Por Agroempresario.com
Juan Cruz Molina, primer presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) durante la gestión de Javier Milei, expresó su preocupación ante rumores de una reestructuración profunda que podría afectar la autonomía y el modelo territorial del organismo. Molina alertó que estos posibles cambios ponen en riesgo cuestiones fundacionales del INTA, que ha sido un pilar en la innovación y desarrollo agrícola en Argentina y América Latina.
En una entrevista para el programa Chacra Agro Continental, Molina señaló que una de las modificaciones más preocupantes es la posible reducción del Consejo Directivo Nacional, órgano clave que incluye representantes de universidades agronómicas y veterinarias, entidades de la Mesa de Enlace y grupos CREA. “Este diseño histórico que une ciencia, academia y producción ha sido muy valioso para el instituto”, afirmó.
Actualmente, el Consejo Directivo Nacional garantiza el control social y la participación de distintos sectores vinculados al agro. Sin embargo, según versiones, se buscaría eliminar la representación de universidades y CREA, lo que para Molina significaría un debilitamiento institucional y pérdida de la pluralidad que caracteriza al INTA.
Además, se estudian cambios en los consejos regionales, que reflejan el Consejo Directivo a nivel local. En Córdoba, por ejemplo, el consejo está formado por 12 miembros que trabajan ad honorem, sirviendo de vínculo fundamental con las comunidades productivas. Molina cuestionó la viabilidad de estos consejos si desaparecen los interlocutores nacionales.
El ex presidente del INTA criticó que estos posibles ajustes “no son un cambio creativo ni de excelencia, sino un cambio mediocre” y que no han sido suficientemente analizados. “No ayudarían a hacer al INTA más ágil ni eficiente”, enfatizó.
Otro aspecto crucial en juego es el modelo de extensión rural del INTA, reconocido como un ejemplo para América Latina. Molina destacó que otros institutos regionales observan el sistema de transferencia tecnológica y apoyo territorial argentino con gran interés. Alterar este modelo, dijo, sería un error que desconocería el trabajo y la relación con las comunidades productivas.
Para Molina, cualquier reforma debe respetar el enfoque federal del INTA y garantizar la participación regional para que el instituto siga cumpliendo su rol estratégico en el desarrollo agropecuario del país.
Este llamado de alerta coincide con un momento de incertidumbre dentro del organismo, que históricamente ha promovido la innovación tecnológica en agricultura, ganadería y producción agropecuaria, y que ahora se encuentra en debate sobre su estructura y gobernanza.