Por Agroempresario.com
A sus 31 años, Patrick Schwarzenegger parece haber encontrado el equilibrio entre dos mundos intensos y exigentes: Hollywood y los negocios. Tras más de una década buscando su lugar en la industria del entretenimiento, el hijo de Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver se luce en la tercera temporada de The White Lotus, mientras su startup de barras de proteína funcional, Mosh, acelera con fuerza en el competitivo mercado del bienestar.
La historia de Patrick no es la de un heredero más que intenta replicar la fama de sus padres. Es la de un joven que, desde muy chico, entendió que debía construir su propio camino. Y ese camino tiene múltiples direcciones. Mientras en pantalla interpreta a Saxon Ratliff, un millonario obsesionado con los suplementos y la imagen personal, en la vida real lidera una empresa que proyecta más de US$ 20 millones en ventas en 2025.
Durante los últimos dos meses, Schwarzenegger recorrió más de 15 países promocionando The White Lotus. Entre evento y evento, no se despega de sus barritas Mosh, lanzadas junto a su madre durante la pandemia y formuladas con ingredientes como citicolina, hongos melena de león y omega-3, pensados para apoyar la salud cerebral. Una misión personal para Shriver, motivada por la lucha de su padre, Sargent Shriver, contra el Alzheimer.
“Siempre llevo barritas en el bolsillo. Es lo único que como durante los rodajes”, dice Patrick, quien, al igual que su personaje en la serie, cuida obsesivamente su alimentación.
La conexión de Patrick con los negocios no es nueva. A los 15 años ya hacía pasantías con productores de cine e inversores. Uno de ellos, John Davis, le enseñó el valor de detectar oportunidades antes que los demás. Así fue como invirtió, con apenas 16 años, en Blaze Pizza, apoyado por sus padres y acompañado de figuras como LeBron James.
“Vi que la gente quería opciones más saludables y pensé: ‘voy a seguir invirtiendo en empresas que ofrecen eso’”, recuerda. Su intuición fue acertada: años después vendió sus acciones por al menos US$ 2 millones y diversificó su portafolio en marcas como Liquid IV, Olipop y Poppi, esta última vendida en 2025 por US$ 2.000 millones.
En 2020, mientras el mundo se paralizaba por el COVID-19, Patrick se mudó con su madre y fundaron Mosh. La idea era ofrecer snacks funcionales que contribuyeran al cuidado de la mente, un nicho cada vez más demandado. A diferencia de otras “celebrity brands”, Mosh nació con inversión 100% propia y sin campañas millonarias.
“No contratamos agencias ni levantamos rondas iniciales. Lo hicimos con un médico y un formulador. Todo fue artesanal”, cuenta Patrick. En 2022, la marca facturó US$ 4 millones; al año siguiente, US$ 7 millones. En 2024, alcanzó los US$ 12 millones.
Hoy, Mosh se vende en cadenas premium como Erewhon y Sprouts. Y ya hay reuniones avanzadas con gigantes como Walmart y Costco para expandirse aún más. En 2025, su meta es clara: superar los US$ 20 millones y alcanzar rentabilidad.
A pesar del éxito empresarial, Patrick no abandonó su carrera artística. Siguió formándose durante más de diez años y fue consiguiendo papeles de mayor peso. Primero en una miniserie de HBO Max junto a Colin Firth, después en Gen V, el spin-off de The Boys, y finalmente en The White Lotus.
Pero combinar ambos mundos no es sencillo. Durante el rodaje en Tailandia, tuvo que asistir a reuniones de negocios por Zoom en la madrugada. “Era casi imposible mantener el ritmo. Dormía muy poco. Pero no quería dejar ninguna de las dos cosas”, explica.
Hoy tiene claro que su carrera artística también alimenta su perfil empresarial. “Un estudio me dijo una vez que tenía que elegir: cine o negocios. Pero yo creo que hay simetría. Como actor también sos una marca”.
Con una ronda de inversión en marcha y nuevos canales de distribución en la mira, Patrick empieza a tomar decisiones más estratégicas. “Llevar una empresa de cero a US$ 10 millones es muy distinto a escalar hasta los US$ 100 millones. Ahí necesitás a alguien en la calle todos los días”, reconoce.
Por eso, aunque no piensa alejarse de Mosh, admite que su rol podría cambiar. “Mi objetivo era lograr que la marca pasará esa primera gran barrera. Ahora quiero que otra persona lidere la siguiente etapa. Yo estaré ahí para apoyar”.
En paralelo, continúa creciendo su presencia en Hollywood. Gracias a The White Lotus, su perfil como actor maduro, versátil y comprometido cobra nueva relevancia. Y, como él mismo dice, “mientras más crezca mi marca, espero que también crezca mi carrera”.