Por Agroempresario.com
El Rocky Mountaineer, famoso por sus vagones con techo de cristal y sus espectaculares travesías a través de las Montañas Rocosas, fue elegido el mejor viaje en tren del mundo por la revista Travel + Leisure. Este reconocimiento posiciona al tren que conecta regiones de Estados Unidos y Canadá como un ícono del turismo ferroviario de lujo, gracias a una combinación única de paisajes impactantes, atención personalizada y sostenibilidad.
En un contexto global donde los viajes sostenibles y las experiencias exclusivas cobran cada vez más protagonismo, el Rocky Mountaineer destaca como una propuesta que convierte el trayecto en un destino en sí mismo. La travesía no es solo un medio de transporte, sino una vivencia que mezcla aventura, naturaleza y sofisticación.
El distintivo principal del Rocky Mountaineer son sus vagones con techos de cristal, que ofrecen vistas panorámicas de 360 grados. Esto permite a los pasajeros disfrutar del imponente paisaje de las Montañas Rocosas sin perder ningún detalle del entorno natural: lagos cristalinos, cañones dorados, bosques milenarios y cumbres nevadas se suceden a lo largo del recorrido, creando una experiencia visual difícil de igualar.
El servicio ferroviario cuenta con dos niveles de atención: SilverLeaf y GoldLeaf. En ambos casos, los pasajeros acceden a comodidades de alta gama, como asientos ergonómicos, gastronomía gourmet y guías especializados que enriquecen el viaje con datos históricos, geográficos y culturales. Quienes eligen la categoría GoldLeaf acceden, además, a un salón exclusivo con dos pisos, mirador exterior y atención personalizada de nivel premium.
El Rocky Mountaineer cubre distintas rutas entre Canadá y Estados Unidos, conectando lugares emblemáticos de la geografía norteamericana. Entre las rutas más destacadas se encuentra la que une Vancouver con Banff, atravesando el Parque Nacional del mismo nombre y permitiendo vistas directas al famoso Lago Louise, uno de los paisajes más fotografiados del mundo.
En territorio estadounidense, el tren recorre tramos que cruzan los estados de Colorado y Utah, bordeando cañones y formaciones rocosas de colores vibrantes, como el Cañón del Colorado y los valles del río Colorado. También se atraviesan zonas boscosas cercanas a los fiordos de Howe Sound, una de las entradas marinas más espectaculares de la costa canadiense del Pacífico.
Estas rutas están diseñadas para realizarse durante el día, de manera que los pasajeros puedan aprovechar al máximo el contacto visual con el entorno. Por la noche, el viaje se interrumpe y se ofrece alojamiento en hoteles seleccionados, combinando así lo mejor del turismo ferroviario con el confort del descanso en tierra firme.
El premio de Travel + Leisure al Rocky Mountaineer no es casual: la publicación especializada en viajes y turismo de alto nivel lo ubicó por encima de competidores de renombre como el Pullman británico, el Venice Simplon-Orient-Express, el Tren del vino del Valle de Napa y el Tren Al Andalus.
Cada uno de estos servicios ofrece experiencias ferroviarias sofisticadas, pero el Rocky Mountaineer se impone por su entorno natural único y su propuesta de viaje enfocada en el disfrute pausado del paisaje. Según los críticos de Travel + Leisure, este tren representa una evolución en el concepto de viaje en tren, al integrar naturaleza, lujo y sostenibilidad en partes iguales.
Más allá de las vistas panorámicas, el Rocky Mountaineer se destaca por la calidad de su oferta gastronómica. Los menús a bordo son diseñados por chefs locales e incluyen ingredientes frescos de la región, con opciones que van desde salmón salvaje del Pacífico hasta carnes criadas en las praderas canadienses.
Los desayunos y almuerzos se sirven en bandejas especialmente diseñadas para no interrumpir la contemplación del paisaje. Asimismo, los cócteles artesanales y vinos regionales complementan la propuesta sensorial, convirtiendo cada comida en una experiencia placentera.
Además, el personal de a bordo ofrece un trato cálido, profesional y atento, lo que refuerza la sensación de exclusividad que define al Rocky Mountaineer. Esta atención al detalle es una de las razones que llevó al tren a ser elegido el número uno por los lectores y expertos de Travel + Leisure.
Uno de los grandes atractivos del turismo ferroviario es su menor impacto ambiental en comparación con los vuelos. En un momento en que el turismo responsable gana adeptos, el Rocky Mountaineer ofrece una opción más sostenible para recorrer grandes distancias con una huella de carbono más baja.
Además, evita las molestias propias de los aeropuertos: largas filas, controles de seguridad y cambios de horario. El viaje comienza al abordar el tren y cada tramo es parte del disfrute. Esto lo convierte en una alternativa ideal para quienes valoran el ritmo pausado, la comodidad y el contacto con la naturaleza.
El reconocimiento al Rocky Mountaineer refleja una tendencia en auge: la revalorización del viaje en tren como una experiencia de lujo, alejada del estrés y centrada en el goce del camino. Mientras los aviones siguen siendo necesarios para ciertos trayectos, cada vez más viajeros optan por rutas ferroviarias cuando buscan una experiencia más enriquecedora y menos acelerada.
Con inversiones constantes en tecnología, servicio y sostenibilidad, el Rocky Mountaineer representa una nueva era del tren como símbolo de lujo moderno. Es una propuesta que combina lo mejor del pasado —la elegancia de los viajes clásicos— con las exigencias contemporáneas de confort, conciencia ambiental y autenticidad.