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Por Agroempresario.com
En un año electoral, la tradicional tendencia al incremento del gasto público en las provincias argentinas se enfrenta a un escenario de ajuste fiscal y cuidado de las cuentas públicas, según un reciente informe de la consultora Empiria. A pesar de la presión política que suele motivar mayores erogaciones en años impares, las 24 jurisdicciones muestran señales claras de orden fiscal luego de un esfuerzo significativo en 2024, que permitió alcanzar superávit primario en 21 provincias.
El análisis, realizado por Empiria —consultora fundada por el economista Hernán Lacunza— revela que las provincias ajustaron su gasto en un 15% real durante 2024, lo que compensa la caída en ingresos y mantuvo el equilibrio fiscal en la mayoría de los casos. Este dato es fundamental para comprender el contexto en que los gobernadores deberán manejar sus finanzas en un año marcado por elecciones provinciales y nacionales.
El informe destaca que el tradicional aumento del gasto en los años electorales no debería poner en riesgo la salud financiera de las provincias. Empiria sostiene que muchos reclamos por mayores fondos nacionales responden más a “la oportunidad del año electoral” que a una crisis estructural de las cuentas provinciales.
Además, se advierte que muchos pedidos relacionados con obras públicas coinciden con los calendarios de campaña, lo que añade presión política, aunque las finanzas provinciales, en general, se encuentran bajo control.
En mayo de 2025, se observó una caída interanual alarmante del 18% en la recaudación nacional, profundizando al 23% en impuestos coparticipables. Sin embargo, el informe de Empiria aclara que esta disminución no refleja un cambio de tendencia, sino que se explica por un “efecto base competitivo” muy alto en la recaudación de Ganancias durante 2024.
Las transferencias automáticas por coparticipación crecieron un 2,8% real en 2025, apoyadas en una recaudación de impuestos coparticipables que supera el promedio, considerando además que el impuesto PAIS, eliminado, no era coparticipable.
Por otra parte, las transferencias no automáticas continúan bajas en comparación con 2023, pero su peso en los ingresos provinciales es menor, por lo que su caída no afecta el balance general.
Durante 2024, las provincias acompañaron la estrategia nacional de ajuste fiscal. Solo tres jurisdicciones finalizaron el año con desequilibrio primario: Chaco, Catamarca y Buenos Aires. Esta última, aunque con déficit, mostró una mejora marginal de 0,3% del Producto Bruto Geográfico (PBG).
San Luis destacó por la mejora más significativa, pasando de un déficit de 2% a un superávit del 2,8% del PBG. Asimismo, Tucumán, Entre Ríos, Santa Cruz, Santa Fe, Corrientes y Tierra del Fuego lograron revertir su déficit primario.
El ajuste se sustentó principalmente en la reducción del gasto, que cayó un 15% real a nivel general. La provincia de Buenos Aires recortó su gasto total un 16% real, incluyendo un 15% en gastos corrientes y un 28% en erogaciones de capital. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) redujo el gasto en un 7% real, con una baja del 6% en corriente y 10% en capital. El caso más extremo fue San Luis, que disminuyó su gasto real en un 41%.
Un dato relevante es que el gasto en personal —que representa el 44% del gasto provincial total— bajó en promedio un 15% real, mostrando un esfuerzo generalizado por mejorar la eficiencia fiscal.
La deuda provincial en 2024 representó el 26% de los ingresos totales, con marcadas diferencias entre provincias. Por ejemplo, Buenos Aires y La Rioja tenían ratios del 49% y 45%, mientras que San Luis y Santa Cruz reportaron 0%.
En total, 14 provincias mantienen bonos en mercados internacionales por un volumen de USD 12.000 millones, de los cuales USD 7.500 millones corresponden a la Provincia de Buenos Aires.
La duración promedio de estos bonos varía: 5,3 años en Buenos Aires (influida por el bono 2037) y apenas 0,9 años en CABA y Jujuy. El rendimiento promedio de los bonos provinciales se ubicó en un 12% en 2024, significativamente menor al 20% observado en 2023, reflejando la mejora en la performance fiscal provincial.
Los bonos más riesgosos son los de La Rioja (31%) y Chaco (16%), mientras que CABA (7,2%) y Neuquén (7,5%) tienen los rendimientos más bajos. El bono 2037 bonaerense, con una TIR del 13,5%, es considerado por Empiria un instrumento atractivo y líquido dentro del mercado.
A pesar de las críticas públicas del gobierno bonaerense hacia la política nacional de ajuste fiscal, los datos muestran una conducta alineada con el recorte general. En 2024, Buenos Aires redujo su gasto en personal más de un 15% real, principalmente a través de menores incrementos salariales y no tanto por reducción de plantel.
El informe dedica un espacio a la propuesta oficial conocida como “Super IVA”, que busca reemplazar el impuesto sobre los ingresos brutos y el IVA coparticipable por un IVA provincial unificado. Aunque la medida tiene valor técnico por su eficiencia y progresividad, Empiria considera que es “impracticable”, principalmente por su impacto fiscal y redistributivo entre provincias.
El análisis advierte que esta reforma pondría en riesgo más de la mitad de los ingresos provinciales en promedio, y provocaría un efecto redistributivo desfavorable desde provincias productoras hacia consumidoras, lo que la hace políticamente inviable.
En cambio, Empiria ve como más viable un retorno a la idea del Consenso Fiscal 2017, derogado en 2019, que proponía una sustitución gradual del impuesto a los ingresos brutos por un impuesto a las ventas, una opción más realista y gradual.
El contexto fiscal provincial argentino en 2025 está marcado por un delicado equilibrio entre mantener el orden en las cuentas públicas y las presiones políticas propias de un año electoral. Las provincias deberán manejar con cautela sus gastos y la deuda, evitando caer en desequilibrios que puedan afectar la sostenibilidad fiscal.
El esfuerzo realizado en 2024, con recortes significativos y superávits primarios en la mayoría de los distritos, genera un margen para afrontar el 2025, aunque con desafíos como la caída puntual en recaudación y la presión para incrementar obras públicas en plena campaña.
Finalmente, la discusión sobre reformas tributarias como el “Super IVA” muestra que la búsqueda de un sistema impositivo más eficiente y equitativo continúa siendo un tema pendiente, pero que requerirá consensos difíciles en el escenario político argentino.
