Por Agroempresario.com
La petrolera argentina YPF vivió un semestre complejo, afectada por la baja de precios internacionales del petróleo y su estratégica decisión de abandonar áreas convencionales maduras. Este movimiento, aunque impactó negativamente sus resultados financieros en el corto plazo, apunta a una mayor rentabilidad futura al enfocar sus esfuerzos en el desarrollo del shale oil en Vaca Muerta.
Durante el segundo trimestre de 2025, YPF reportó una caída del 6% en sus ingresos interanuales, al tiempo que su deuda aumentó un 18%. Las ganancias se redujeron drásticamente, pasando de 535 millones de dólares en el mismo período de 2024 a apenas 58 millones este año. Esta caída se vincula directamente con la contracción del precio del barril de petróleo, que bajó un 16% en dólares respecto al año anterior, y una caída del 10% en los precios de combustibles en el mercado local.
La producción total de crudo disminuyó un 0,4% interanual. Sin embargo, esta caída es resultado directo del desplome del 23,6% en las áreas convencionales maduras, las cuales fueron vendidas o transferidas en el marco del Plan Andes, cuyo segundo tramo acaba de ser lanzado. Esta estrategia busca una mayor eficiencia y rentabilidad en el mediano y largo plazo, reduciendo costos y enfocando recursos en la producción de hidrocarburos no convencionales, particularmente en Vaca Muerta.
El crecimiento en Vaca Muerta fue significativo: la producción de petróleo shale aumentó un 28,1% durante el trimestre, mientras que la producción de gas subió un 19%. Este aumento permitió una reducción en los costos de extracción del 24% interanual, alcanzando un costo promedio de 12,3 dólares por barril, cifra considerablemente menor y más competitiva en el mercado.
Fuentes internas de YPF señalaron que “excluyendo campos maduros, el EBITDA ajustado del segundo trimestre de 2025 habría sido de 1.250 millones de dólares”. Además, agregaron que “315 de los 365 millones de dólares del flujo de caja libre negativo se debieron a las áreas maduras. Al salir del convencional, los números mejorarán sustancialmente. Sin los campos maduros, el costo de extracción total sería alrededor de 7,5 dólares por barril equivalente.”
Matías Cattaruzzi, analista de Adcap, describió el desempeño de YPF como “normal, ni bueno ni malo; es un año de transición”. Cattaruzzi destacó que “se ha gastado mucho dinero en salir de activos maduros, concentrado en los primeros dos trimestres de 2025. Se espera que en el último trimestre, el peso del shale en la producción total crezca, impactando positivamente en la caja”.
Entre los factores positivos que compensaron parcialmente los números negativos del trimestre, se destaca la recuperación del 3% en ventas de combustibles en el mercado local, con un crecimiento intertrimestral del 4%, y un buen desempeño en la producción de gas natural, que aumentó un 6% frente al trimestre anterior y un 2% interanual.
En el marco de su reestructuración y apuesta por la eficiencia, YPF anunció recientemente la compra de dos áreas clave de TotalEnergies: La Escalonada y Rincón de la Ceniza, ubicadas en el norte de Vaca Muerta. Durante la conferencia con accionistas, Horacio Marín resaltó que “es uno de los mejores bloques del norte de Vaca Muerta. La producción promedio del shale es de 1 millón de barriles por pozo, mientras que en estos bloques es de 1,5 millones o más. Son más productivos que cualquier otro.”
Además, el avance en el proyecto del segundo barco de GNL con Southern Energy y el cierre del financiamiento para el oleoducto VMOS consolidan las expectativas positivas para los próximos años. Estas iniciativas afianzan a YPF como un actor clave en la producción energética regional, con capacidad para aprovechar la creciente demanda mundial de gas natural licuado.