Por Agroempresario.com
En la edición 2025 de Caminos y Sabores BNA, uno de los sectores que más llama la atención por su frescura, sabor y arraigo territorial es el de las frutas patagónicas. Por quinta vez consecutiva, la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén participa del evento y reafirma su compromiso con la promoción del trabajo frutícola nacional, acercando las peras y manzanas del Alto Valle directamente al consumidor.
Instalados en un stand dentro de La Rural de Palermo, representantes de la Federación ofrecen frutas frescas a precios promocionales. Pero detrás de esta propuesta hay mucho más que una venta: hay una historia de resistencia, orgullo y calidad exportadora.
“Estar en Caminos y Sabores es visibilizar el esfuerzo del pequeño productor y llevar nuestras frutas a nuevos públicos”, aseguró Sebastián Hernández, presidente de la Federación, en diálogo con medios presentes. Para Hernández, la participación en la feria representa una oportunidad para conectar con los consumidores de manera directa, sin intermediarios, y mostrar el verdadero valor del trabajo chacarero.
La Federación agrupa a 1.500 productores primarios de Río Negro y Neuquén, y su sede en General Roca es epicentro de una red que genera más de 60.000 puestos de trabajo a lo largo del ciclo productivo: poda, riego, cosecha, empaque y logística.
Las peras y manzanas del Alto Valle no son sólo un producto regional, sino una marca registrada de la agroindustria argentina. Reconocidas por su sabor, textura y presentación, estas frutas llegan cada temporada a las góndolas del país y del mundo. “Estamos compitiendo en distintos mercados internacionales: desde Rusia hasta China, pasando por Europa y Estados Unidos”, destacó Hernández, con orgullo por el reconocimiento que tienen sus productos en el exterior.
El camión refrigerado que llegó a Palermo desde el sur cargó con lo mejor de la cosecha: fruta fresca, con trazabilidad, cuidada desde el árbol hasta la mano del consumidor. Según explicaron desde la Federación, se busca mostrar que la fruta no es un lujo, sino un alimento esencial que debe estar presente en todas las mesas argentinas.
Además de su rol productivo, la Federación tiene una tarea gremial crucial. Actúa como nexo entre los productores y los gobiernos nacional y provincial, y también con el sector privado exportador. Reclama políticas activas para el sostenimiento del sector, precios justos, subsidios en épocas de crisis y acompañamiento técnico.
En un contexto de inflación, suba de costos logísticos y caída del consumo interno, la misión de defender al pequeño y mediano productor es más urgente que nunca. “No podemos permitir que nuestros productores desaparezcan. La fruta es parte de nuestra identidad, y detrás de cada cajón hay familias que dependen de este trabajo”, sostuvo Hernández.
La presencia en Caminos y Sabores no es casual. Es una decisión estratégica para acortar la distancia entre quienes producen y quienes consumen. “Queremos que la gente entienda todo lo que hay detrás de una manzana o una pera: clima extremo, inversión, tecnología y mucho sacrificio”, explicaron desde el equipo de logística del stand.
A lo largo de la feria, cientos de visitantes se acercan a probar, comprar y conversar. Algunos descubren por primera vez que la fruta que tienen en la mano proviene del Alto Valle; otros, vuelven cada año para llevarse un pedacito del sur argentino. Así, se teje un vínculo entre productor y consumidor, que fortalece el tejido social y económico del país.
Cada fruta que llega a la feria tiene detrás una historia. La de chacras familiares que se resisten al avance inmobiliario. La de generaciones de productores que transmiten su saber de padres a hijos. Y la de cooperativas que se organizan para sobrevivir y prosperar en un mercado cada vez más competitivo.
En este sentido, la Federación de Productores se consolida como una voz colectiva del Alto Valle, representando no solo un producto, sino un modo de vida. Caminos y Sabores, entonces, es mucho más que una feria: es el espacio donde esas voces encuentran eco y reconocimiento.