Por Agroempresario.com
Luego de la reciente revisión del acuerdo Extended Fund Facility (EFF) entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se conocieron nuevas condiciones para la acumulación de reservas del Banco Central (BCRA). Si bien el organismo multilateral aceptó flexibilizar las metas de reservas netas, remarcó que el fortalecimiento de las arcas del BCRA es esencial para asegurar la estabilidad macroeconómica, reducir la volatilidad cambiaria y continuar en el camino hacia una baja del riesgo país.
El nuevo escenario plantea un desafío concreto: el BCRA deberá reunir entre USD 3.500 y USD 4.000 millones hasta fin de año. Esta cifra, ajustada tras el incumplimiento de la primera meta que vencía el 13 de junio, aún representa una exigencia significativa. Aunque se reconoce la voluntad del equipo económico para recomponer las reservas mediante licitaciones y compras de divisas, el FMI insiste en que se necesitan políticas más activas y sostenidas para cumplir con los objetivos del programa.
La meta original de reservas no se cumplió. Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), el BCRA quedó unos USD 2.800 millones por debajo del umbral fijado. No obstante, desde principios de junio hasta finales de julio se lograron incorporar unos USD 2.000 millones, gracias a estrategias de financiamiento que incluyeron la emisión de bonos y operaciones del Tesoro.
En consecuencia, el FMI aprobó un rediseño en el esquema de acumulación de divisas. Ahora, el objetivo para fines de 2025 se fijó en un nivel más laxo: -USD 1.000 millones, es decir, USD 1.000 millones por debajo del nivel de reservas netas registrado en diciembre de 2024. Esto representa un cambio significativo respecto al objetivo anterior, que apuntaba a incrementar las reservas en USD 5.500 millones.
Más allá del relajamiento de metas, el FMI proyecta que el BCRA deberá sumar alrededor de USD 3.785 millones en reservas netas hasta diciembre de 2025. Esta cifra coincide, en parte, con estimaciones privadas, aunque existen diferencias notables entre consultoras.
Por ejemplo, SBS Group y Romano Group ubican la cifra cercana a los USD 6.000 millones, mientras que Equilibra calcula algo más de USD 4.000 millones. Por su parte, PxQ estima USD 4.400 millones, y el banco de inversión JP Morgan proyecta un acumulado necesario de USD 3.400 millones.
Estas discrepancias responden, entre otros factores, a diferencias metodológicas en el cálculo de las reservas netas, como la inclusión o no de pagos futuros de Bopreal o el tratamiento de los dólares del Tesoro depositados en la cuenta corriente del BCRA.
En su informe más reciente, el FMI sugiere que el Banco Central argentino debería asumir un papel más activo en el proceso de acumulación de divisas. En concreto, recomienda implementar un esquema de compras previsibles, tomando como referencia los modelos de países como Chile, Colombia y México.
Estos países aplican un sistema de intervenciones cambiarias mediante subastas regulares, lo que permite minimizar el impacto en los precios del mercado. El objetivo es que el BCRA actúe sobre cantidades y no sobre precios, contribuyendo así a un entorno de mayor previsibilidad.
No obstante, desde el Ejecutivo argentino relativizan la sugerencia. Según indicaron fuentes oficiales, el esquema de compras mediante acuerdos bilaterales y fuera del mercado abierto continuará vigente, ya que consideran que el contexto local requiere flexibilidad y adaptaciones propias. “Es una sugerencia, no una exigencia del acuerdo”, afirmaron.
El exdirector del BCRA Jorge Carrera explicó a Infobae que la preferencia del FMI por esquemas de subastas responde a su visión sobre los mecanismos de intervención monetaria. “El FMI imagina una simetría entre compras y ventas. Les gusta que el BCRA actúe con cantidades fijas, sin alterar el precio. Eso es planificación para ellos”, sostuvo Carrera.
Carrera también señaló que, durante el gobierno de Mauricio Macri, el FMI apoyó las subastas de divisas para intervenir en el mercado. Hoy, propone un esquema similar pero en sentido contrario: utilizar compras planificadas como instrumento de acumulación de reservas.
En el informe oficial, el equipo económico destacó que se logró incorporar USD 1.500 millones mediante operaciones del Tesoro solo en el último mes, y más de USD 5.000 millones desde fines de mayo. Estas compras, aunque menos visibles que las subastas abiertas, permitieron fortalecer las reservas de forma paulatina sin generar sobresaltos en el mercado.
Además, en la sección del informe donde el Gobierno expresa su visión sobre el acuerdo, los funcionarios remarcaron su compromiso con la meta de reservas, aunque advirtieron que la acumulación dependerá del contexto del mercado. También afirmaron que el proceso estará alineado con los objetivos generales de estabilidad macroeconómica y desinflación.
“Nos comprometemos a seguir reconstruyendo reservas, dependiendo de las condiciones del mercado y de una manera que también respalde nuestros objetivos más amplios de desinflación y estabilidad macroeconómica”, señala el texto del staff argentino.
Pese a la flexibilización de metas, el camino hacia la recomposición de reservas continúa siendo uno de los ejes centrales del acuerdo con el FMI. La nueva meta más accesible no exime al BCRA del reto de incorporar entre USD 3.500 y USD 4.000 millones hasta fin de año, en un entorno internacional y doméstico aún incierto.
El Gobierno deberá decidir si adopta las sugerencias del FMI respecto de la intervención programada o si continúa con su estrategia actual de compras discrecionales. En cualquier caso, la acumulación de reservas es clave para reforzar la credibilidad del plan económico, reducir la presión sobre el tipo de cambio y, en última instancia, mejorar las condiciones de financiamiento externo.
El espejo de Chile, Colombia y México ofrece lecciones sobre cómo estabilizar el frente externo en economías emergentes. Pero la implementación local dependerá, como siempre, de las particularidades del contexto argentino.