Por Agroempresario.com
Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, realizó una fuerte crítica al modelo económico argentino en torno a los biocombustibles. En diálogo con Canal E, Adam describió como “insólito” que Argentina mantenga un sistema que prioriza la exportación de materias primas sin valor agregado, mientras países como Brasil y Estados Unidos avanzan con modelos más eficientes y sostenibles.
El principal punto de preocupación es que Argentina produce alrededor de 50 millones de toneladas de maíz, pero exporta el 70% sin procesar ni agregar valor industrial. “Estamos hablando de una oportunidad perdida en desarrollo regional, generación de empleo federal y sustentabilidad ambiental”, destacó Adam.
Comparando con Brasil y Estados Unidos, Adam señaló que estos países usan entre el 70% y el 80% del maíz local para producción de etanol, lo que potencia sus economías internas y reduce la dependencia de combustibles fósiles. En contraste, Argentina solo le agrega valor al 3% de su producción y tiene una mezcla de etanol en combustibles del 12%, muy por debajo de países vecinos: Brasil (50%), Paraguay (30%) y Bolivia (25%).
En relación con el compromiso ambiental, Adam recordó que Argentina ha firmado acuerdos internacionales para reducir la huella de carbono y que el desarrollo de biocombustibles es clave para cumplir esos compromisos. “Sin biocombustibles, no vamos a poder avanzar en esa dirección”, advirtió.
El ejecutivo resaltó el modelo brasileño, donde el corte obligatorio de etanol en combustibles líquidos llega al 30%, y el mercado permite a los consumidores optar por un porcentaje mayor. “En Argentina podríamos alcanzar niveles similares en una década si existiera la voluntad política necesaria para impulsar esa agenda”, afirmó.
Sin embargo, el mensaje de Adam fue claro respecto a la falta de apoyo estatal: “Se necesita coraje y compromiso político para avanzar en esta agenda, pero los últimos gobiernos no han escuchado ni a los productores ni a la Argentina profunda”.
El llamado es a diseñar un plan nacional que fomente el crecimiento del sector biocombustible, promueva el agregado de valor al maíz y fortalezca el desarrollo regional y la sustentabilidad. “Es hora de que nos pongamos las pilas todos”, concluyó.