Dólares en el colchón: cómo la formalización podría disparar la recaudación en las provincias

Por Agroempresario.com 

En un contexto de profunda transformación económica y fiscal, el Gobierno nacional presentó una propuesta que promete reactivar la economía formal a través de un mecanismo singular: incorporar al circuito financiero los denominados “dólares del colchón”. Esta medida, que busca fomentar la bancarización de los ahorros en divisas actualmente fuera del sistema, podría no sólo mejorar la actividad económica, sino también elevar considerablemente la recaudación de impuestos nacionales y provinciales. En este artículo, analizamos cómo esta política podría impactar directamente en los ingresos fiscales de las provincias, el rol de los gobernadores en su implementación y las claves para su aprobación parlamentaria.

El nuevo plan económico: formalización como motor fiscal

A diferencia de otras iniciativas que enfrentaron resistencias en el Congreso, como la “Ficha Limpia”, el plan de bancarización de los ahorros informales no afecta privilegios políticos ni estructuras partidarias. Por el contrario, promete beneficios concretos para todas las jurisdicciones. Al introducir más divisas en el sistema financiero, se espera estimular el consumo, la inversión y la producción. Esto, a su vez, impactaría en la recaudación de impuestos coparticipables como el IVA, Ganancias, Internos e Ingresos Brutos, además de tributos provinciales.

Desde el equipo económico, encabezado por el ministro Luis “Toto” Caputo, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el director de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), Juan Pazo, el mensaje es claro: si los ahorros en dólares se canalizan hacia el sistema formal, no sólo se generará crecimiento, sino que también se robustecerán las finanzas públicas.

Beneficios para las provincias: más recaudación sin nuevos impuestos

Uno de los principales atractivos de esta propuesta es que las provincias no deberán realizar ajustes fiscales ni implementar nuevos tributos. El crecimiento de la recaudación se dará como resultado del aumento de la actividad económica, lo cual incluye más consumo (y por ende más IVA), mayores ganancias declaradas por empresas y trabajadores autónomos, y mayor volumen en transacciones bancarias.

Esta fórmula fue expuesta durante dos reuniones virtuales que el equipo económico mantuvo con gobernadores de distintas provincias. En ellas se subrayó que la reforma tributaria, acompañada por la modificación de la Ley Penal Cambiaria y la Ley de Procedimientos Tributarios, permitirá crear un marco legal que facilite esta formalización sin penalizar al contribuyente de buena fe.

Un contexto fiscal más sano: de déficit a superávit

El Gobierno busca consolidar una nueva etapa fiscal. En menos de un año, logró revertir un déficit de 5% del PBI a un superávit superior al 1%. Esta corrección de las cuentas públicas contribuyó a reducir la inflación y generar condiciones para una recuperación sostenida. Las provincias, muchas de las cuales enfrentaban dificultades para pagar sueldos y mantener servicios esenciales, también se beneficiaron: recibieron más recursos nacionales y vieron un repunte en su recaudación propia.

Además, la eliminación gradual de impuestos distorsivos —como el Impuesto PAIS, las retenciones a las exportaciones y los aranceles de importación— permitió liberar presiones sobre las economías regionales, que hoy ven con buenos ojos cualquier propuesta que dinamice el comercio y la producción local.

Las cifras que avalan el cambio

Según estadísticas de la ARCA, durante los primeros 17 meses del gobierno de Javier Milei, las provincias recibieron una porción mayor de la recaudación tributaria en cinco oportunidades: febrero, mayo, agosto y septiembre de 2024, y enero de 2025. En comparación, durante el último año de gestión de Alberto Fernández, esa ventaja se registró sólo dos veces: junio y octubre.

El índice promedio de recursos reales para las provincias pasó de 102,13 (último año de Fernández) a 102,88 (gobierno de Milei). Aunque la diferencia puede parecer marginal, marca una tendencia clara: las políticas de desregulación y equilibrio fiscal comienzan a rendir frutos en términos de federalismo fiscal.

Gobernadores atentos: señales de respaldo

Durante las reuniones virtuales, los gobernadores participantes expresaron su interés y apertura para analizar la propuesta. Entre ellos estuvieron Raúl Jalil (Catamarca), Carlos Sadir (Jujuy), Hugo Passalacqua (Misiones), Rolando Figueroa (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro), Gustavo Sáenz (Salta), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). En un segundo encuentro, participaron Leandro Zdero (Chaco), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Alfredo Cornejo (Mendoza), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis), Martín Llaryora (Córdoba) y Claudio Vidal (Santa Cruz).

Esta convocatoria amplia muestra una intención clara del Poder Ejecutivo de generar consensos interjurisdiccionales. A diferencia de otras reformas conflictivas, esta estrategia apunta a una "ganancia compartida", donde cada provincia vea reflejado el impacto positivo en su presupuesto.

Riesgos y desafíos: cómo evitar el escepticismo

No obstante, la iniciativa no está exenta de riesgos. La confianza en el sistema bancario aún es baja entre muchos argentinos, que prefieren mantener sus ahorros en divisas fuera del circuito formal. Para revertir esta desconfianza, será necesario garantizar seguridad jurídica, estabilidad macroeconómica y beneficios tangibles para quienes decidan declarar sus dólares.

Además, el Congreso deberá aprobar los cambios normativos necesarios para que esta regularización sea posible sin efectos punitivos. Aquí entran en juego los acuerdos políticos y el diálogo con el Senado, que en otras oportunidades ha bloqueado o diluido reformas propuestas por el Ejecutivo.

Una oportunidad para federalizar la recuperación

El éxito de esta medida no dependerá únicamente del diseño técnico, sino de la voluntad política de cada jurisdicción para sumarse a un esquema de cooperación. Si las provincias adoptan una actitud proactiva, podrían generar un efecto multiplicador en sus economías, promoviendo inversiones, empleo formal y mejora en la calidad de vida.

La reactivación de las economías regionales podría verse potenciada por el ingreso de capitales informales al sistema, en especial si se canalizan hacia sectores estratégicos como la producción agropecuaria, la industria y la infraestructura.