliencia y agilidad a lo largo de toda la cadena productiva. Schneider Electric acompaña esta transformación facilitando soluciones que optimizan el uso energético desde la generación hasta el consumo, apuntando a reducir pérdidas y minimizar el impacto ambiental.
Para el futuro inmediato, la clave estará en combinar las ventajas de los recursos naturales con la capacidad de la inteligencia artificial y la digitalización para crear un sector energético competitivo, eficiente y sostenible.
“La digitalización no reemplaza al trabajo humano, lo potencia. Y es, sin dudas, el puente entre el potencial y el futuro”, concluye Sergio Ferrari, poniendo el foco en el rol complementario de la tecnología y las personas para lograr una industria energética argentina renovada y alineada con los desafíos globales.
