Por Agroempresario.com
En un evento sin precedentes en Buenos Aires, el prestigioso físico teórico y divulgador científico Michio Kaku fue el orador estrella del Digital Finance Forum, organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Con su estilo claro, audaz y provocador, Kaku capturó la atención de los líderes del sistema financiero argentino al plantear cómo la inteligencia artificial, la biotecnología y la computación cuántica están iniciando una nueva era para la humanidad: la cuarta revolución tecnológica.
Durante más de una hora, el auditorio escuchó en silencio mientras Kaku desplegaba una visión del futuro que, aunque parecía ciencia ficción, ya está tomando forma en los laboratorios más avanzados del planeta. Según el científico, estamos frente a un cambio de paradigma que impactará directamente en la economía, el empleo, la salud, la agricultura, la educación y las finanzas.
Kaku comparó este nuevo momento con la Revolución Industrial, pero aseguró que el cambio que se avecina es mucho más profundo y acelerado. “La física cuántica y la inteligencia artificial nos están llevando a una nueva etapa del desarrollo humano. Y quien domine esta revolución, dominará el futuro”, afirmó.
Según el autor de Una semana en el futuro, la computación cuántica será el motor más disruptivo. A diferencia de las computadoras clásicas, las cuánticas pueden procesar múltiples soluciones a la vez, abriendo la posibilidad de resolver problemas hoy considerados imposibles: desde el desarrollo de fármacos personalizados hasta encontrar la cura para enfermedades como el Alzheimer o el cáncer, pasando por el diseño de nuevas fuentes de energía limpia.
“¿Qué está en juego? Todo. Tu trabajo, tu vida, la economía global”, advirtió el físico ante un público que incluyó a empresarios, banqueros, académicos y funcionarios.
Uno de los temas que más interés generó fue el impacto en el empleo. Kaku no esquivó la polémica: “Todo trabajo repetitivo será reemplazado por inteligencia artificial”, aseguró. Sin embargo, lejos de ser una visión distópica, ofreció una guía para la adaptación: “Los trabajos que requieren creatividad, improvisación o interacción humana estarán más protegidos”.
Así, oficios como el de maestros, plomeros, médicos o psicólogos seguirán siendo relevantes. “Las máquinas no pueden comprender emociones humanas. La empatía, la intuición, el manejo de contextos sociales complejos siguen siendo nuestros”, agregó.
Pero fue contundente en su advertencia para quienes ocupan puestos rutinarios de oficina: “Si haces lo mismo todos los días, incluso con un título universitario, tu trabajo está en riesgo”.
La parte más impactante de la presentación fue, sin duda, la dedicada a la computación cuántica, una tecnología que promete revolucionar no solo la informática, sino también la seguridad financiera global.
“Estados Unidos, China y Europa están compitiendo ferozmente por llegar primero. IBM y Microsoft llevan la delantera”, señaló. Las razones de esta “carrera cuántica” son claras: quien controle esta tecnología podrá romper cualquier cifrado, predecir mercados, diseñar medicamentos perfectos y optimizar cultivos agrícolas con una eficiencia nunca antes vista.
“La CIA ya está monitoreando estos avances porque representan una amenaza y una oportunidad estratégica”, comentó. En este sentido, Kaku remarcó que la computación cuántica no es una moda tecnológica, sino una herramienta que puede definir el destino económico y político de los países.
En su paso por Buenos Aires, Kaku también ofreció reflexiones sobre el futuro de América Latina y en particular de Argentina. En diálogo con Demian Reidel, presidente del Consejo Nuclear Argentino, Kaku se mostró “moderadamente optimista”.
“El país tiene una tradición científica sólida, pero necesita integrarse más al ecosistema tecnológico global”, opinó. Destacó el valor del capital humano argentino y remarcó que la clave estará en invertir en educación tecnológica, ciencia aplicada y alianzas internacionales.
También destacó el papel de la biotecnología y la agroindustria como sectores con alto potencial de crecimiento si logran incorporar herramientas de IA y computación cuántica en sus procesos.
En una declaración que sorprendió por su tono filosófico, Kaku dijo: “Somos robots orgánicos. No hay magia en el cerebro humano, es una computadora altamente evolucionada hecha de carbono y agua”.
Desde esta visión, el científico propuso una redefinición de la naturaleza humana: no como seres superiores sino como parte de un sistema evolutivo que ahora puede ser entendido, y tal vez modificado, gracias a la ciencia.
Según Kaku, esta mirada será fundamental para adaptarnos a la era de la inteligencia artificial sin miedo, pero con responsabilidad.
La conferencia también incluyó un capítulo especial sobre el futuro de la humanidad en el espacio. Para el físico, los riesgos del cambio climático, las pandemias y los conflictos geopolíticos son razones suficientes para pensar en una expansión de la especie humana más allá de la Tierra.
“¿Por qué no tener sucursales humanas en otros planetas?”, se preguntó, planteando la colonización de Marte como una posibilidad concreta en las próximas décadas.
Aunque suene futurista, advirtió que este tipo de desarrollos ya están en marcha gracias a empresas como SpaceX y al interés renovado de agencias como la NASA y la ESA.
Antes de cerrar, Kaku dejó un mensaje claro: “La historia humana no es lineal. Tiene ciclos de avance y retroceso. Pero si miramos el progreso a lo largo de las décadas, estamos mejor que antes. Menos pobreza, más educación, mayor esperanza de vida”.
Sin embargo, advirtió que el cambio climático, el mal uso de la tecnología y la desigualdad digital son riesgos reales. “La clave estará en la gobernanza ética de estas herramientas. La tecnología por sí sola no garantiza un mundo mejor. Todo dependerá de cómo la usemos”, concluyó.