Por Agroempresario.com
El Banco Central de Chile anunció un plan para comprar USD 25 millones diarios hasta 2028, un modelo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala como ejemplo para que Argentina siga en su camino de acumulación de reservas internacionales. En su último informe, el organismo destacó también a Colombia y México como países que aplicaron estrategias similares, y recomendó al Banco Central argentino adoptar un esquema de compras anticipadas, abiertas y predecibles.
Chile, cuyo Banco Central está presidido por Rossana Costa, cuenta con reservas por cerca de USD 43.000 millones, cifra que representa aproximadamente el 15% de su Producto Bruto Interno (PBI). En comparación, México dispone de más de USD 240.000 millones, y Colombia, alrededor de USD 65.000 millones, ambos superando el 100% del nivel de reservas consideradas “adecuadas” por el FMI. En cambio, Argentina tiene menos del 5% de su PBI en reservas, lo que preocupa al organismo.
El BCCh ha explicado que su plan de compras no busca alterar el mercado cambiario ni las condiciones financieras, sino fortalecer la gestión de las reservas internacionales para mantener la estabilidad financiera. Este tipo de programas, con compras diarias y transparencia en la comunicación, permiten reducir la volatilidad y generar confianza en el mercado.
En Argentina, las reservas internacionales se ubican alrededor de los USD 28.000 millones, descontando el swap de divisas con China, muy por debajo del rango prudente sugerido por el FMI, que estaría entre USD 57.800 millones y USD 78.700 millones, según un análisis del grupo financiero Adcap. Este nivel representa un desafío para el país, que debe mantener un régimen de flotación cambiaria administrada para sostener la estabilidad macroeconómica.
La estrategia del Tesoro argentino, liderado por el Ministerio de Economía, ha sido realizar compras por aproximadamente USD 1.500 millones, pero estas operaciones se llevan adelante fuera del mercado abierto, en acuerdos directos con empresas o provincias que buscan financiamiento externo. Esta modalidad difiere del esquema chileno y no genera la misma previsibilidad que el FMI considera clave para fortalecer la credibilidad del Banco Central.
Desde el equipo económico argentino, consultados por medios locales, relativizan la recomendación del FMI y la consideran más una declaración de intenciones que un compromiso explícito en el marco del programa económico vigente. Señalan que las metas del Banco Central se centran en objetivos puntuales, como mantener un superávit primario y alcanzar niveles adecuados de reservas, pero sin la obligación de un calendario estricto de compras diarias.
No obstante, coinciden en que el fortalecimiento de las reservas es esencial para mejorar el perfil financiero del país, reducir el riesgo país y facilitar la sostenibilidad externa. Para ello, el Fondo ratificó que el régimen de tipo de cambio flexible con bandas de fluctuación debe mantenerse, con compras cambiarias dentro de esos márgenes para acumular reservas.
Adcap Grupo Financiero destacó que la Argentina se encuentra con un nivel de reservas "peligrosamente bajo" y que la estrategia óptima debería situar el stock en un punto medio cercano a USD 68.000 millones, acorde a un régimen cambiario que combina un sistema de flotación administrada con bandas móviles.
Este escenario implica un desafío estructural para las autoridades, que deben diseñar políticas cambiarias y financieras que combinen la flexibilidad con una acumulación ordenada y transparente de divisas para evitar desequilibrios externos y financieros.
En el informe del FMI, el organismo insiste en que la acumulación de reservas es un componente fundamental para la estabilidad del esquema macroeconómico y la reducción del riesgo país, aspectos vitales para sostener la recuperación económica de Argentina. Las compras deberían hacerse con criterios claros y bajo un calendario predecible para generar confianza en los mercados y evitar sorpresas que puedan desatar volatilidad.
Asimismo, el Fondo advierte que el Banco Central debe jugar un rol más activo en esta acumulación, ya que su balance es clave para la estabilidad financiera, la reducción de costos de financiamiento y la credibilidad del régimen cambiario.
Colombia y México son los otros dos países mencionados por el FMI como ejemplos a seguir. Ambos cuentan con reservas robustas que superan ampliamente los niveles recomendados, lo que les ha permitido mantener tipos de cambio estables y soportar choques externos sin grandes desequilibrios. En particular, México con su stock de reservas superior a los USD 240.000 millones ha logrado una posición financiera sólida y un perfil externo favorable.
Estas experiencias muestran que un programa consistente y transparente de acumulación de reservas, acompañado por políticas fiscales y monetarias coordinadas, es fundamental para la estabilidad macroeconómica en economías emergentes como las latinoamericanas.