Por Agroempresario.com
La actividad en Vaca Muerta registró una disminución durante los últimos meses, fenómeno que el Gobierno atribuye principalmente a la caída del precio internacional del petróleo y al aumento de los costos operativos medidos en dólares. En el marco del AmCham Energy Forum, el secretario de Coordinación de Energía y Minería, Daniel González, explicó que, si bien la situación no es alarmante, el sector debe enfocarse en mejorar su competitividad a mediano y largo plazo.
Desde comienzos de 2025, la producción total de petróleo en Argentina se mantuvo estable en torno a los 750.000 barriles diarios. Sin embargo, el precio internacional del petróleo Brent cayó un 15% interanual, desde un promedio de US$80 en 2024 a US$65 este año, con proyecciones que anticipan una caída hasta los US$55 para 2026, debido al aumento de la oferta mundial.
González destacó que esta baja en el precio no afecta exclusivamente a Argentina, sino que también se refleja en una reducción global de la actividad hidrocarburífera, citando que en Estados Unidos los equipos de perforación disminuyeron un 15% en el último año. “Operar con un barril a US$80 es muy diferente a hacerlo cerca de US$60. La actividad probablemente no crecerá al ritmo del año pasado, pero esto forma parte de la evolución natural del sector”, afirmó.
A la baja del precio del crudo se suman otros factores que complican la rentabilidad del sector. La apreciación del dólar encarece los costos operativos, mientras que el elevado costo del financiamiento local, influenciado por un riesgo país superior a los 700 puntos básicos, limita la capacidad de inversión de las compañías.
González, que fue CEO de YPF durante la gestión de Mauricio Macri, destacó que las empresas ajustan su nivel de actividad en función de las condiciones internacionales. El gran desafío para el país es aumentar la competitividad para sostener un desarrollo sostenible. “Debemos seguir trabajando en crear un marco que permita crecer a mediano plazo, con reglas claras y estabilidad”, subrayó.
La caída en los precios internacionales también impacta en la balanza comercial energética argentina. Para 2025 se proyecta un superávit de US$6.000 millones, un 10% superior al saldo positivo del año anterior, que fue de US$5.400 millones. Este dato es relevante porque, aunque la producción aumentó más de un 20% interanual, la baja en el precio del petróleo moderó el crecimiento del superávit comercial, que inicialmente se esperaba que alcanzara cerca de US$7.000 millones.
El funcionario recordó la evolución positiva del sector en los últimos años: “Pasamos de un déficit cercano a los US$7.000 millones en el peor momento del kirchnerismo a un superávit significativo el año pasado. El desafío es mantener esa tendencia a pesar de las fluctuaciones de precios”.
En el mismo foro, Daniel Dreizzen, managing director de la consultora Aleph Energy, confirmó la caída de la actividad en Vaca Muerta, reportando una disminución del 24% en el número de fracturas en junio respecto al pico de mayo y un descenso del 15% en los equipos de perforación activos en comparación con el año anterior.
Dreizzen calificó 2025 como un año de transición para Vaca Muerta, con periodos de estancamiento y repuntes intermitentes. Resaltó que la clave para acelerar la producción será mantener reglas claras y previsibles, tomando como referencia la experiencia del shale en Estados Unidos, donde la estabilidad institucional es vital para transformar recursos en producción y exportaciones.
El gran desafío, según Dreizzen, es duplicar la producción actual de petróleo desde 750.000 barriles diarios hasta superar el millón y medio.
En el escenario regional, Brasil continúa avanzando en exploración y producción. Recientemente, la petrolera británica BP anunció un importante descubrimiento de petróleo y gas offshore a 400 kilómetros de Río de Janeiro, el mayor en 25 años para la empresa. En Argentina, BP opera a través de su filial Pan American Energy Group (PAEG), en alianza con Bridas —de la familia Bulgheroni— y la estatal china Cnooc.
Desde la industria advierten que, aunque Vaca Muerta tiene un enorme potencial, el país no debe confiarse ni suponer que “la vaca está atada”. “El mundo sigue encontrando nuevas áreas de producción y solo las más eficientes en costos prosperarán. Por eso es vital mejorar la competitividad en Argentina”, señalaron fuentes del sector.
Algunas empresas han manifestado, en privado, la posibilidad de triplicar sus inversiones en Vaca Muerta, aunque condicionan estos planes a una mejora en la estabilidad macroeconómica y política. El Gobierno confía en que, tras las próximas elecciones legislativas, un resultado favorable permitirá disminuir los riesgos políticos y reducir el costo del financiamiento.
Este escenario generaría mayor certidumbre para los inversores y facilitaría la expansión del sector, aunque los actores del mercado siguen observando con cautela.