Por Agroempresario.com
El récord histórico en el precio del oro está despertando un renovado interés en inversiones mineras en Argentina. En este contexto, se acaba de presentar un ambicioso proyecto por 665 millones de dólares para construir una nueva mina de oro en el norte de San Juan, que promete exportar unos 400 millones de dólares anuales durante casi dos décadas.
Ubicada junto a la antigua mina Gualcamayo, inaugurada en 2009, esta nueva iniciativa busca reactivar la zona que había quedado postergada debido a la inestabilidad económica del país. A pesar de que solo se exploró un 4% del territorio, se detectaron importantes recursos minerales aún sin explotar.
Durante la última década, la producción de oro en Argentina se redujo casi a la mitad, amenazando con un colapso total en la industria por la falta de inversiones en exploración, a pesar de que el precio del oro se triplicó en el mismo período. El proyecto presentado en el marco del Régimen de Inversiones para la Generación de Ingresos (RIGI) viene a cambiar este panorama.
Desde el Grupo Aisa, empresa española que adquirió el emprendimiento en 2023, explican que “el proyecto estaba condenado al cierre y lo transformamos para extraer 300 mil onzas más, lo que implicaría aproximadamente 1.000 millones de dólares en exportaciones”.
Actualmente, la mina Gualcamayo produce cerca de 53.000 onzas de oro al año, y la meta es extender su vida útil hasta 2029, mientras se desarrolla la nueva mina subterránea, que alcanzaría una producción anual de 120.000 onzas durante al menos 17 años.
A diferencia de la mina a cielo abierto actualmente en operación, la nueva mina será subterránea, situada a entre 600 y 700 metros de profundidad, y operada completamente por máquinas controladas de manera remota, una innovación tecnológica que mejora la seguridad y eficiencia de la operación.
Otro aspecto relevante del proyecto es la construcción de un parque fotovoltaico de 80 megavatios que abastecerá totalmente la energía consumida por la mina, reduciendo así la huella de carbono y alineándose con las tendencias globales hacia energías renovables y sustentabilidad.
El proyecto fue presentado inicialmente al RIGI a finales de 2024, pero fue reformulado tras recomendaciones del Comité Evaluador nacional. Actualmente, se encuentra a la espera de la aprobación final, la cual se espera obtener pronto.
Desde Grupo Aisa señalan que una vez aprobada la adhesión al RIGI, comenzarán un estudio de factibilidad que durará aproximadamente un año. Luego, iniciarán la construcción, con la expectativa de comenzar operaciones hacia 2029 o 2030.
El grupo empresarial proyecta invertir más de 1.500 millones de dólares en Argentina, no solo en minería sino también en energías renovables, industria pesquera y desarrollo inmobiliario, sectores donde podrían presentarse futuros proyectos amparados bajo el RIGI.
Un punto clave para concretar estos planes es la seguridad jurídica que ofrece el régimen, especialmente la libre disponibilidad de divisas. “Si no sale el RIGI es un problema. Nadie va a invertir en Argentina sin esta garantía”, advierten desde el Grupo Aisa.
A pesar de las dificultades económicas nacionales, el grupo mantiene conversaciones avanzadas con el Poder Ejecutivo y se muestra optimista respecto a la aprobación del proyecto.
Además, destacan que como empresa familiar, pueden autofinanciarse, evitando la necesidad de créditos externos, una ventaja en un contexto donde incluso con el RIGI la financiación bancaria es complicada.