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Por Agroempresario.com
La historia de Izipizi es la de tres amigos que soñaron con emprender y, desde Lyon, Francia, lograron construir una marca de anteojos que hoy factura cerca de US$ 60 millones anuales. Fundada en 2010 por Xavier Aguera, Charles Brun y Quentin Couturier, Izipizi conquistó a consumidores que buscan diseño accesible, calidad y estilo sin pagar precios exorbitantes.
Xavier Aguera, Charles Brun y Quentin Couturier, amigos desde la adolescencia en Lyon, no tenían experiencia previa en la industria óptica, pero sí una fuerte voluntad de crear una empresa. “No existían marcas atractivas para la gente, y decidimos crear una que fuera genial”, señala Couturier, quien actualmente lidera las ventas en Europa, Asia y Sudamérica.
El proyecto comenzó bajo el nombre See Concept en París, con una propuesta innovadora: anteojos de lectura accesibles, diseñados para ser útiles y estéticamente atractivos. Inspirados en la idea práctica de evitar la pérdida frecuente de lentes en lugares públicos, desarrollaron un producto “masstige” —una marca de lujo accesible— con precios entre US$ 50 y US$ 75, muy competitivos frente a otros jugadores como Warby Parker, que opera en EE.UU. y Canadá con un modelo de venta directa al consumidor.
En los primeros años, la compañía enfrentó dificultades para hacer entender a clientes y comercios la necesidad de sus productos, que se ofrecían en lugares poco convencionales como bancos y oficinas postales. Sin embargo, estos obstáculos impulsaron a los fundadores a cambiar la estrategia. “Decidimos reinventar los anteojos de lectura, transformándolos de productos convencionales a objetos de estilo de vida y moda”, explica Brun, responsable de ventas en Norteamérica.
Con fondos obtenidos de rondas de financiamiento y el respaldo de amigos y familiares, comenzaron a fabricar sus anteojos en Taiwán y a presentarlos en ferias comerciales. Su gran salto se dio al introducir la marca en la boutique parisina Colette, reconocida por su exclusividad y tendencia, lo que los catapultó a un público exigente y sofisticado.
El éxito en boutiques de lujo les permitió llegar a grandes almacenes como Le Bon Marché, Selfridges y Harrods, expandiendo la oferta con anteojos de sol, para niños y deportivos. En 2017, la marca cambió su nombre a Izipizi, un juego de palabras con “easy peasy”, y abrió una tienda insignia en París.
La pandemia COVID-19 impulsó el canal de ventas online, que hoy representa el 30% del total, con fuertes ingresos en Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania e Italia. Actualmente, Izipizi tiene 20 tiendas propias y presencia en 7.500 puntos de venta en 85 países, apostando también a alianzas estratégicas con marcas como Moleskine y el Museo de Arte Moderno.
En 2022, los fundadores compraron las acciones de inversores minoritarios y sumaron a TowerBrook Capital Partners, firma de capital privado de Nueva York, que invirtió US$ 45 millones por el 25% de la empresa. Ese mismo año, contrataron a Jonathan Crespo, exdirectivo de Oliver Peoples, como director ejecutivo para Norteamérica, anticipando una expansión sólida en ese mercado.
Izipizi ya está presente en grandes almacenes como Bloomingdale’s y proyecta abrir su primera tienda en EE.UU. en 2026. Este paso refleja la ambición global de la marca, que combina diseño, accesibilidad y experiencia física, un modelo inspirado en su origen europeo y adaptado a nuevos desafíos.
Desde Lyon a París y luego al mundo, Izipizi es un ejemplo de cómo una idea sencilla, unida a un equipo comprometido, puede transformar un mercado tradicional. Los tres fundadores, ahora en sus cincuenta, siguen juntos en esta aventura empresarial, manteniendo vivo el espíritu de innovación y cercanía con el consumidor que los impulsó desde el principio.
En una oficina en Nueva York, mientras se preparan para una reunión en Bloomingdale’s, Aguera, Brun y Couturier recuerdan con orgullo ese joven sueño que empezó con un simple “¿Podrías ayudarme a leer? Dame tus ojos”.
