Por Agroempresario.com
Transportadora de Gas del Sur (TGS), la mayor transportista de gas natural de Argentina, está desplegando un ambicioso plan de inversiones que podría alcanzar hasta los US$ 4.000 millones, con el objetivo de potenciar la infraestructura de transporte y procesamiento de gas proveniente de Vaca Muerta. En una entrevista con Forbes, Oscar Sardi, CEO de TGS, detalló los ejes principales del plan, que incluye la ampliación del gasoducto Perito Moreno, una nueva planta para separar líquidos y la posible participación en los gasoductos dedicados a la exportación de gas natural licuado (GNL).
Uno de los pilares del plan de TGS es la repotenciación del gasoducto Perito Moreno, una obra clave para aumentar el suministro interno y reducir la necesidad de importaciones de combustibles. Sardi explicó que la compañía presentó la iniciativa privada en junio de 2023 y que la licitación, a cargo de Enarsa, está en curso. Las ofertas se presentarán el 28 de julio de 2025, con adjudicación prevista para noviembre y un plazo de obra de 18 meses.
Actualmente, el gasoducto transporta 21 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d). Con tres nuevas plantas compresoras, se sumarán 14 MMm3/d, de los cuales 12 MMm3/d abastecerán al Gran Buenos Aires y el Litoral, y 2 MMm3/d a Bahía Blanca. El beneficio fiscal estimado supera los US$ 450 millones anuales, además de un impacto positivo en la balanza comercial de unos US$ 700 millones.
El segundo gran proyecto de TGS consiste en convertir su planta de acondicionamiento en Tratayén en una planta de procesamiento de gas. "El gas es como un tren: el metano es la máquina, y los vagones son el etano, propano, butano y la gasolina", explicó Sardi. Con el gas más rico de Vaca Muerta, los líquidos representan hoy entre el 25% y 30% del gas producido.
La planta podría procesar hasta 43 MMm3/d, y requerirá una inversión de entre US$ 2.500 y 3.200 millones, según si se incluye o no la extracción de etano. El proyecto también contempla la construcción de un poliducto de 600 km hacia Bahía Blanca, donde se encuentran las plantas de fraccionamiento y los puertos de exportación. "Hoy el país ya está abastecido en consumo interno, por lo que todo lo adicional se puede exportar", afirmó.
Según las estimaciones de TGS, el margen de exportación de líquidos oscila entre US$ 150 y 200 por tonelada. Con una producción de entre 15.000 y 20.000 toneladas, la generación de ingresos podría ubicarse entre US$ 2.250 y 4.000 millones anuales. La clave, indicó Sardi, será articular la producción con compradores internacionales (off-takers) interesados en estos productos.
También destacó la importancia de escalar el proyecto sumando otros puntos de procesamiento, en función de la expansión de la producción de gas y petróleo en Vaca Muerta, lo que mejorará la eficiencia logística y permitirá reducir los costos del transporte.
TGS también apunta a participar activamente en el desarrollo de los gasoductos dedicados a abastecer a las futuras plantas de GNL, que permitirán exportar gas en estado licuado desde Argentina al mundo. "Queremos tener un rol protagónico en toda la cadena de valor del gas natural, desde el diseño hasta la operación y mantenimiento", señaló Sardi.
El objetivo es que las compañías productoras se enfoquen en la generación de gas, mientras TGS se encarga del desarrollo de infraestructura. Esto incluye desde el transporte hasta el acondicionamiento y la conexión final con las plantas flotantes o fijas que se instalarán en puntos estratégicos del litoral argentino, principalmente Bahía Blanca.
Sardi reconoció que estas inversiones no podrán ser financiadas por TGS en soledad. "Pensamos en estructuras societarias que incluyan a los productores, porque el volumen y la escala del negocio justifican la participación de múltiples actores", destacó.
El CEO hizo hincapié en que las condiciones macroeconómicas actuales, con mayor estabilidad, generan un escenario propicio para atraer inversores. "El potencial de Vaca Muerta es extraordinario, pero no alcanza con el recurso: hay que convertirlo en realidad", concluyó.
El plan de TGS representa un cambio estructural en la forma de pensar la logística del gas natural en Argentina. De una matriz centrada en el consumo interno y dependiente de importaciones, se avanza hacia un modelo exportador basado en infraestructura moderna, eficiencia operativa y articulación entre el sector privado y el Estado.
Con una red de gasoductos robusta, nuevas plantas de procesamiento, conexiones directas a puertos y un mercado internacional demandante de energía, Argentina podría convertirse en uno de los grandes jugadores del gas a nivel global.