Por Agroempresario.com
En un gesto diplomático clave para la estabilidad del noreste asiático, el gobierno de Estados Unidos felicitó al recientemente electo presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, y reafirmó su compromiso con la alianza estratégica que une a ambos países desde hace más de siete décadas. El secretario de Estado, Marco Rubio, destacó la intención de Washington de modernizar el acuerdo de defensa mutua y profundizar la cooperación trilateral con Japón.
“Felicitamos al presidente Lee Jae-myung por su elección como próximo presidente de la República de Corea”, expresó Rubio en un comunicado oficial emitido por el Departamento de Estado. La declaración llega en un contexto de creciente tensión regional, con desafíos geopolíticos complejos vinculados a Corea del Norte, la ciberseguridad y la competencia tecnológica global.
Rubio subrayó que la relación entre Washington y Seúl está cimentada en valores compartidos, intereses estratégicos y profundos lazos económicos. “Estamos trabajando activamente para modernizar la alianza, de manera que podamos enfrentar las exigencias del entorno estratégico actual y abordar los nuevos retos económicos que comparten nuestras naciones”, agregó.
La alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur, formalizada en 1953 tras el fin de la Guerra de Corea, ha sido desde entonces una piedra angular en la arquitectura de seguridad del noreste de Asia. En los últimos años, la cooperación se ha expandido más allá del ámbito militar tradicional, incluyendo la defensa cibernética, el desarrollo de cadenas de suministro tecnológicas y la coordinación frente a amenazas nucleares, principalmente las del régimen norcoreano.
Además, Rubio manifestó su voluntad de fortalecer la cooperación con Tokio. “Seguiremos profundizando la cooperación trilateral entre Estados Unidos, la República de Corea y Japón para reforzar la seguridad regional, mejorar la resiliencia económica y defender nuestros principios democráticos compartidos”, dijo el secretario de Estado.
Por su parte, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba también envió un mensaje de felicitación al nuevo mandatario surcoreano. En declaraciones a la prensa desde el Kantei —la sede del Ejecutivo nipón—, Ishiba expresó su deseo de mejorar las relaciones bilaterales con Corea del Sur en el marco del actual entorno regional, caracterizado por tensiones comerciales y desafíos energéticos.
“Quiero mostrar mis respetos a la elección del pueblo surcoreano y felicitar al presidente por su victoria e investidura”, dijo Ishiba. Además, aprovechó para señalar la importancia de retomar el diálogo diplomático de alto nivel. “Espero poder celebrar una cumbre lo antes posible con el presidente Lee Jae-myung”, manifestó el mandatario japonés.
Coincidiendo con el 60º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países en 2025, Japón busca fortalecer su vínculo con Corea del Sur, no solo en el plano estatal sino también en el sector privado. “Somos países vecinos con diferencias, pero con la obligación de cooperar como socios ante los desafíos globales”, publicó Ishiba en la red social X (antes Twitter), en mensajes escritos en japonés y coreano.
Desde Washington, voceros del Departamento de Estado aclararon que, aunque aún no se ha fijado una fecha concreta para un encuentro entre Lee y autoridades estadounidenses, el gobierno norteamericano está trabajando para garantizar una transición “fluida” que fortalezca la estabilidad de la alianza.
En tanto, el portavoz del gobierno japonés, Yoshimasa Hayashi, aseguró que el cambio de liderazgo en Corea del Sur no altera los fundamentos de la relación bilateral. “Existe una comunicación amplia entre ambos países y también diferencias, propias de ser vecinos, pero vamos a seguir dialogando de manera estrecha para que la relación avance con estabilidad”, afirmó.
El futuro de la península coreana parece encaminarse hacia un nuevo capítulo de cooperación estratégica, con un liderazgo renovado en Seúl que buscará equilibrar sus relaciones con Washington y Tokio. Las señales emitidas por ambas potencias aliadas —Estados Unidos y Japón— indican una voluntad común de sostener un bloque democrático sólido ante los desafíos de seguridad, economía y tecnología en el Asia-Pacífico.