Por Agroempresario.com
La economía argentina está atravesando un proceso de transformación estructural que impacta de lleno en el consumo, las inversiones y las proyecciones empresariales. En este contexto, Gian-Carlo Aubry, CEO de Nestlé para Argentina, Uruguay y Paraguay, habló con cautela sobre el presente y el futuro del mercado regional, reconociendo que si bien hay señales alentadoras, aún no se ha logrado recomponer el poder adquisitivo de los consumidores. Con un enfoque de "optimismo moderado", el ejecutivo suizo, que desde hace ocho años lidera las operaciones en el Cono Sur, puso el foco en la necesidad de eficiencia, continuidad política y tiempo para consolidar el crecimiento.
Aubry trazó un análisis profundo sobre los cambios de comportamiento del consumidor, los desafíos macroeconómicos, el impacto de los commodities internacionales como el café y el cacao, y las expectativas para el cierre de 2025. Además, brindó detalles sobre las inversiones en curso, la apertura importadora y los proyectos a futuro, tanto en Argentina como en Uruguay, país que se consolida como hub exportador de Nestlé para América.
Entre los principales cambios que destaca Aubry está el paso de una economía inflacionaria a una más estable, lo que modificó radicalmente los hábitos de consumo. “Hasta 2023 vivíamos con la idea de que todo iba a costar más mañana, entonces había que comprar y estoquear. Hoy, con una inflación baja y un tipo de cambio estable, ese razonamiento desaparece”, explicó el ejecutivo.
Este fenómeno impactó directamente en el comportamiento del consumidor, que pasó de compras anticipadas a compras de reposición. "Sufrimos mucho esto en 2024, y en 2025 el bolsillo de los argentinos aún no se recompuso. El poder adquisitivo está en proceso de recuperación", señaló.
El primer semestre del año no cumplió con las expectativas de crecimiento de Nestlé. Las proyecciones iniciales estimaban un crecimiento de entre 5% y 12%, pero los resultados quedaron por debajo, incluso con caídas en algunas categorías clave. "Nuestro objetivo para el segundo semestre es crecer entre un 5% y un 8%, aunque somos conscientes de que será una recuperación moderada", dijo Aubry.
El ejecutivo destacó que el consumo de alimentos, rubro en el que Nestlé tiene una presencia dominante, aún se encuentra en terreno negativo, mientras que otros sectores, como el automotriz o el inmobiliario, han mostrado signos de reactivación más concretos. “En alimentos, estamos mejor que el año pasado, pero seguimos en rojo”, afirmó.
Nestlé tiene una fuerte presencia en productos a base de café y cacao, dos commodities que no se producen en Argentina y que han experimentado subas de precios significativas en los últimos dos años. El cacao, por ejemplo, alcanzó los US$ 11.000 por tonelada, un salto extraordinario desde los históricos US$ 2.500 - 3.000.
“Esto nos dificulta mantener precios accesibles y, en muchos casos, tuvimos que absorber los costos. Esta situación impactó nuestras ventas”, explicó. Sin embargo, señaló que otros segmentos como nutrición infantil, alimentos para mascotas y Nespresso mostraron buen desempeño.
A pesar de un comienzo de año con una buena recuperación, los resultados de mayo y junio se desbalancearon, generando nuevas dificultades.
Uno de los cambios positivos que destaca Aubry fue la mayor apertura importadora, que permitió a la compañía retomar pagos a proveedores internacionales, repatriar dividendos y restablecer su cadena de abastecimiento. "Volvimos a tener productos que no teníamos al inicio de 2024 y mejoramos nuestra posición", aseguró.
En ese contexto, proyecta que la rentabilidad de 2025 será mejor que la de 2024, e incluso apunta a volver a niveles similares a los de 2022 y 2023. “La mejora de rentabilidad va de la mano con la recuperación del volumen y con la capacidad del consumidor argentino de comprar productos de valor agregado”, explicó.
Nestlé tiene un enfoque de largo plazo en la región y, a pesar del contexto, continúa invirtiendo. Según detalló Aubry, este año se están concluyendo proyectos iniciados en 2023 y 2024 por un total de US$ 10 millones, principalmente en Magdalena.
Si bien no reveló los planes futuros porque aún no están aprobados, confirmó que las inversiones contemplan nuevos productos, aumento de capacidad de producción y optimización de líneas, tanto para el mercado interno como para exportaciones.
“El cambio de paradigma económico, con menor inflación y sin devaluaciones permanentes, obliga a todas las empresas —y también al Estado— a ser más eficientes. Es un proceso que lleva tiempo, requiere voluntad política y continuidad institucional”, afirmó.
Si bien prefirió no dar un número exacto de facturación para 2025 por la volatilidad del contexto, Aubry afirmó que esperan superar los $664.119 millones facturados el año anterior. "El escenario actual es más alentador, aunque aún frágil. Necesitamos ver cómo evoluciona el poder adquisitivo del consumidor", expresó.
Con respecto al mediano plazo, sostuvo que esperan una recuperación clara recién entre 2026 y 2027, y si se mantiene la continuidad política y económica, proyectan un crecimiento sostenido durante los próximos cinco a diez años.
“Confío en que nos vamos a recuperar. La clave está en la paciencia y en mantener el rumbo”, sostuvo el CEO.
Más allá del foco argentino, Uruguay se ha convertido en un actor estratégico para Nestlé. En 2019, la compañía inauguró una planta de café tostado y molido que hoy abastece a Starbucks en América Latina y produce Nescafé para la región. Además, evalúan exportar a Canadá y Estados Unidos, ampliando su alcance global.
“Uruguay no produce café, pero ofrece un marco legal y fiscal muy favorable para importar granos verdes, conservar su origen, mezclarlos y reexportarlos. Es un modelo que funciona por su equilibrio entre el sector público y privado, algo que Argentina debería aspirar a replicar”, señaló.
Este tipo de infraestructura permite a Nestlé maximizar su eficiencia y competitividad global, en línea con su estrategia de largo plazo.