Por Agroempresario.com
Peter Lamelas, designado por Donald Trump como futuro embajador de Estados Unidos en Argentina, compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense y dejó en claro su objetivo principal: reforzar la relación con el gobierno de Javier Milei y limitar la influencia de potencias extranjeras como China, Irán, Nicaragua, Cuba y Venezuela en el país.
Durante su presentación, Lamelas elogió las reformas del presidente argentino y sostuvo que Estados Unidos “puede aprender mucho de él”. En un tono enfático, marcó que su gestión diplomática tendrá un foco claro en el fortalecimiento de los lazos políticos, comerciales y de seguridad entre ambos países, destacando además el rol estratégico que ocupa la Argentina en el escenario latinoamericano.
Lamelas aseguró que, de ser confirmado por el Senado, adoptará una postura firme frente a lo que denominó “la influencia maligna de potencias adversarias”. En ese listado incluyó a regímenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, China e Irán. Según explicó, estos actores “buscan socavar los valores democráticos” en América Latina, y una de sus tareas será contrarrestar su avance en Argentina.
Particularmente, el futuro embajador se refirió con preocupación al avance del Partido Comunista Chino (PCCh) en sectores estratégicos de la región: energía, tecnología, telecomunicaciones y recursos minerales. Propuso incentivar una política que priorice las inversiones y el comercio con empresas estadounidenses, minimizando alianzas con países que “no comparten los valores occidentales”.
En varios pasajes de su intervención, Lamelas hizo referencia directa a Javier Milei. “El presidente argentino tiene una misión clara: liberar a su país de décadas de socialismo y mala gestión. Está haciendo reformas valientes, como reducir el déficit, controlar la inflación y eliminar políticas estatistas que ahogaban el crecimiento”, afirmó.
Agregó que su objetivo es colaborar estrechamente con Milei y su equipo, a quienes mencionó expresamente: Santiago Caputo, Luis Caputo, Gerardo Werthein, entre otros. Aseguró que quiere dialogar no solo con el Ejecutivo nacional, sino también con las 23 provincias, dado que “cada jurisdicción puede firmar acuerdos con China”, y eso puede debilitar la estrategia general de contención frente al régimen de Xi Jinping.
Entre los temas clave de su futura gestión, Lamelas subrayó tres prioridades:
“Creo que juntos alcanzaremos una grandeza sin precedentes”, sentenció, alineándose con el discurso geopolítico del expresidente Trump.
Durante la audiencia en el Senado, uno de los legisladores preguntó a Lamelas por la posición que adoptará respecto a las Islas Malvinas. En respuesta, el designado embajador reiteró la tradicional posición de neutralidad de Estados Unidos: no reconoce soberanía ni para Argentina ni para el Reino Unido, aunque sí reconoce la administración británica en las islas.
Sin embargo, abrió la puerta a un enfoque más activo: “Cualquier cosa que fomente el diálogo entre ambos países será bienvenida. Si tuviera la oportunidad de viajar a las islas como embajador, lo haría en colaboración con la administración británica”, indicó.
La designación de Peter Lamelas sorprendió al establishment diplomático. No se trata de un funcionario de carrera ni de un experto en política internacional. Es médico de profesión, hijo de inmigrantes cubanos, y fundó una red de centros médicos en Florida que lo convirtieron en un exitoso empresario.
El propio Donald Trump anunció su nominación en diciembre de 2024 a través de su red Truth Social, calificándolo como “un hombre increíble” y “ejemplo del sueño americano”. Lamelas emigró legalmente a EE.UU. cuando era niño, huyendo del comunismo en Cuba, y desde entonces ha mantenido una fuerte militancia en el Partido Republicano.
Su perfil no tradicional se enmarca en la línea adoptada por Trump durante su mandato, al designar como embajadores a personas de confianza personal con trayectoria en el sector privado, más que en la diplomacia formal.
En noviembre de 2024, Lamelas se reunió con Javier Milei en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida. Según trascendió, en ese encuentro se consolidó una visión compartida entre ambos mandatarios. Días después, el futuro embajador publicó en X (ex Twitter) fotos del encuentro y elogió a Milei como “un líder con coraje y visión para liberar a su país del estatismo”.
Desde entonces, los canales de comunicación entre la futura administración Trump y la Casa Rosada se han intensificado, con un rol central de Santiago Caputo y de Gerardo Werthein, embajador argentino en Washington.
Según Lamelas, Argentina representa un socio clave para la política exterior de Estados Unidos. En sus palabras: “Una Argentina fuerte, estable y próspera no solo beneficia a sus ciudadanos, también aporta equilibrio político y económico a toda la región”.
En un contexto regional donde países como Venezuela o Nicaragua han reforzado sus vínculos con China y Rusia, y otras naciones muestran posturas oscilantes, Washington parece apostar por Buenos Aires como punto de anclaje para sus intereses.
Desde energía y minería hasta inteligencia y defensa, el embajador anticipa una agenda bilateral que excede lo económico. “Mi misión será reforzar cada uno de esos vínculos, facilitar el ingreso de empresas estadounidenses, promover el Estado de Derecho y ayudar a construir una democracia sólida con oportunidades reales de desarrollo”, concluyó.