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Mercado de harina de soja en tensión: EE.UU. incrementa producción y compite con Argentina

EE.UU. impulsa el diesel renovable y crece su oferta de harina de soja, afectando al principal exportador argentino

Mercado de harina de soja en tensión: EE.UU. incrementa producción y compite con Argentina
jueves 03 de julio de 2025

Por Agroempresario.com

La harina de soja, uno de los pilares de la economía agroexportadora argentina, enfrenta un escenario de creciente incertidumbre a nivel global. El reciente impulso a la producción de diesel renovable en Estados Unidos ha generado un incremento exponencial en la elaboración de aceite de soja para biocombustibles. Este fenómeno trae aparejado un fuerte aumento en los volúmenes de harina de soja estadounidense, que amenaza con saturar los mercados internacionales y competir directamente con las exportaciones argentinas, la principal fuente de divisas para el país.

Estados Unidos propuso incrementar el mandato de volumen obligatorio para diésel de biomasa hasta alcanzar 5.610 millones de galones en 2026, más del doble del objetivo actual. Este salto en la demanda de biocombustibles genera un círculo virtuoso para la industria aceitera estadounidense, que incrementa la molienda de soja y la extracción de aceite, pero a la vez desata una oferta creciente de harina de soja en el mercado internacional, la cual deberá ubicarse en un contexto donde la competencia por compradores se intensifica.

Según el informe de Oil World, en un entorno donde la demanda global por aceite de soja crece más rápidamente que la de harina, las exportaciones mundiales de aceite de soja alcanzaron un récord de 4,7 millones de toneladas en los primeros cinco meses de 2025, un aumento del 31 % respecto al mismo período de 2024. En contraste, las exportaciones de harina de soja disminuyeron un 8 %, ubicándose en 26,4 millones de toneladas. Esta divergencia refleja la prioridad que están dando los procesadores al aceite para biocombustibles, dejando la harina con una sobreoferta y presión a la baja sobre sus precios.

Informe

Un analista de StoneX sintetizó esta situación al señalar que “la soja está en un punto intermedio, con sus productos en dos direcciones diferentes”. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. ha acelerado el uso del aceite de soja para biodiesel, lo que implica una mayor molienda de soja en ese país. El resultado es una harina de soja estadounidense que puede invadir los mercados globales con volúmenes sin precedentes, presionando los precios a la baja, fenómeno evidenciado en Chicago donde los valores del derivado siguen retrocediendo y los fondos están vendidos en niveles récord.

Este panorama distorsiona el complejo sojero global. Un analista brasileño de Agrinvest destaca que “los precios del derivado estadounidense ya no están tan lejos de los brasileños o argentinos, llegando a mínimos que no se veían desde 2007”. La creciente obligatoriedad del biodiesel en Brasil, que pasó del 14% al 15%, también contribuye a elevar la producción de aceite y, con ello, la harina excedente que encuentra dificultades para su colocación internacional, impactando negativamente en los valores del poroto de soja y de sus derivados.

El informe de Oil World resalta que, aunque las tasas de molienda mundial se mantienen altas, la prioridad está en la demanda de aceite para combustibles renovables. En paralelo, el mercado global de harina de soja muestra una reducción en las importaciones tras 16 meses consecutivos de crecimiento, con datos de abril y mayo 2025 inferiores a los mismos meses de 2024.

Cerdos

En este contexto, China, principal importador mundial de soja y harina de soja, experimenta cambios estratégicos que afectan la demanda global. El gigante asiático incrementó la oferta de soja brasileña y anunció una reducción del contenido de harina de soja en alimentación animal, del 13 % en 2023 al 10 % proyectado para 2030. Esta medida forma parte de un plan más amplio para fortalecer su seguridad alimentaria en medio de tensiones comerciales con EE.UU. y buscar un mayor autoprovisionamiento.

Los stocks de harina de soja en China han aumentado rápidamente, y el país asiático ha firmado recientemente un acuerdo de prueba para importar harina de soja argentina. La compra inicial es de 30.000 toneladas, con expectativa de ampliación si la calidad y los controles fitosanitarios se cumplen. El cargamento, estimado en 360 dólares por tonelada costo y flete, llegará en septiembre a la provincia de Guangdong. Esta acción es vista como un intento chino por diversificar proveedores y reducir la dependencia de Estados Unidos en el contexto de la guerra comercial iniciada durante la administración Trump.

Pese a esta apertura, el mercado chino sigue siendo complejo. La Cámara Argentina de la Industria Aceitera (CIARA) mantuvo una reunión con Liu Huanxin, director de la Administración Nacional de Alimentos y Reservas Estratégicas de China, donde el funcionario manifestó disposición a comprar harina argentina “si las condiciones comerciales lo permiten”. Sin embargo, se reconoció que aún quedan pasos por avanzar para consolidar acuerdos formales, dado que China históricamente ha protegido a su industria molturadora doméstica.

Argentina, líder mundial en exportación de harina de soja con 30 millones de toneladas vendidas en 2024, mantiene un perfil altamente exportador: cerca del 95 % de su producción se destina al mercado externo. Tras recuperar el liderazgo global en la campaña 2024/25, luego de ceder el puesto a Brasil en 2022/23 por la sequía, nuestro país enfrenta el desafío de sostener su cuota en el contexto actual de creciente competencia y precios deprimidos.

Informe

Los principales mercados para la harina argentina son Vietnam, países del sudeste asiático y la Unión Europea, con un consumo interno estimado en 1,4 millones de toneladas para alimentos balanceados y concentrados proteicos.

El escenario se torna aún más complejo cuando se analiza el impacto en el mercado doméstico. Los bajos precios internacionales presionan a la baja la rentabilidad del sector productor y procesador, mientras que la incertidumbre sobre los aranceles, retenciones y políticas públicas afecta la planificación y la inversión en la cadena de valor.

Factores clave a considerar:

  1. Incremento en la producción de biocombustibles en EE.UU:
     El aumento del mandato de biodiesel obliga a mayor molienda de soja, elevando la producción de harina que debe encontrar mercados externos.
     
  2. Competencia de EE.UU. en el mercado global:
     Con mayor oferta, Estados Unidos presiona los precios internacionales de la harina, compitiendo directamente con Argentina y Brasil.
     
  3. Cambios en la demanda china:
     La reducción del contenido de harina de soja en alimentación animal y la política de seguridad alimentaria de China impactan las importaciones y la dinámica del comercio global.
     
  4. Impacto en precios internacionales:
     La harina de soja enfrenta presión bajista en Chicago y otros mercados, afectando los ingresos de los exportadores argentinos.
     
  5. Perspectivas para Argentina:
     Mantener el liderazgo y ampliar mercados requiere estrategias comerciales, políticas de promoción y adaptación a los nuevos desafíos globales.


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